Cultura

Literatura y vida: Auster sobre Crane

El escritor norteamericano se sumerge en la personalidad de uno de los autores estadounidenses más destacados del siglo XIX

El escritor estadounidense PaulAuster presenta su libro “La llama inmortal de StephenCrane” (Seix Barral), un extenso texto sobre uno de los autores estadounidenses más importantes pero olvidados del siglo XIX.  

En conferencia de prensa virtual, Auster platicó sobre la peculiar personalidad de Crane: “Tomaba muchos riesgos, fue corresponsal en dos guerras, estuvo en un naufragio, siempre estuvo en primera línea en situaciones peligrosas. También era un apostador, el póker era una obsesión. Creo que mucho de esto tenía que ver con el hecho de que sabía que iba a morir joven, porque sus pulmones no eran fuertes. Quiso sacarle el mayor jugo a la vida. La mayoría de nosotros pensamos que seremos eternos, no concebimos nuestra propia muerte. Él lo sabía a los 20, murió a los 28. Ni siquiera era un adulto completamente, estaba en su proceso de desarrollo humano”.

Algo que cautivó al autor fue la fugacidad de la vida de Crane: “Murió a una edad muy joven, 28 años. Leí su obra, todo lo que pude sobre su vida. Quise escribir un libro para expresar mi apreciación a la grandeza de su trabajo. Imaginé un libro pequeño, unas 200 páginas máximo. Fue creciendo hasta ser este libro extenso. Créanme, no quería escribir un libro tan largo, es muy complicado de hacer”.

Busca darle proyección

La gran mayoría de las novelas que le dieron fama a Paul (“La música del azar”, “El libro de las ilusiones”, “Un hombre en la obscuridad”, “La trilogía de Nueva York”, entre otras) son libros relativamente breves. La longitud de la novedad fue algo que no estuvo planeado, pues su manera de escribir es intuitiva: “No tengo un plan cuando avanzo, cada nuevo día es una aventura. Voy encontrando mi camino, me enseño a mí mismo cómo escribir un nuevo libro, que es diferente a los que he hecho antes. Me siento como un principiante: todo lo que he escrito en el pasado no me ayuda a escribir lo que hago en el presente. No puedo predecir nada. Nunca hubiera pensado, ni en cien años, que iba a escribir una biografía de Stephen Crane. Pero me interesó, lo empecé y lo hice. Nadie sabe por qué”.

Los grandes autores

El escritor afirmó que hay otras figuras de la literatura clásica estadounidense que le atraen en una forma similar a Crane, aunque no se embarcaría en abundar en ellos en formato de libro: “Me gustaría escribir sobre Melville, Hawthorne, Thoreau, Algunos de los escritores que produjo EEUU en el siglo XIX son de lo mejor. Sus obra siguen vivas. La mayoría escribieron alrededor de 1850: la guerra civil se acercaba, la transición de una sociedad agraria a una industrial, todo eso causaba conflictos. Y luego, claro, el gran problema del esclavitud en el país. Estos autores olieron lo que iba a pasar, y así sucedió. Cada uno de ellos lo hizo a su manera. Incluiría a Emily Dickinson, la poeta. Es magnífica en un sentido indescriptible, una fuente continua de inspirador. Mi esposa, también escritora (Siri Hustvedt), la ha leído desde los once años: tiene sus libros en el buró, a diario lee tres o cuatro poemas de ella, no se agotan. Pero no voy a escribir de ellos: no acabaría”.

El celebrado autor, cuyo nombre ha sonado durante decenios para el Premio Nobel de Literatura, comentó su interés por Crane: “Una razón por la que quise escribir sobre Crane es porque sospecho que en Estados Unidos no se lee suficiente. Casi solo su libro ‘The Red Badge of Courage’. Pero las docenas de obras que escribió no. Mi objetivo es generar un interés, es una figura importante. Creo que es el primer modernista en Estados Unidos, abrió la puerta a lo que sucedió en el siglo XX. Su método de escritura es sorpresivamente contemporáneo. No lo tenemos que leer con la mirada de que es un libro viejo: es actual. Es mi objetivo: llevarle nuevos lectores a Crane”. 

Descubrimiento y nuevos caminos

Auster rememoró su primer encuentro con Crane: “Cuando era adolescente en la escuela todos leíamos esa novela (‘The Red Badge of Courage’). Eso ya no pasa. Antes leíamos La letra escarlata (de Nathaniel Hawthorne), pero los profesores se han puesto nerviosos porque los estudiantes no se interesan en la literatura. Por eso escogen libros que piensan que serán más atractivos, sobre la vida contemporánea”.

“Creo que es erróneo, pero lo entiendo. Esos libros ya solo son leídos por los adultos, quienes van a la universidad, un sector reducido de la población. Pero todos van a la preparatoria, antes todos los leían”, remata.

Esta publicación sigue a la novela “4 3 2 1”, su libro más extenso a la fecha. El autor comentó cómo fue la escritura consecutiva de ambas obras, que sobresalen por su longitud con respecto a sus novelas: “El punto es que no tomo decisiones, tengo un impulso para escribir. Tras terminar ‘4 3 2 1’, esa larga novela, estuve bastante cansado. Empecé a leer libros que siempre había querido leer y no lo había hecho”.

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