Javier Cercas, el rebelde con un lugar en la RAE
El escritor español reivindicó que la utilidad de la literatura es su forma de demostrar rebeldía ante el poder, sin embargo, afirmó que también resulta una forma útil de conocer a los demás
El escritor español Javier Cercas reivindicó la utilidad de la literatura como forma de rebeldía ante el poder, pero también de conocimiento y de placer equivalente, afirmó en su discurso de ingreso en la Real Academia Española (RAE) durante un acto hoy por la tarde en la sede de la institución.
Su discurso, titulado “Malentendidos de la modernidad. Un manifiesto”, se centró en desmontar lo que el autor de “Soldados de Salamina” considera “una telaraña pertinaz de malentendidos, por no decir supersticiones o prejuicios” extendidos en el mundo literario.
Cercas enumeró los equívocos que hay en la fama del escritor: Está encerrado en su torre de marfil; la glorificación del artista; la idea de que la buena literatura ha de ser minoritaria; y, por último, la de la inutilidad del arte.
“La verdadera literatura está compuesta por palabras en rebeldía, y de ahí que represente un peligro para el poder”, incidió el escritor, que planteó la pregunta retórica de si hay algo más “útil” que esa rebeldía.
Sobre el dogma de la inutilidad del arte, apuntó que se remonta a Oscar Wilde, que en 1890 remató el prefacio de “El retrato de Dorian Gray” con esa afirmación en la que Cercas ve “un alegato emancipador” y una forma de “rebelión” contra el “pragmatismo burgués” y contra el sometimiento del arte a ideologías.
Pero ese alegato original, lamentó, se ha fosilizado en dogma en el “mundillo literario” actual, “siempre tan sordo a las ironías de los maestros de la Modernidad y tan dócil a los clichés resultantes de su interpretación literal”.
Para el autor, la literatura es antes que nada “un placer”. Pero, además, es “una forma de conocimiento de uno mismo y de los demás”.
“Por eso, cuando alguien me dice que no le gusta leer, lo primero que se me ocurre es darle el pésame”, afirmó.
En defensa de la popularidad de la literatura, Cercas, un escritor popular, comprometido y con lectores en todo el mundo, ganador de multitud de galardones, desde el Premio Nacional de Narrativa al Premio Planeta, arremetió contra la “pereza mental” que lleva a considerar que un libro es bueno solo porque se vende mucho o a considerar que es malo por la misma razón.
Eso sí, descartó la “glorificación” del escritor —“la auténtica inmortalidad es el anonimato”, dijo— y alabó al buen lector porque, a su modo de ver, “una novela es una partitura y es el lector quien la interpreta” y “un libro sin lectores es letra muerta”.
En cuanto a la idea del escritor encerrado en la torre de marfil, consideró que ningún escritor español de primera fila de los dos últimos siglos ha sido indiferente a la realidad, como tampoco lo fueron sus héroes literarios, entre los que mencionó a Kafka, Joyce, Borges o Proust.
CT