Javier Munguía entra en el misterio del “caso Cumbres”
En su nuevo libro el escritor mexicano retoma la verdad sobre los crímenes cometidos por Diego Santoy en la colonia Cumbres de Monterrey
El caso Cumbres, uno de los episodios criminales más mediáticos en la historia reciente de México, vuelve al centro de atención con la publicación del libro “El caso Cumbres. Toda la verdad sobre los crímenes de Diego Santoy”, escrito por Javier Munguía.
Este texto, que aborda los hechos ocurridos el 2 de marzo de 2006 en la colonia Cumbres de Monterrey, busca ofrecer una perspectiva fundamentada y alejada del sensacionalismo que marcó el tratamiento inicial del caso.
En aquella fecha, María Fernanda y Erik Azur, de tan solo tres y siete años, perdieron la vida a manos de Diego Santoy, ex pareja de Erika Peña Coss, quien también resultó gravemente herida en el ataque.
A casi dos décadas de los hechos, Munguía platica para EL INFORMADOR y afirma que su obra no sólo reconstruye los eventos, sino que reivindica a las víctimas y expone cómo la narrativa pública fue manipulada con el tiempo.
“La sociedad se quedó con la idea de que Diego Santoy está en la cárcel injustamente, que fue víctima de las circunstancias. Esa es la historia que se consolidó, y por eso decidí escribir este libro, para ofrecer una visión sustentada en las sentencias judiciales y los documentos del caso”.
Munguía denuncia que, con la entrada de una nueva estrategia legal, se propagaron teorías alternativas que culpaban a Erika Peña y a su madre, lo que resultó en la revictimización de las sobrevivientes.
El libro, con un enfoque ético, no se limita a presentar versiones contrastantes. Según Munguía, su investigación profundiza en las evidencias, como las pruebas periciales y las declaraciones, que dejan poco margen para la duda: “Las evidencias eran contundentes desde el inicio. Revisé las sentencias y descubrí que, a pesar de ello, la sociedad abrazó una narrativa ficticia más morbosa”.
Además de reconstruir los hechos, el autor busca generar una reflexión sobre cómo la sociedad mexicana aborda los casos criminales. “Hemos juzgado este caso como si fuera una telenovela, un chisme más, en lugar de reconocer la gravedad del crimen y respetar a las víctimas”.
La voz de una víctima
Una de las aportaciones más significativas de Munguía fue lograr establecer contacto con Erika Peña Coss, quien había mantenido un bajo perfil tras los hechos. “Para mí era esencial rescatar su voz. Ella estuvo a punto de morir, perdió a sus hermanos, y durante años fue atacada por mentiras. En el libro está algo de lo que me compartió, porque consideré fundamental incluir su perspectiva”.
El autor subraya que su objetivo no es solo contar la historia, sino contribuir a un cambio en la percepción social.
CT