Cultura

Roy Hargrove, el joven león de la trompeta de jazz

El músico, de 49 años, fue apadrinado por Wynton Marsalis e hizo de la tradición una apuesta estética;  perdió la batalla en esta vida en Nueva York

Era un hombre moderno con hechuras de clásico. Un trompetista privilegiado que con 18 años asombró al ilustre Wynton Marsalis tanto como para que este decidiera erigirse en mentor e impartirle clases particulares. Luego jugaría con sus propias iniciales para acuñar la etiqueta RH Factor, que dio nombre a su grupo de funk: una manera de aludir a ese gusto, desde la contemporaneidad, por el jazz de filosofía canónica y, en el mejor sentido del término, antigua. Roy Anthony Hargrove falleció la noche del viernes en Nueva York, con solo 49 años, por un fallo cardiaco derivado de sus problemas de riñón. El músico llevaba una larga temporada sometiéndose a tratamiento de diálisis.

Hargrove había nacido en Waco (Texas) en octubre de 1969 y se formó en la escuela de artes Booker T. Washington de Dallas. Amaba el jazz y el r’n’b desde pequeño, pero su pasión se acrecentó al conocer en el instituto al saxofonista David Fathead Newman, integrante de la banda de Ray Charles. El encuentro con Marsalis en 1987 le abrió definitivamente todas las puertas: el maestro le facilitó alianzas artísticas con otros músicos de renombre, de Bobby Watson a Carl Allen, Ricky Ford o la banda Superblue. En ese mismo 1987 ya participó en el North Sea Jazz Festival, donde dejó impresionado al mítico saxofonista Frank Morgan.

Hargrove pulió su formación durante el curso 1988-89 en Berklee para asentarse después en Nueva York y hacerse un rostro habitual de la abrumadora escena jazzística local. Ante semejantes referencias, Novus, filial de RCA, lo fichó y metió en el estudio con veinte años recién cumplidos para registrar su debut, Diamond in the Rough (1989). Los cuatro trabajos que llegó a grabar para este sello (con el saxo alto de Antonio Hart como escudero fundamental) aparecen resumidos en la antología “The Collected Roy Hargrove”, donde el material de autoría propia se alterna con tributos a Miles Davis o Thelonious Monk.

En 1993, la Jazz at Lincoln Center Orchestra, la big band liderada por el propio Marsalis, le encargó la composición del espectáculo “The Love Suite: In Mahogany”, que sirvió como prólogo para su fichaje por otra disquera jazzística de postín, Verve. Dos trabajos de muy distinto signo en este periodo le proporcionaron sendos Grammy: “Habana” (1998), su gran incursión en la música afrocubana, para la que creó la banda Crisol; y “Directions in Music: Live at Massey Hall” (2002), homenaje post-bop a Davis y Coltrane junto al pianista Herbie Hancock y el saxofonista Michael Brecker.

Hargrove desarrolló su gusto por el neo soul y sonidos más recientes a principios de este siglo, colaborando con artistas como D’Angelo, Macy Gray, Nile Rodgers o Erykah Badu, pero su recuerdo más perdurable será como integrante de esa generación del neo-bop, o neotradicionalistas, a la que se dio en llamar “The Young Lions” (“Los jóvenes leones”), junto a Joshua Redman, James Carter o Antonio Hart.

El trompetista entró por última vez en el estudio en 2009 para registrar “Emergence” al frente de una big band de 19 miembros. “Chucho” Valdés le regaló en aquel álbum una composición titulada “Mambo for Roy”. Su actividad fue reduciéndose en los últimos años, aunque el aficionado a esta música recuerda con especial cariño su escala de 2014 por el ciclo 365 Jazz Bilbao.

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