¿Qué se celebra el Martes Santo en la Iglesia Católica?
En un día como hoy Jesús dirimió la cuestión del tributo al poder terrenal y cuál es el mandamiento más importante
El Martes Santo es el tercer día de la Semana Mayor, que comienza el Domingo de Ramos y culmina en el Domingo de Resurrección. Aunque no entra en los llamados Días Santos, más formalmente el Triduo Pascual (desde la tarde del Jueves Santo hasta la tarde del Domingo de Resurrección), ni se realizan en él ritos especiales, tiene un carácter particular de reflexión dentro de la Cuaresma por su cercanía con ellos y por estar ya en marcha las causas de la muerte Jesús.
Fue el martes en que Jesús acudió al templo Jerusalén y fue objeto de trampas y conspiraciones por parte de los fariseos y otros religiosos, por lo que también es conocido como "Martes de controversia". Este día ocurrió la famosa cuestión de si es lícito pagar tributo al César, una cuestión de doble filo con la que sus enemigos traron de sacar de su boca una falta civil o religiosa, pues, si respondía que era lícito, sería exhibido como un traidor al pueblo judío y colaborador de Roma; por el contrario, si respondía que no era lícito, estaría cayendo en rebelión contra el poder imperial. La respuesta de Jesús: "Dad, pues, al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios", establece una distinción de niveles —no tanto una contraposición de la religión y la política— entre lo mundano y lo celestial, entre las vicisitudes de la vida terrenal a las que estamos sujetos por naturaleza y la obligación de conducirnos en ella en pro de la salvación.
El Martes Santo fue también momento de enseñanzas trascendentales como la cuestión del mandamiento más importante, donde resume la ley de Moisés como "Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas" y "Ama a tu prójimo como a ti mismo"; y de las invectivas contra los escribas y fariseos.
En la liturgia de este día se lee el capítulo 13, versículos del 21-33 y del 36-38 del Evangelio según San Juan, donde Jesús anuncia la traición de Judas y la negación de Pedro.
A pesar de haber misa de precepto ni ritos especiales, el Martes Santo muchas comunidades cristianas celebran procesiones como parte de las tradiciones de la Semana Santa.