Cultura

Letras con sabor a un ¡Azúcar a Margo!

La escritora mexicana Margo Glantz será homenajeada este 28 de octubre a las 19:00 horas, en el marco de la FILO

La escritora mexicana Margo Glantz celebra 90 años de vida en la Feria Internacional del Libro de Oaxaca (FILO). El festejo será virtual, el próximo miércoles 28 de octubre (a las 19:00 horas) con la sesión ¡Azúcar a Margo!, donde la autora charlará con Marina Núñez Bespalova (a través de la cuenta de Facebook de la feria).  

Narradora y ensayista, además de académica, Margo Glantz ha cosechado premios y lectores durante su carrera, como el Premio FIL, el Premio Xavier Villaurrutia, el Premio Sor Juana Inés de la Cruz y el Premio Nacional de Ciencias y Artes en el área de Lingüística y Literatura, entre muchos otros.

En entrevista, Glantz recordó su inicio en la literatura, un debut que demoró para encontrar su estilo:

“Yo tenía una forma de escribir que no acababa de cuajar, una forma poco aceptada, poco canónica. No había logrado encontrar una forma que respondiera a mi deseo de escritura. Tenía los temas, un poco la técnica, la metodología, pero todo era tentativo. Una cosa accidental permitió que yo me lanzara a escribir ese tipo de textos, con un libro que tuve que publicar a cuenta de autor: Las mil y una calorías, novela dietética”.  

Sobre su primer libro literario, más allá de los ensayos, platicó: “Es curioso, estaba dando un curso en una universidad estadounidense en 1976, donde he enseñado mucho. Tenía una niña muy pequeña, de 6 años: no tenía babysitter. Lo que hacía era comer galletas y quedarme con mi hija. Decidí escribir un libro que me ayudara a bajar calorías, por eso el título. Cuando regresé a México lo empecé a escribir y lo armamos con mi hija mayor y mi sobrino (Ariel Guzik) que tenía 17 años y ya era un gran dibujante”.

Tras el rechazo de varias editoriales, Margo decidió proponerlo a la editorial Premià, de Fernando Tola de Habich: “Ya había publicado la traducción de Historia del ojo de Bataille. Le pedí que me permitiera su pie de imprenta para publicar el libro. Pagué el libro y lo vendí en abonos, hice una cantidad de reuniones, como en el Ágora, una librería muy solicitada en aquella época”.

Así fue como debutó en la literatura, con 47 años. Pero antes de ello se dedicó a la docencia, también con la escritura de ensayos sobre literatura e historia. Para Glantz, ambas facetas son igual de importantes, al resaltar también la promoción para la lectura de las escritoras mexicanas que ha trabajado: “Creo que la academia, la docencia y mis escritos ensayísticos para mí son como mi escritura de ficción. Es importante también mis 60 años de escritora, enseñando a Sor Juana, haciendo que literatura como la de Elena Garro, Nellie Campobello, Elena Poniatowska o la de Rosario Castellanos sea conocida fuera de México. Es importante, lo ha sido para mis libros”.  

Una influencia capital en la vida de Glantz fue su padre, autor de poemas que también incursionó en la escultura y pintura a los 60 años: “Fue un hombre muy vital, un gran poeta en idish, el idioma en el que nació y que fue aniquilado por los nazis primero, y después por Israel cuando instalaron el hebreo. Mi padre me llevaba todos los domingos a oír música a la sinfónica. Mi primer ahorro fue para comprarme un tocadiscos y discos de Mozart”.  

Entre las novedades editoriales de Margo Glantz está “El rastro”, publicado por editorial Almadía (organizadores de la FILO), y en donde confluyen las temáticas que rigen la obra de la autora: el cuerpo, la música, las relaciones personales y la identidad.

JL

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