Un recuento de la FIL
“Los libros son, en esencia, vehículos de la libertad y enemigos de cualquier tipo de fundamentalismo” -Raúl Padilla
Para mí, la FIL es como un aeropuerto de ideas; un espacio en el que comutan personas de distintas edades, contextos y posturas, pero a las que les une un mismo fin: el conocimiento. Sea por obligación, entretenimiento o la mera necesidad de cultivarse, todos estamos ahí con un propósito en común, el de saber.
Es una forma de conocer no solo nuestros intereses literarios, sino también, conocernos a nosotros mismos; aventurarnos a indagar en lo más profundo de nuestra mente mientras caminamos por los laberintos editoriales y escudriñamos cada stand durante mínimo una hora. Es poder dialogar con los extraordinarios fantasmas literarios del pasado mientras comemos una crepa, porque llegar por la mañana e irse por la noche no es tarea fácil. Es echar chisme con Dante Alighieri y Virginia Woolf mientras descansas en el área internacional. Es esperar a que se desocupen los sillones en fin de semana y que la espera haya sido en vano.
Cuando voy a la FIL, me vuelvo atleta olímpica. Cargo con bolsas de libros que hasta a los de pesos pesados les haría sudar la gota gorda, camino más que en una marcha atlética, brinco obstáculos entre la multitud de gente y, a veces, hasta escalo. Honestamente, lo considero un logro. Al final del día, soy feliz, pues pude conseguir esa edición agotada que estuve buscando o porque me encontré con esa autora de la que soy tan fan. La FIL es casi como un baúl de tesoros que, por más escondidos que están, existen y esperan ser encontrados.
Julia García Padilla
COMPARTE de viva voz, los líderes sociales comparten algunas de sus experiencias
Inteligencia Artificial
Carlos Coello
¿Cuál fue su primer acercamiento a la Inteligencia Artificial?
Yo conocía las IAs gracias a la literatura, las películas, pero profesionalmente hablando, tuve un acercamiento a ellas cuando hice un posgrado en los Estados Unidos. Esta interacción cambió mi percepción, pues antes tenía una postura muy sesgada sobre lo que eran, pero al comenzar a estudiarlas, me di cuenta de que era un poco aburrido. Pensé que sería mucho más complejo, mucho más mágico, pero no. Simplemente son algoritmos sin chiste, herramientas no tan difíciles de usar.
Lo que es difícil es comprender cómo operan. Los avances en Inteligencia Artificial en los últimos treinta años han sido fenomenales.
¿Cómo ha cambiado esto en los últimos años?
Muchísimo porque, en los noventa, la Inteligencia Artificial se basaba en un modelo simbólico. La hipótesis de los pioneros de la IA era que se podía hacer una representación del conocimiento de los humanos y con esa representación, que era un conjunto de símbolos, se podía extrapolar y hacer acciones inteligentes. Eso lo probaron. Hubo softwares muy exitosos cerca de los setenta, pero solo en problemas pequeños. Cuando esto lo quisieron llevar a problemas grandes, esa Inteligencia Artificial simbólica fracasó rotundamente. A raíz del fracaso, se desarrolló otra tecnología en la que no se representaba el conocimiento con símbolos, sino con números. Estos algoritmos, por más interesantes que se vean, lo único que hacen es procesar números. Reciben información, la procesan y deliberan a manera de texto o imagen. Es muy difícil entender cómo llegan a una solución y predecir a qué tipo de solución va a llegar ese algoritmo. Definitivamente, vivimos en una nueva era, pues estos algoritmos han logrado cosas que los otros no pudieron.
Últimamente las Inteligencias Artificiales se están empleando en el mundo del arte y la literatura. ¿Es justo que una Inteligencia Artificial compita contra un humano en la misma disciplina artística?
Yo creo que no, pues no son creativas. Por sí solas no pueden crear nada. Lo crean con la asistencia de un humano. Por ejemplo, el otro día le mostré a mi hijo, que estudia diseño en línea, un famoso video de Coca Cola hecho con IA que circulaba por redes. Él recalcó que era un video interesante con imágenes bien desarrolladas, pero que el guion había sido producto de un humano y que este era la parte fundamental del video.
