Cultura

La flauta marca la vida de Horacio Franco

Una decisión firme a los 11 años cambió el destino de uno de los mejores músicos que tiene México

A los 11 años, Horacio Franco le expresó a su madre el anhelo por aprender a tocar la flauta, pero enojada le respondió que nadie vivía de la música, que primero debía estudiar una carrera “decente” y no algo para “hippies”.

Con 40 años de trayectoria artística, hoy es el flautista mexicano de mayor reconocimiento a nivel mundial, creador de un estilo único, ganador de infinidad de premios, aclamado por la crítica y solicitado por compositores nacionales y extranjeros.

“Mi gusto por la música inició en la secundaria y fue por pura casualidad. Me di cuenta de que tenía facilidad para sacar todas las piezas que solicitaba el profesor de música y nunca había probado con algún instrumento”, platica Horacio Franco.

A los pocos días de su primer encuentro con la flauta, su maestro llevó a clase a la hija de un violinista de la entonces Orquesta Sinfónica Nacional. “Ella comenzó a tocar la Sonata para piano No. 16 o Sonata facile de Mozart. En ese momento sentí que me robaba el corazón y dije: ‘Yo quiero hacer esto, no quiero que pase un día más sin música clásica en mi vida’”.

Camino al sueño

Sin embargo, el camino de Franco se vislumbraba sinuoso debido a que sus padres no le autorizaban estudiar música, pero insistente en su objetivo, al cursar el tercer año de secundaria se inscribió de manera paralela en el Conservatorio Nacional de Música, aunque le deprimió descubrir que la institución carecía de un experto que impartiera la clase de flauta de pico.

“Era un instrumento que se introdujo en México, pero a nivel escolar debido a un modelo que Adolf Hitler impuso en la Alemania nazi de los años 30. Todo el mundo lo odiaba porque se implementó muy mal, muy al aventón. Mientras que mis compañeros tomaban la flauta a pura guasa, para mí era el instrumento que tenía a la mano, ya que mis padres no podían comprarme un piano”.

En aquella época, su familia no contaba con los recursos económicos suficientes para solventar sus estudios de música; incuso, su madre en tono molesto le decía: “‘Estás loco, si apenas hay para comer ya parece que voy a comprarte un piano. Y olvídate de que la música es una carrera, de eso no se vive, eso es para hippies, para los buenos para nada. Primero me estudias una carrera decente y luego eso’” compartió Franco.

Aunque el afamado músico no era partidario de contradecir a su madre, hoy le diría que se equivocó en sus conjeturas porque gracias a su virtuosismo, ha logrado presentarse en los escenarios más importantes de Estados Unidos, América Latina, Europa y Asia.

El primer paso lo dio luego de padecer la burla y el despotismo de uno de sus profesores de música (Icilio Bredo), quien le decía que a los 13 años ya era adulto para aprender a tocar el violín, instrumento que estudiaba en el Conservatorio Nacional de Música, a falta de un experto en flauta de pico que le enseñara. “Me dijo: ‘¡Cómo crees, aquí están los mejores violinistas del Conservatorio y tú apenas vas comenzando!’. Pero le respondí que deseaba hacerlo con la flauta, no con el violín. Entonces le toqué el Concierto en La menor para flauta de pico de Antonio Vivaldi y me aceptó en un recital en el Palacio de Bellas Artes, hace 40 años”.

Precisamente será en este emblemático lugar de la Ciudad de México donde el 14 de abril próximo Horacio Franco celebrará sus cuatro décadas de trayectoria, mediante un espectáculo en el que estará acompañado por el grupo Capella Barroca de México y, por supuesto, volverá a tocar los conciertos de Vivaldi.

La “regó” con la política

Si tuviera que corregir un punto de sus 40 años de trayectoria artística, Horacio Franco confesó que quizá eliminaría su incursión en la política.

“Admito que me metieron, no me metí. Me preguntaron que si quería ser externo del PRD para ayudar a modificar la Constitución en cuestión de cultura y caí cándidamente. Al haber dicho que sí, resulta que iba a ser constituyente y no consejero externo, y yo no lo sabía”.

“Me dejé bailar y ‘chamaquear’ por las palabras más precisas. Hasta ahora ha sido el peor error que he cometido, la experiencia más desagradable porque jamás hicieron una comisión de cultura. Cuando trataron de comprarme, les dije que no me vendo y renuncié”, recordó el ganador de la Medalla Mozart Austria-México.

SABER MÁS
Un consejo a los que vienen

A los jóvenes que están interesados en tocar la flauta de pico, Franco les aconseja no confiarse de lo que hay en YouTube. Señaló que no es tan fácil como parece, aunque admitió ser fan de personas como Chumel Torres.

“Sin embargo, creo que se debe trabajar mucho para cualquier carrera que desees estudiar o proyecto que te interese emprender. Tengo muchas cosas que hacer antes de morir. La flauta es parte de mi vida, me permite ser libre y feliz, sé que me dedicaré a tocarla por el resto de mi vida”.

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