Alain Vigneau: sanar las heridas a través de la risa
El escritor presentó en el marco de la FIL sus dos nuevas obras, tituladas “Clown Esencial: el arte de reírse de sí mismo” y “Vida de clown, la tragicomedia del ser”
La risa es uno de los instrumentos más maravillosos con los cuales cuenta el ser humano… La felicidad hecha sonido. Cada risa es única, un método para despejar las penumbras, una comunión con los otros, un nerviosismo que aparece en instantes inoportunos, un recuerdo, una liberación: algo para nosotros mismos.
La condición humana, el ser humano, implica sufrir. Todos sufrimos, todos tenemos historias tristes, todos hemos atravesado duelos, suspirado por amores imposibles y rupturas difíciles de curar. Y si bien cada persona tiene mecanismos propios para lidiar con las adversidades, pocas veces se recurre a uno de nuestros dones más importantes: el humor y la risa, reírnos de nosotros mismos.
Ayer, durante la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara, el francés Alain Vigneau presentó ante los tapatíos sus libros “Clown Esencial: el arte de reírse de sí mismo” y “Vida de clown, la tragicomedia del ser”.
En estas obras, Alain Vigneau aboga por la risa y el humor como una forma de terapia, como una manera para que los seres humanos puedan liberarse del dolor.
Vigneau inició la conferencia con una sonrisa hacia el público: “Para la mitad que no me conoce -porque la otra mitad son amigos míos-, yo soy francés”.
Vigneau explicó las razones que lo llevaron a la escritura y compartió que, para él, los libros le salvaron la vida: “No sé a ustedes”, dijo, “pero a mí, hay muchos libros que me han salvado, y me consta que algunos de mis libros han salvado personas”.
Respecto a su libro “Vida de clown, la tragicomedia del ser”, Vigneau explicó que “es un libro que nos motiva a seguir con nuestros sueños a pesar de los pesares”.
Compartió que una juventud difícil lo llevó al sueño improbable de ser un payaso; fue un actor y payaso de circo, y lleva más de 30 años dedicándose al arte del clown, en el que vio una salida psicológica para los penares del ser humano. “Todos sufrimos y lloramos en el mismo idioma”, afirma Vigneau. La razón por la que escogió este camino, era “porque no soportaba al mundo ni a los seres humanos. Pero la realidad era que no me soportaba a mí mismo”.
Con el arte del clown, Vigneau comprendió que a las personas les gusta ver a alguien que esté peor que ellos mismos: “Ven un payaso en escena, y piensan: yo estoy mal, pero el payaso que está en el escenario está peor. Así funciona”.
Vigneau agradeció el arte difícil de ser payaso, lo que le ha permitido darle a la gente herramientas para conocerse mejor a sí mismas, para poder sanar los dolores y las heridas a través del humor, de la risa, y la burla a nosotros mismos.
CT