La FIL vuelve a premiar a la poesía
Anuncian que el Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances 2018 es para Ida Vitale, escritora uruguaya; la ceremonia se realizará el 24 de noviembre
La poesía latinoamericana está de fiesta con el fallo del Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances 2018. El jurado decidió otorgar el reconocimiento, dotado de 150 mil dólares, a la escritora uruguaya Ida Vitale.
El jurado estuvo conformado por especialistas en las distintas lenguas romances: Efraín Kristal (quien leyó el acta), Luz Elena Gutiérrez de Velasco Romo, Elena Stancanelli, Valerie Miles, Carmen Murat y Héctor Abad Faciolince. El texto que acredita a Vitale como ganadora del certamen expresa: “Representa una fuerza poética en el ámbito de la lengua española”. Ida es autora de una treintena de libros, entre ellos uno en coautoría con Enrique Fierro, su esposo. Ha publicado poesía y ensayo, predominantemente.
Miguel Ángel Navarro Navarro, rector de la Universidad de Guadalajara, comenzó la ceremonia elogiando la cualidad políglota del premio: “Puede ser visto como una ruta que conecta el español con el francés, el italiano, el catalán, el rumano y portugués, para enriquecer el camino de los lectores que buscan en la literatura el impulso de su propia imaginación y creatividad… Este premio siempre será una ventana donde el público lector podrá asomarse a descubrir obras literarias del más alto nivel”. Marina Núñez Bespalova, directora de publicaciones de la Secretaría de Cultura federal, agregó a ese respecto: “Tiene una característica que pocos tienen: es el único que han visto la reunión de distintas lenguas con una sola raíz”.
Raúl Padilla López, presidente de la FIL, abundó sobre esta edición del certamen, que recibió 79 propuestas en total, con 62 escritores presentados al premio y que escriben en conjunto en seis idiomas (español, francés, catalán, italiano, portugués y rumano), originarios de 17 países.
En palabras de Ida Vitale
Nacida en Montevideo en 1923, Ida Vitale ha sido crítica literaria, periodista, traductora, ensayista y poeta. Publicó su primer libro en 1949, “La luz de esta memoria”. Vivió 11 años en México, cuando llegó huyendo de la dictadura en su país: “Casi todo lo bueno me viene de México… Mis 11 años en México fueron años de realización permitida”, dijo con gusto vía telefónica al recibir la noticia del premio. Luego de México, por una invitación laboral, Ida y su esposo mudaron su residencia a Texas, en Estados Unidos. Entre los galardones que ha recibido por su carrera está el Premio Octavio Paz en 2009 (compartido con Ramón Xirau), Premio Alfonso Reyes (2014), Premio Reina Sofía (2015), entre otros. La Universidad de la República, en Uruguay, le otorgó el doctorado honoris causa.
La premiada ha ejercido en el vínculo entre las culturas romances, al trabajar como traductora del francés e italiano. En la rueda de prensa destacó a propósito de un libro de traducciones que prepara: “Es algo que me interesó siempre. Sobre todo poemas, tampoco un libro completo, sino poemas de distintos escritores que en determinado momento me interesaron. A veces la mejor traducción es esa que responde al pedido íntimo: encontrarse con un poema muy lindo, y decir ‘Ah, cómo me gusta. Bueno, no lo escribí, pero puedo tratar de traducirlo’. Es una buena manera de cumplir con el poema”.
De las influencias, Ida comentó: “Es muy difícil para alguien como yo (que tuvo un punto de apoyo en la lectura) distinguir cuándo, dónde, en qué momento, quién. Leer mucho ayuda en el momento, y ayuda también a no tener demasiadas angustias de responsabilidad. De pensar ‘Ah, tal nombre influyó mucho’. Sí, influyó como influyó aquel otro que hoy no lo tengo tan presente. Un escritor tiene que ser como una esponja que absorba todo. Luego ojalá pueda hacer una síntesis y sacar algo más o menos propio. Pero todos estamos en deuda con todos… Uno nunca llega a pagar manifiestamente lo que uno debe”.
Hablando de deudas, Ida trabaja en nuevo material: “En este momento estoy en una mudanza: lo que uno lee es una frase cuando acomoda un libro y otra frase cuando acomoda otro. Quizá por eso mismo no estoy escribiendo. Estoy preparándome para corregir cosas que debo hace mucho. Un libro que se llamará ‘Shakespeare Palace’, porque era el nombre absurdo de la casa en la que yo vivía, en la ‘casa de Shakespeare’ y que no era un ‘palace’, por supuesto. Uno nunca termina de agradecer y pagar la deuda con un país. Ese libro quiero que sea un pequeño pago.
No, un recuerdo simplemente. La primera favorecida soy yo: lo releo y me acuerdo de cosas de México”.
Del papel de la poesía en la actualidad, Vitale comentó: “Cada vez es menor. En un tiempo, cuando era chica, los diarios uruguayos solían incluir poemas. Eran como un adorno que se permitían (de un poeta uruguayo o traducido). Era una manera de recordarle a la gente que la poesía tenía un sentido y que existía. Hoy eso ha desaparecido. No sé si algún diario en el mundo tiene el hábito de publicar poemas no por responder a una circunstancia específica (porque murió un poeta), sino como un sistema de hacer consciente a la gente de que la poesía forma parte del mundo”.