Cultura

Guerrero Casasola presenta “El método Kandinsky”

La novela mereció el Iberoamericano de Cuento y Novela Ventosa-Arrufat, organizado por la Fundación Elena Poniatowska

El autor Joaquín Guerrero Casasola recibió la primera edición del Concurso Iberoamericano de Cuento y Novela Ventosa-Arrufat, organizado por la Fundación Elena Poniatowska. Gracias a su libro “El método Kandinsky”, el escritor se hizo acreedor de 500 mil pesos, además de ver publicada su obra en la editorial Attica Libros.

Una de las características del premio que le interesaron a Joaquín fue precisamente la novedad del certamen: “Me interesó mucho porque primero era un premio nuevo, por primera vez se hacía este certamen, segundo por quiénes estaba organizado. Como escritor siempre tengo una obra lista para entrar a concurso. Suelo participar en los certámenes, es una de las vías que tenemos los autores. Es motivador que haya premios nuevos, son muy transparentes, tienen el entusiasmo del inicio. A finales de diciembre cuando me dijeron que había ganado me puse muy feliz. Hubo muchos tropiezos para que se realizara la presentación, por la pandemia”. En agosto pasado pudo presentarse la novela.

A propósito de la transparencia del premio, que pudo constatar, el autor comenta para las futuras convocatorias: “Yo le diría a las personas que participen algo que a mí me gustaría oír como escritor: es un concurso transparente. Eso a cualquier aspirante a ser publicado le será una garantía de que lo que envíen es leído. Es motivador. Participaron más de 200 novelas, en cuento unos 400. Todos los premiados sabemos que es un concurso transparente”.

Sobre “El método Kandinsky”, su novela ganadora, el escritor comentó algunos elementos de su origen: “No tengo tan planeadas las cosas cuando empiezo una novela, para en el camino fortalecerlas. En esta novela, cuyo tema es la guerra sucia en los años setenta, no era un tema que tuviera muy en mente. En el arranque de la novela fui afinando eso. Sucede en tiempo presente con una rememoración de la guerra sucia”.

El contrapunto temporal sucede por el personaje central: “Un político en su declive, que decide liquidar, deshacerse de algunos de los miembros que le recuerdan ese pasado en el que era un actor principal en el exterminio de esos jóvenes. Quiere acabar con su propia memoria. Para esto contrata a un asesino, un asesino muy suigéneris. No es sanguinario, no es el típico sicario de las novelas. Es un hombre muy posmoderno, que se preocupa por las nuevas tecnologías, de la pulcritud. Paralelamente corre la vida de este sicario, que no es el típico, corren sus propios problemas en el contexto actual”.

Una predilección literaria del autor es la novela calificada como negra, con referencias a la nota roja, motivo por el cual comentó: “Hice mi tesis doctoral sobre la nota roja, el desarrollo evolutivo de la nota roja. Una principal arma fue la hemeroteca de El Informador”. Sobre la literatura, agregó: “Es novela negra, el género en el que me enfoco en algunas novelas que he escrito. La nota roja es una especie de vértice o ramificación de lo que tiene relación con la novela negra. Para mí es fundamental al escribir tener cierto humor negro, cierto tono no pesado. También me gusta entrar a las espesuras humanas: no es la trama tanto lo que me interesa, sino cómo viven esos personajes, el trasfondo de los individuos de la sociedad”.

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