La obra de Daniel Guzmán se apodera del Museo Cabañas
La influencia de la literatura, el cómic y el dibujo le dan forma a esta exposición, ya montada en el Museo Cabañas
El Museo Cabañas inauguró una muestra conformada por el fruto de los últimos cinco años de trabajo de Daniel Guzmán en la exposición titulada “El hombre que debería estar muerto. La batalla futura”.
Se trata de un conjunto de obras, documentos, artefactos y apuntes, derivados de su largo viaje nutrido por la literatura contemporánea, el punk, el cómic, el cine de terror, las revistas populares y la ciencia ficción; piezas que ocupan las salas 5, 6 y 7 del Circuito Sur del Museo Cabañas. La muestra permanecerá abierta hasta el 5 de marzo de 2023.
Nacido en Ciudad de México en 1968, Daniel Guzmán creció en Oaxaca, y estudió en la Escuela Nacional de Artes Plásticas con maestros como Gilberto Aceves Navarro y Guillermo Santamarina. Fue en Guadalajara donde expuso por primera vez fuera de la capital en 1994, en la Galería Arena México de Carlos Ashida, y desde 2015 vive en nuestra ciudad. Es en esencia un dibujante que interpreta la realidad a través de tinta china, acrílico, lápiz, pastel, en ocasiones por medio de instalaciones o videos.
En charla con EL INFORMADOR, el artista expuso un par de proyectos colectivos en la galería Páramo —antes llamada Diéresis— y “en alguna colectiva desde que me vine a vivir acá; aunque un proyecto así, como solista, no desde hace buen rato. Expuse en el MAZ, eso sí, cuando Alicia Lozano fue directora”.
Sobre este proyecto explica que “la totalidad de la serie no se había exhibido como ahora; es el primer proyecto que hago completamente en Guadalajara; comencé en 2017, es decir, son cinco años. Se expuso una parte pequeña en la galería Kurimanzutto, en la Ciudad de México, pero ahora ha pasado tiempo y hoy día se muestran poco más de setenta piezas más algunas nuevas que hice en el museo, y la serie es totalmente de dibujos”.
El artista establece que si bien “todo pasa por el dibujo”, en la muestra, “al final, hay una pieza, un gobelino, que es el producto de todo lo realizado a través del dibujo y la investigación, es una especie de punto de finalización para lo que se realizó en otros soportes”.
Guzmán apunta que “si vienen a esta muestra hallarán que la primera sala es una introducción a mi trabajo en dibujo, desde el inicio, hay obras de 1991 o 1994, porque pedí prestadas obras antiguas a mis coleccionistas en la ciudad; la idea es que quien no conoce el trabajo que hago se dé una idea del proceso de exploración en el camino del dibujo”.
Daniel anota que “después de ese prólogo, pasamos a la sala llamada ‘Todos somos sitios arqueológicos’, y de ahí se transita a dos más: ‘La dimensión desconocida’, una intervención sobre muros del Museo Cabañas, y en la parte final, los dibujos nuevos de la serie ‘El hombre que debería estar muerto’, que cierra”.
Proceso de lecturas y dibujos
Marcada su obra por la literatura, Guzmán relata que algunos trabajos la serie de dibujos “iniciaron tras la lectura de la novela ‘Valis’ (1978), del estadounidense Philip K. Dick, autor de ciencia ficción; ahí se insinuaba ya el título de esta exposición, porque rescaté una frase de ese libro; pero hay asimismo varios puntos de reflexión que parten de la obra de Sergio González Rodríguez, de Borges, de Roberto Bolaño, todas las cuales se fueron mezclando en este proceso de lecturas y dibujos. Para mí, el proceso de leer me acompaña siempre en el de dibujar”.
Las múltiples fuentes de donde abreva el artista se vinculan también con la cultura popular, incluso la música o la televisión; e indica que “mis dibujos a veces me parecen la sala de entrada al pasado de mi obra, y quien se asome a las salas verá esos elementos en el trabajo; formalmente, parece lugar común, pero están ahí las imágenes de la cultura popular, que he trabajado mucho, y que se acercan al cómic o las revistas”.
Bolaño y una puerta
El registro literario en la exposición y mente creativa del autor es tan amplio que pasa por autores como William Burroughs, “y todo eso me gusta; de hecho hay una relectura del trabajo de Bolaño, que cuando lo descubrí me encantó, pero volví a leerlo para integrar la narrativa de estos dibujos. Otro autor argentino que tuvo un papel importante en el proceso fue Ricardo Piglia, y lo que pasa es que el punto de unión es la lectura que hicieron de Borges”.
En este punto de su trayectoria, Guzmán sostiene que esta serie “es un resumen, o una puerta que se abre y se cierra para otras cosas que estoy haciendo; por eso el subtítulo de ‘La batalla futura’, porque me gusta la idea de dirigirme hacia un lugar que no sabemos dónde es ni en qué tiempo ni nada, algo abierto a la contingencia y que no está en nuestras manos”.
CT