También, hubo un fotógrafo que con IA creó una foto para un concurso y ganó sin recoger el premio, pues quería probar que este era un riesgo que se corre hoy en día con el mal uso de las Inteligencias Artificiales, en el mundo del arte. Yo pienso que en el futuro existirán herramientas que nos ayudarán a identificar lo hecho con IA y lo que proviene de la creatividad humana.
Desafortunadamente, hay estudiantes que hacen un mal uso de estas herramientas y, en lugar de generar productos de índole científica o artística, realizan sus tareas con ChatGPT y otras variantes que les priva de desarrollar habilidades fundamentales para su desarrollo en el mundo laboral. El problema no es la existencia de estas herramientas, sino la dependencia que tengamos de ellas. Deben ser un apoyo para el desarrollo, no una forma de sustitución de habilidades.
De momento, es sencillo reconocer lo que está hecho por una Inteligencia Artificial al momento de asignarle una tarea a los jóvenes, pues estos tienen un vocabulario más limitado que una IA, pero en el futuro, cuando a las IA se les pida redactar un documento con el tono y estilo de un joven de catorce años, todo va a cambiar. Será casi imposible reconocer un trabajo del otro.
Yo pienso que la línea ética debe cambiar. Se va a volver fundamental. En el nuevo modelo educativo, tendrá que reforzarse mucho, porque esa es la clave para que no ocurran cosas desastrosas.
En este creciente desarrollo de las IA, ¿es posible que estas se vuelvan sentientes?
Algunos creen que sí. Yo pienso que no. Al menos no a corto plazo, porque ahí debería existir un componente biológico. La conciencia se puede simular, pero la conciencia como la entendemos los humanos nadie la ha podido replicar, porque hay muchas cosas de la conciencia que todavía no entendemos. Sabemos que el cerebro procesa grandes cantidades de datos, pero los algoritmos no filtran nada. Procesan toda la información, algo que para un humano es muy difícil. Lo que debemos cuidar es hacia dónde queremos que evolucionen las tecnologías. Tomemos en cuenta que estos algoritmos no son conscientes de lo que están haciendo. Están siguiendo reglas y ejecutando pasos.
Y aunque no lo logren, ¿qué tanto pueden hacer creer a la gente que sí?
Eso sí puede llegar a ser indistinguible. En algunos años se va a lograr. De momento, el humano puede identificar la diferencia, sin embargo, estos algoritmos están mejorando a una velocidad vertiginosa. En cinco años vamos a llegar a esta realidad.
¿Hasta qué punto somos lo suficientemente crédulos como para seguir ciegamente a estas Inteligencias?
Excelente pregunta. Yo creo que eso tiene que ver con nuestra formación y cómo fuimos educados, por eso es muy importante cambiar el modelo educativo. Los jóvenes ya no quieren el mismo modelo educativo: mecanizado. Debemos tener un modelo más guiado por el sentido común, porque, si no, seremos presa de estos algoritmos. Vamos a hacer todo lo que los algoritmos nos digan. En algunas cosas ya lo hacemos. Por ejemplo, yo, a cualquier lado que voy, me guío por Waze. Y, por ahorrarme dos minutos, me manda por colonias sumamente peligrosas. Entonces, no hay conciencia en lo que está haciendo. Eso es lo que a las IA les falta: una capa adicional de información de lo deseable y lo indeseable en una solución. No siempre la solución óptima es la deseada.
Así como ChatGPT, han circulado aplicaciones de uso regular por los jóvenes en las que la IA emula ser personajes e incluso miembros de la familia. Ha habido testimonios de jóvenes que se sienten devastados tras una conversación con estos personajes o que pasan horas aislados por seguir con la historia. ¿Es este uso desmedido de las herramientas peligroso para la salud mental de los jóvenes?
