“Quetzalcóatl”, una exposición para enaltecer las deidades
La muestra reúne a medio centenar de miradas artísticas que apuntan al México antiguo
La exposición colectiva “Quetzalcóatl” llega al Museo de Arte Raúl Anguiano. Coordinada por Jorge Tejeda, la muestra es un cruce de caminos entre las artes plásticas y la arquitectura, en donde el curador decidió un tema y formato común: el México prehispánico y espacios de creación de 60 centímetros cuadrados.
Tejeda platicó que la iniciativa para montar una exposición así surgió a petición de la embajada de Chipre, a raíz de “Leviatán” y “Prometeo”, exposiciones similares que Tejeda ha hecho con arquitectos y artistas. “Quetzalcóatl” permanecerá en el MURA hasta enero, cuando viajará a Chipre.
Por el tema de movilidad, la solicitud a los 48 participantes fue entregar obras bidimensionales, aunque algunos trabajaron también la instalación y escultura. El tema se ciñó a las deidades, leerte edad y sitios arqueológicos del México antiguo.
Uno de los artistas con obra que va más allá de los 60 x 60 es Aldo Álvareztostado, quien presenta la pieza instalación titulada “Traducción”, además de una obra en el formato común. De su creación, Aldo apuntó: “La de 60 x 60 es la versión impresa de la instalación, que es el concepto original de la pieza. Se llama ‘Traducción’, hago una especie de analogía entre lo que sucedió en América y en el Mediterráneo. Cuando llegué a Roma sentí una cercanía y familiaridad con México, que no había sentido antes en Europa. En particular con la Ciudad de México, ciudades que tienen parte de su historia enterrada”. El artista realiza una superposición de los mapas de ambas ciudades, donde coinciden las ruinas históricas. También hace el mismo ejercicio con Yucatán y Grecia. El título alude también al proceso de “traducción” que se da en las adaptaciones de los mitos, como sucedió con el imaginario romano venido del griego: “Traducimos las mismas deidades, es la misma mitología, solo con el nombre cambiado”.
Entre el mito y la realidad
Juan Antonio Ángel tomó al propio Quetzalcóatl para crear su propuesta, realizada como ilustración digital. Para ello, investigó la historia de este personaje, pesquisa en la que encontró el mito entremezclado con la realidad. Trama es el título de su obra, en referencia a la historia y su enredo. Su estilo es geométrico, una técnica que genera exigencias con los objetos representados y cómo se acomoda uno al lado del otro.
Otra artista con obra en “Quetzalcóatl” es Florencia Guillén, quien recibió la invitación de Tejeda con “Los lineamientos para hacer una reflexión sobre algo relacionado con la cultura prehispánica. Un acercamiento libre. Lo que hice fue inspirarme en el códice Boturini, que narra el viaje a Aztlán. Hace mucho tenía la idea de trabajar la tecnología que desarrolla en narco para mandar drogas a Estados Unidos. Es el cambio de la tierra prometida”. Su obra se titula “De la planta a la tierra prometida”, un dibujo con acuarela sobre papel y tinta china.
En su obra “combina una gráfica sobre esta tecnología ‘narconáutica’ para mandar cosas por mar, con personajes del códice. Investigué sobre diferentes personajes de códices: tomé algunos que iban narrando. Empieza con un dibujo, un personaje que me parece un mago o sacerdote con la planta. Recibe la noticia de cómo llevarla en estos barcos y soltar la droga con un GPS cuando se enfrentaran con militares o policías. Es un pequeño cómic que parece códice”.
El hecho de trabajar en una exposición colectiva con estas características, Florencia comentó: “Es un ejercicio interesante, creativo, para aproximarnos desde nuestra plataforma (arquitectura o arte) a un tema en general”.
“Quetzalcóatl” ocupa una de las salas de MURA, que se dividió en cinco secciones en las que el curador agrupó las piezas según sus vínculos.