Cultura

Gioconda Belli y las batallas imprescindibles

La escritora y periodista aborda, en entrevista, detalles sobre su nueva obra: “Luciérnagas: Un libro de ensayos sobre los ensayos del vivir”

En la introducción al libro “Luciérnagas: Un libro de ensayos sobre los ensayos del vivir” (Seix Barral, 2022), la novelista, poeta y periodista nicaragüense Gioconda Belli nos dice que “la invención y reinvención de nosotros mismos sucede cotidianamente” aunque no lo notemos, y ese proceso, para quienes escriben, es por igual catarsis y exploración; aquí, los temas van ligados a su vida, su país, una revolución de la que participa y luego es testigo de su transformación, la literatura, los libros y la vida, siempre la vida.

En entrevista con EL INFORMADOR, la escritora refiere que el libro “es una compilación de artículos que he escrito pero, ante todo, la revelación de algunos documentos que tenía en archivos -y creo es importante se conozcan- donde se explica la deriva autoritaria de Daniel Ortega y lo que sucede en Nicaragua en este momento”.

Desastre y comprensión

A lo largo de la historia han surgido revoluciones que han probado no ser lo que prometían, aunque para Belli, “personalmente, cuando era joven, Cuba era como una luz radiante en América Latina; parecía que tenían la fórmula para sacarnos de la pobreza, de la falta de dignidad, pero si la vemos hoy es lamentable lo que sucede. No podemos obviar el hecho de que los países donde se ha instaurado este ‘socialismo’ totalitario y autoritario ha sido un desastre, porque en nombre de la justicia social, se le quita a la población la información, la capacidad de opinar y se le obliga a convertirse en oveja”.

Testigo y participante de la historia de la revolución en Nicaragua, la periodista admite que desde el principio “había signos” que permitían prever o pensar en lo que sucedería en el futuro, “pero no los entendíamos como signos, veníamos muy convencidos de que había que hacer muchas cosas para que la revolución se mantuviera, porque es la idea de la dictadura del proletariado; una idea nefasta, eso comprendí después, porque poco a poco se va uno dando cuenta que se va cerrando el espacio y se convierte uno en propagandista, porque deja uno de estar vinculado al pueblo y ese discurso se vuelve populista, para crear un Estado de opinión que no responde a la realidad”.

Soñar y proponer

En uno de los ensayos de su nuevo libro, Belli reproduce una cita de Lenin que alude a la necesidad “de soñar”, pero añade que debe hacerse a la par de “proponer”; así, lo que nos aleja de este sueño propositivo sería “nosotros mismos, pienso que debemos ser más conscientes de la gradualidad de los cambios y de que la democracia ya demostró que no es perfecta pero es el mejor sistema; y debemos tomar en cuenta en América Latina que la democracia se pierde muy rápido”.

Así, desde su punto de vista, “las propuestas tienen que ver con renovar la izquierda, inclinarse más bien hacia la social democracia”; sin olvidar que en esta lucha, destaca la periodista, “el optimismo es necesario, porque pasaremos por cosas difíciles y duras, y podemos quedarnos en el camino; por eso creo en optimismo y soy optimista. De otro modo, estaría escribiendo tangos (que son lindos, pero tristes)”.

Finalmente, “Luciérnagas” es asimismo un libro para “leer sobre el oficio creativo, las mujeres y las luchas que han tenido, y cosas divertidas, también; este libro está hecho a partir de dos ejes: mi compromiso político y la celebración de mi género, de mi sexo”.

No tamizar la opinión

En este sentido, para Gioconda Belli ser periodista ha sido “tan de ayuda” para comprender “que, en 1984, tras las elecciones, me aparté de la acción política para escribir ‘La mujer habitada’, mi primera novela, que para mí ha sido un aporte en términos de la conciencia crítica y de la lucha de las mujeres, más que todo el activismo que hice”; y en “Luciérnagas” es notable, también, “que muchos artículos y notas muestran que soy yo en directo, no tamizo mi opinión y tengo una trayectoria que, pienso, le da verosimilitud a lo que escribo”.

En la introducción escribe la autora que “aunque no se alcance la victoria hay batallas imprescindibles”, y este nuevo libro es parte de esa lucha, pues “tengo una gran fe en la humanidad, en que posiblemente no veré mi sueño cumplido -los que creí que había visto cuando triunfó la revolución- pero si todos notamos que la vida es corta y los procesos históricos son muy largos, no debemos sentirnos desilusionados ni derrotados. Al final, luchamos por la felicidad del ser humano; ya no quiero pensar en ideologías, creo que nos han hecho mucho daño. Tenemos ideas pero deben ser fluidas y adaptarse a lo que sea mejor para las personas que vivimos en determinado tiempo”.

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