Ethel Krauze y su acercamiento al cuento
La escritora mexicana habló sobre su reciente libro titulado, "El fragmento impertinente"
El más reciente libro de la escritora mexicana Ethel Krauze, un volumen de veinte relatos titulado "El fragmento impertinente" (Typotaller/ Paraíso Perdido, 2021), es un conjunto de textos cuya hechura denota paciencia y apasionamiento, una vocación por la brevedad y por descifrar los avatares del cuerpo y las lecturas sorprendentes que derivan de sus reacciones.
En este sentido, la narradora se refiere al género breve, refiere que “el cuento es el espacio para la revelación, el milagro, la serendipia, yo le llamo relámpago a esa iluminación repentina cuyo resplandor se queda reverberando ojos adentro mucho tiempo después de que haya ocurrido o haya sido leído. El cuento es el género por excelencia de Latinoamérica y las autoras, particularmente, lo han vuelto a hacer visible en el mundo editorial"
El deseo expandido
En cuanto a los personajes femeninos, a los que singulariza un momento de percepción, un instante sensitivo, un evento fortuito, Krauze nos comparte que “en este libro, las protagonistas de los cuentos se topan con ese ‘fragmento impertinente’ que se les revela de pronto en la conciencia, y no les permite continuar sin enfrentarlo, diseccionarlo y recomponer la imagen que tenían de sí mismas”.
Asimismo, la escritora mexicana detalla que, antes que erotismo, ella aborda “el deseo desde su origen, el Descubrimiento y la asunción del deseo en sus diferentes formas, no sólo amoroso o sexual, también por la vida, por sí mismas, por el propio deseo de seguir sintiéndolo. Y es una cualidad de las mujeres, sí, no focalizar o genitalizar el deseo, reduciéndolo, sino expandirlo por su cuerpo, su mente, la naturaleza y el mundo todo”.
Sin modo ni moda
De igual modo, en su libro se percibe un dinamismo constante de la prosa, son relatos que se dejan leer y se enfocan en lo sensitivo como una forma determinada de ‘poética’; así, en palabras de Krauze, “exactamente así es. Esta poética, además, se asienta en el lenguaje, en las palabras y su engarce, y en la sonoridad que producen. El estilo es el camino de la expresión”.
Por lo que toca a editar su libro con un sello independiente y de provincia, la narradora aclara que “desde que empecé a publicar, en el año de 1982, hasta la fecha, prácticamente sin interrupción, he andado en muy diversos espacios editoriales: universitarios, independientes, corporativos, internacionales, locales… Me acerco a donde me abren la puerta, y en todos los casos he tenido más experiencias agradecibles que desagradables”.
Ahora bien, enfatiza Krauze, “mientras que la poesía, la novela y el ensayo han tenido sus nichos editoriales, el cuento fue quedando relegado en los últimos años, casi de todas partes, por una ‘invención’ de que no se lee y no se vende, y el mercado de la industria editorial fue ‘exigiendo’ a los autores la producción masiva de novelas. Pero la literatura no trabaja ‘a modo’ ni ‘a moda’, por lo que varias plumas, entre las que yo me encuentro, hemos seguido insistiendo en el cuento; más las nuevas generaciones que lo empiezan a descubrir para sí”.
El mapa y los mundos
Finalmente, sobre lo anterior, la autora agrega que “la editorial Paraíso Perdido", entre otras, ha captado este momento, por eso me pareció un espacio posible para mi libro. No pienso en la editorial en términos de ‘provincia’, se escucha como un concepto pobre, sesgado y anticuado; pero sí pienso en términos independencia, pues significa que se publica con criterios propios, sin una línea corporativa de mercado. Al mismo tiempo, estoy publicando en una editorial española mi poesía y, en Alfaguara, mi nueva novela (próxima a salir). Cada texto busca su lugar, a veces se encamina bien, otras, hay que rehacer el mapa”.
Y sobre el panorama actual que otorga mayor visibilidad a autoras mexicanas contemporáneas, Krauze es clara al sostener que “las autoras mexicanas son las que han creado esa visibilidad, es un excelente momento para sumarnos a esta floración, tanto desde quien escribe, como desde quien edita y desde quien lee. Nuevos mundos habremos de encontrar”.