Cultura

Natalia Lafourcade abre su corazón

La cantante honra a grandes maestros latinoamericanos en su disco 'Musas'

Natalia Lafourcade, la artista más premiada en la última edición de los Grammy Latinos, se reconoce “en una racha creativa” que arrancó con su homenaje a Agustín Lara y que vive estos días otro episodio con una incursión en los grandes maestros latinoamericanos que ha sido a la vez musical y espiritual.

“Cantar a Violeta Parra exige ser honesto, real y humilde. No había manera de hacerlo si yo no desnudaba el alma y el corazón, al servicio de la música, no de uno mismo”, afirmó la artista a su paso por Madrid, donde disfrutó de sus primeros días de vacaciones en mucho tiempo en un relativo anonimato.

Vuelve a la actividad para hablar de “Musas” (Sony Music), su séptimo disco de estudio y el primero desde el galardonado “Hasta la raíz” (2015), tras hacer suyos temas de autores inspiradores como la citada Violeta Parra y —de nuevo— Agustín Lara, pero también de Roberto Cantoral, Simón Díaz, Gustavo Guerrero o David Aguilar. “Teníamos muy claro el objetivo: hacer un disco cálido, que sonara a madera y que nos reconectara con momentos de humanidad, no con lo impersonal y la inmediatez de estos tiempos, tal vez una comida familiar, un vino compartido con la pareja o el arrullo de una mamá a su bebé”.

De gira en gira, cuenta Lafourcade (Ciudad de México, 1984) que llegó un momento en el que extrañaba “la bohemia en casa”. “Era fantástico ir de un lado a otro a tocar mis canciones y a estar en contacto con el público, pero llegaba a casa y sentía las ganas de aprender otra música”.

Un buen día, intentando “bajar” las emociones de la jornada, puso un disco de Chavela Vargas y se hundió en el sofá en busca de “un abrazo musical”. Así arrancó este “Musas”, que no estaba pensado como disco, pero que en breve tendrá una segunda parte con el resto de las 26 canciones que llegó a grabar precisamente con Los Macorinos, el dúo de músicos que acompañó a Vargas en sus giras desde 2006 y hasta su muerte.

Junto a ellos descubrió que este acercamiento al pasado también constituía “un reto”, el de la confluencia de ambos universos. Para ello, Lafourcade tuvo que reencontrar su calma, adaptar el ritmo y bajar el volumen, “sin escudos, solo guitarras y voz”. “En el camino empecé a sentirme inspirada y a escribir mis propias letras. Me di cuenta de que había algo distinto en ellas, que este coqueteo con el folclor me ha fortalecido como compositora e intérprete”, cuenta esta joven autora que ha incluido cinco temas inéditos en el primer capítulo de “Musas”.

Recientemente grabó además una nueva versión de su tema “Mexicana hermosa” junto a Carlos Rivera, “un tipazo talentoso” al que siente que le une una “búsqueda similar, la de entretejer su propio mundo con el pop y el folclor”.

“Hay que traer eso de vuelta. Tomar un poco y mezclarlo con lo que tenemos ahora, algo que nos acerque al espíritu, a la tierra”, insiste Lafourcade, que se siente a gusto con el término “pop de raíz” como forma de denominar estas incursiones.

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