Claro, pero no es algo que haya surgido a partir de estas tecnologías. Desde que los jóvenes se comunican por medio del celular, estando a metros de distancia, reconocí que ya teníamos un problema latente. Vivimos en una era en la que la comunicación es muy impersonal. Los jóvenes socializan hasta cierto nivel, pero, en internet, uno puede ser quien sea. Las Inteligencias Artificiales, más que generar el problema, lo agudizan y lo hacen peor. La juventud se siente más aislada, más sola. Veo jóvenes que se sienten desesperanzados e incomprendidos. Buscan gente con características muy especificas que se adapten perfectamente a sus necesidades y, ahí, la IA puede ayudar. Desafortunadamente, la perfección no existe en los humanos, eso sería una utopía. La respuesta a este problema es la aceptación. Aprender a vivir como fuimos diseñados y aceptar el mundo en que nos tocó vivir, integrarnos más entre nosotros.
Mensaje para la comunidad de Mar Adentro
Estudien y prepárense, no confíen en la veracidad de la información que les da internet, traten de ejercitar su sentido común. Si dejamos todo en las manos de algoritmos, vamos a perder la capacidad de razonar. ¿Cómo podemos hacer eso? Debemos convivir con la gente, comprender cómo y por qué hacemos las cosas y no solamente mecanizarlas. Desconfiar de las herramientas: ¿qué deberíamos confiarles y qué no?, o ¿qué deberíamos verificar en sus respuestas?
ECOS DEL DEBATE
“El proceso de documentación es fundamental para crear una obra”
Cuando uno está investigando un fenómeno, la angustia que uno tiene y la obsesión que se desarrolla, es algo que a la gente le puede sacar de quicio. Vive uno en un estado de tensión constante, de tensión intelectual, pero cuando se empieza a tener luces, ideas sobre las respuestas, es muy difícil describir la satisfacción. Ahora, algo que me pasa a mí y que hasta hace poco no sabía que a todo mundo le pasa, es cuando uno tiene que entregar un texto, publicar un artículo o preparar un tema y se pone a procrastinar. Yo suelo retrasar mucho la preparación de ese producto final y de repente, un par de días antes, todo empieza a fluir. Lo cual quiere decir, que en el fondo de la mente se sigue trabajando el problema.
Felipe Leal, autor de “Conversaciones con Teodoro Gonzáles de León”.
El proceso de documentación puede significar un reto, sin embargo, en cada investigación existe una línea creativa sumamente interesante que puede impulsarte a seguir trabajando en ello.
Cristina Rivera Garza, autora de “Escribir con el presente: archivos, fronteras y cuerpos”.
10 NOTICIAS POSITIVAS
- La poeta Melissa Cordero Nobo fue reconocida por el volumen “Hundir las manos temblorosas”.
- La arquitecta mexicana Frida Escobedo ha sido galardonada con el Premio Charlotte Perriand para el año 2024 por la CDA (Créateurs Design Association & Awards), en virtud de su destacada creatividad en el ámbito de la arquitectura.
- Claudia Goldin ha sido galardonada con el Premio Nobel de Economía por sus investigaciones pioneras sobre la disparidad de género en el ámbito laboral.
- Narges Mohammadi, la destacada activista iraní, ha sido distinguida con el Premio Nobel de la Paz en 2023.
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- Estudiantes de la Facultad de Contaduría y Administración de la UAS pusieron en alto el nombre de Sinaloa al ganar el primer lugar en el séptimo Maratón Regional de Ética 2023.
- Unisierra fortalece la fusión de ciencia y tecnología en la sierra de Sonora.
- El alumno de la Universidad Politécnica de Querétaro (UPQ), Alexander Cordero, se posicionó en el lugar ocho de 50 participantes del Campeonato Mundial Sub 20 de Ajedrez.
- Estudiantes de Alturas del Sur aprenden a evitar la violencia por medio de círculos de lectura.
- Realizan conversatorio ‘Educación y cultura para la paz’, proponen más valores, igualdad y democracia en modelos educativos.
Mar Adentro propone
PARA LEER… “Chismecito literario” es un libro donde la autora ahonda en la vida de los escritores.
PARA SABER… Asistirán 775 escritores a la Feria Internacional del Libro.
PARA CONOCER… El museo Cabañas tendrá en exposición la obra de jóvenes talentosos, quienes obtuvieron el dictamen de seleccionados del concurso “Jalisco en 200 imágenes”.
CT