Cultura

La pandemia "infecta" al comercio de los libros

La industria sufrió una caída de por lo menos dos dígitos en la comercialización de ejemplares impresos; por otro lado, reportan un incremento del 30% en la venta de libros en línea

La industria editorial en México ha sufrido una caída en la comercialización de libros impresos de por lo menos dos dígitos y aunque todavía no hay reportes puntuales, el gremio de editores señala que la caída ya supera 12% este abril, cuando cerraron todas las librerías y puntos de venta por la pandemia del COVID-19; en contraparte, algunas empresas reportan un incremento de 30% en venta de libros en línea.

Aunque en marzo cerraron con ventas casi normales, en abril ya reportan una caída importante, que saben que se irá incrementando en mayo y probablemente junio y aún en los meses posteriores, pues la mayor incertidumbre está no solo en la fecha de regreso a la vida en las calles, sino incluso en cómo será ese regreso.

Las cifras anteriores se dan a la par de la petición de la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana (Caniem), la cual lanzó el pasado 27 de marzo un llamado al gobierno federal para que ofreciera medidas fiscales para la protección del empleo; también, le solicitaron diferir el cobro de ISR, la declaración anual de las personas físicas y morales y simplificar y acelerar la devolución del IVA a las empresas que tienen saldos a favor. Sin embargo, no ha habido ninguna respuesta positiva.

Juan Luis Arzoz, presidente de la Caniem, asegura, a nombre de los editores, que hasta marzo había un crecimiento de 4% en la industria, “pero en abril se cayó todo; estamos haciendo una encuesta para ver cómo está afectando, pero aún no tenemos resultados; en cuanto al libro electrónico andaba por 4% antes de la crisis, que no es nada, ahora con esta crisis yo creo que subirá a 10% o 12%, por lo menos”.

Roberto Banchik, director general de PenguinRandomHouse México, asegura que van un poco como los alcohólicos, día con día, porque todo puede cambiar; dice que hasta febrero hacían proyecciones a meses e incluso a un año o dos, pero esta pandemia ha cambiado todo.

“Hace un par de días decidimos prácticamente posponer las novedades de abril y mayo, nosotros más o menos sacamos entre 60 y 70 novedades al mes, es el ritmo que teníamos entre bolsillo, infantil, diferentes formatos y sellos; de eso prácticamente todo se pospone porque no hay comercio, las librerías están cerradas, los puntos de venta están cerrados, le haríamos un mal servicio a nuestros autores porque ni siquiera los podemos producir”, afirma Banchik.

El editor reconoce que todavía marzo fue un mes donde algunas librerías cerraron pero otras no, la diferencia regional también fue distinta; Jalisco actuó muy rápido, pero la Ciudad de México no, por lo que en marzo no se notó realmente una caída en el comercio, pero en abril por supuesto ha sido duro porque ya no hay puntos de venta físicos.

“Lo que sí ha crecido muchísimo es el comercio electrónico, la gente que puede sí está comprando sus libros online y se los llevan a su casa a través de las cadenas de librerías como Gandhi, Porrúa o a través de Amazon; igual que la descarga de libros electrónicos y audiolibros, eso ha crecido muchísimo, en unas cuatro semanas se multiplicó en México por un factor de 10; es decir, si vendíamos 10, de pronto en cuatro semanas ya estamos vendiendo 100. Esa es una gran noticia”, afirma.

El director general de Penguin dice que lo interesante y preocupante será el regreso, ese va a ser el dato fuerte. “Ahorita va a ir para abajo inevitablemente entre abril y mayo, el tema es cómo se va a ver septiembre de este año con respecto a septiembre de 2019, ¿30% menos?, ¿50% menos?, no hay idea”.

También señala que el otro gran golpe para la industria ha sido la devaluación, “no sólo se han caído las ventas, la producción se vuelve más cara porque el papel que usamos nosotros es un papel de bosques sustentables por un compromiso ecológico de la empresa, y de pronto el peso se nos devaluó 30%, eso fue peor. El consumo va a caer inevitable, brutal y radicalmente, pero el tema es cuánto se recupera después”.

Algunas opciones

Esa es la preocupación del gremio de editores y de libreros en general. Juan Luis Arzoz asegura que entre las cosas que han hecho como Cámara, además del desplegado, es que lanzaron un llamado a quedarse en casa y a leer libros; y además lanzaron un directorio de librerías electrónicas.

“En estos días vamos a sacar una campaña desde la Cámara para que tanto editores como libreros promuevan en sus páginas de internet el comercio electrónico, eso es lo que estamos haciendo como locos para tratar de promover y tratar de defender un poquito a los negocios”, señala el editor.

Su otra preocupación es “¿cómo vamos a despegar cuando esto pase? ¿Qué va pasar? Creo que todo será diferente, los negocios van a ser diferentes, estamos con los libreros pensando juntos cómo vamos a despegar, qué vamos a hacer a partir del primero de junio o cuándo se levante la pandemia; queremos hacer también una campaña antipiratería porque las descargas ilegales han ido en aumento; la gente debe saber que todo tiene derecho de autor, nosotros somos el vehículo para hacer respetar a los autores”.

Arzoz asegura que la editorial es una industria muy vulnerable, “no tiene grandes capitales, la gran mayoría son editoriales chicas, pagan imprenta, hay dos o tres grandes y también se ven afectadas”; Roberto Banchik señala que no sabe cómo va a quedar el mercado editorial y el consumo de libros una vez que salgamos de la emergencia sanitaria y de la crisis económica en la que ya está el país; tampoco sabe cuántas librerías quedarán y cuántas editoriales no podrán sobrevivir.

JL

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