Cultura

Marcelino Freire, poesía desde el origen

Para Marcelino Freire el ejercicio literario no tiene un idioma definido, pero sí una fuerza en su voz y mensaje con la que se puede hacer cimbrar al cuerpo, a la memoria y a una sociedad agolpada por el abuso y la violencia

En su segundo regreso a la FIL, el poeta y cuentista Marcelino Freire llegó con una visión clara sobre el papel que la literatura tiene ante los clamores sociales y la oportunidad que tanto escritores como lectores tienen para abordar con profundidad y reflexión los dolores que aquejan al humano y sus distintas realidades desde sus tierras de origen.

“Lo que escribo me dio fuerza, empoderamiento para decir las cosas que tengo que decir sobre mi país o de mi casa. Mi madre me influenció por su manera de hablar, gritaba. Yo creo que escribo para gritar con mi madre, gritar junto a otras madres, mujeres, más personas. Yo grito desde mi lugar, los personajes lo hacen, porque mi madre cuando estaba preocupada gritaba y ahora yo lo hago”, detalla en entrevista.

Marcelino Freire, originario de Pernambuco, Brasil, ha sido una de las voces más activas de la edición 33 de la FIL, participando en distintos paneles como Destinação Brasil y las galas de El placer de la lectura, y a través de sus versos deja en claro el potencial que la poesía tiene cuando también se aborda desde las raíces y la identidad, del seno maternal y del deseo por ver a una sociedad libre de prejuicios y distinciones absurdas.

“La afirmación de mi origen fue muy importante. Una extensión de mi personalidad está en las páginas escritas. Descubrí más fuertemente esta personalidad cuando afirmo de donde soy, eso está en lo que escribo. Yo salí de Pernambuco, pero Pernambuco no salió de mí y esto es peculiar”, explica el autor de “Angu de Sangue” y “Amar é Crime”, quien encontró en la literatura del mexicano Juan Rulfo ese tacto para describir su tierra y su contexto a través de obras como “Pedro Páramo”: “Cuando leí a Juan Rulfo yo era adolescente y en ‘Pedro Páramo’ encontré esa geografía específica, tanto que la primera vez que vine a Guadalajara y estuve en la calle encontré a Comala en cualquier lugar. Me sorprendió cómo es que una persona, desde su lenguaje, puede colocar toda la geografía, de sus olores, de su Sol, de su pueblo”.
 

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