La poesía como arma y herramienta
Soledad Fariña salió de Chile tras el golpe de Estado de 1973, una experiencia que ha marcado su poesía y su manera de ver el mundo
La escritora Soledad Fariña tiene las cosas claras, pues al describirse a sí, no tiene empacho en reconocer que la radicalidad de los años y los acontecimientos han moldeado su manera de ver el mundo.
Fariña es una mujer y poetisa acostumbrada a las dificultades, pues alguna vez, debido al golpe militar de Chile en 1973, tuvo que mudarse a la ciudad de Estocolmo (Suecia), a 12 mil 160 kilómetros de distancia de su natal Antofagasta.
Con todas estas vivencias, y sabedora de la lucha que vive Latinoamérica en diferentes flancos y trincheras, la autora de “La vocal de la tierra” vuelve a tener las cosas claras al definir la poesía como una herramienta para la revolución.
“La poesía es una gran herramienta para sensibilizar, y digo herramienta por no decir arma, pero también se podría decir que es un arma de lucha. Es abrir el intelecto y la sensibilidad de las personas poniendo las cosas difíciles, porque facilitar todo no es bueno. Con el feminismo en Chile, las mujeres de letras están abriendo temas de mujeres, muchos”.
“Estamos en una etapa de cambio que es muy dura, ha habido represión, muertos y heridos. El movimiento viene de la sociedad, no de los políticos. Los grupos sociales y la gente que sufre tienen que saber cómo quieren cambiar la constitución”.
Soledad conoce de los problemas y añoranzas de su país, es consciente de las protestas políticas y de la lucha que han emprendido sus compatriotas para visibilizar el movimiento feminista, por ello porta una camiseta con una leyenda clara que parece advertir cuándo volverá la calma a su tierra: “Hasta que la dignidad se haga costumbre”, dice el mensaje en su pecho.
Fariña nació en Chile en 1943, pero ahora se encuentra en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara 2019 (FIL) promocionando el relanzamiento de su poemario “La vocal de la tierra”.