Plantean llevar la cultura a cada rincón de Guadalajara
Siendo uno de los ejes principales la creación de una escuela de danza, Ismael del Toro habla de su propuesta cultural en caso de obtener la alcaldía en la Perla Tapatía
Seguir impulsando a Guadalajara como capital de la cultura es uno de los objetivos de Ismael del Toro, candidato a la presidencia tapatía que, de llegar a la alcaldía el próximo 1 de julio, promete replicar y fortalecer los resultados obtenidos durante su gestión en el municipio de Tlajomulco de Zúñiga.
“Nuestro objetivo es poner a la cultura como un eje transversal de todas las políticas públicas y lo visualizamos en varios sentidos; responder a cómo la expresión artística y cultural, en sus diferentes modalidades, puede explotar el sentido de pertenencia que ya tiene Guadalajara; también queremos responder a cómo el gobierno municipal, a través de política públicas y con la cultura al centro de ellas, hacemos que se vuelva a generar un entorno social”, expresa en entrevista Del Toro.
El candidato destacó la transformación social que, a través de las vertientes culturales y artísticas, se concretaron en el municipio que gobernó; destacó que logró desarrollar la primera escuela pública de ballet, proyecto que inició operaciones hace cinco años bajo la tutela del maestro Héctor Hernández, bailarín y padre de Isaac Hernández, bailarín solista y recién ganador del Premio Benois de la Danse.
Iniciativas como éstas son ejes del plan de trabajo de Ismael del Toro, quien plantea establecer una red de centros de formación en ballet en diversos puntos de Guadalajara para que, a través de la cultura y sus disciplinas, los niños y jóvenes opten por el quehacer artístico como una vocación y profesión de vida lejos de los panoramas de violencia, marginación y adicciones.
“Nuestra gran apuesta es que en el espacio público, en todos los rincones de Guadalajara se pueda llevar la cultura y las artes desde diferentes vertientes con apoyo a los artistas jaliscienses, que un programa de arte público se pueda convertir en un referente del entorno social, hay que medir el impacto que tiene un programa de esa naturaleza para saber cómo está influyendo en la sociedad. Tenemos que buscar que actividades de cultura se puedan convertir en una generación de oportunidades para la niñez y juventud a través de escuelas y talleres”.
El plan está puesto sobre la mesa y junto a Héctor Hernández se comparte el futuro al que los tapatíos pueden aspirar en la terna cultural con miras de apoyar integralmente a la comunidad de creadores comprometidos con inundar a las calles de arte, seguir manteniendo el prestigio de destacables encuentros como la Feria Internacional del Libro, el Festival Internacional de Cine, GDLuz y Festival Sucede.
“Héctor Hernández ya está trabajando conmigo para hacer este modelo en Guadalajara y podamos tener una actividad cultural que en cada rincón de Guadalajara pueda meter a los niños a esta escuela de ballet, que se tengan resultados como ya los tiene la escuela en Tlajomulco que en este verano tiene becadas a niñas que estarán haciendo actividades en compañías internacionales”.
Ballet, epicentro de voluntades
Héctor Hernández, en entrevista, recuerda la incertidumbre de los padres de familia por integrar a sus hijos a una disciplina que requiere rigor físico y mental, como lo es el ballet, ante las situaciones vulnerables a las que se enfrentaban, incluso, carentes de cultura nutricional; ahora las hijas de estas familias están en la mira de tutores y buscadores de talento internacionales.
“Ya está comprobado que es un trabajo que da resultados, trae beneficios a la sociedad, es una inversión valiosa y útil para lograr atraer a la juventud a algo constructivo y positivo, es una forma de vida, una profesión que les puede abrir las puertas al futuro. El proyecto siempre ha sido hacer una red de escuelas donde se imparta el método que yo he implementado”, puntualiza Héctor Hernández, al destacar a la proyección internacional que ahora tienen un grupo de niñas bailarinas al ser becadas por una institución privada en Nueva Jersey, Estados Unidos.
Aunque todavía se analizan los posibles espacios de Guadalajara para dar inicio con la red de escuelas culturales, Ismael del Toro y Héctor Hernández destacan ubicaciones estratégicas que permitan acercar las actividades a todos los sectores valiéndose también de la infraestructura que ya tienen los centros culturales de la ciudad.
“La escuela no sólo está enfocada en formar a bailarines profesionales, también apostamos a los docentes que aprenden el método y que van a otras partes para cubrir estas necesidades. Estamos formando maestros para que ellos también inicien a más estudiantes”.
EN CONCRETO
Plan cultural
• Incrementar la red de talleres artísticos fijos e itinerantes.
• Creación de escuelas y talleres especializados en disciplinas como la gimnasia, ballet, teatro.
• Replicar con Héctor Hernández el modelo de escuela pública de ballet en Guadalajara. Actualmente, la de Tlajomulco alberga a 300 niños y docentes.