Esteban Hernández, danza en tiempos de pandemia
El bailarín reflexiona sobre los cambios personales y profesionales que ha encontrado durante su confinamiento
El bailarín principal del San Francisco Ballet, el tapatío Esteban Hernández, acaba de cumplir dos meses de estar en confinamiento. El último espectáculo que hizo con la compañía antes de que se atravesara la cuarentena fue “Sueño de una noche de verano” del coreógrafo George Balanchine el pasado 14 de marzo. Recuerda en entrevista que de hecho fue una función sin público, solo los bailarines y orquesta porque ya no estaba permitido que estuvieran más de 100 personas en un mismo lugar.
Una semana más tarde la grabación de ese espectáculo se les regaló a todas las personas que tenían un boleto para ver las funciones en vivo y eventualmente también se abrió a la venta para que la gente pudiera ver ese show. “Es algo extremadamente raro porque las coreografías de George Balanchine están protegidas por una fundación y normalmente no se pueden compartir más de 30 segundos de coreografía, este fue un ballet completo de dos horas. Entonces, fue algo que nunca se había hecho en esa escala. Fue una forma de terminar nuestra temporada, no lo sabíamos en ese momento, pero sería nuestra última función”.
A partir de entonces, Esteban ha estado entrenando desde su departamento en Estados Unidos para no perder practica dentro de las limitadas posibilidades que tiene un espacio que no es el ideal para ensayar, improvisó una barra y comparte que la compañía de danza les obsequió linóleo, un material especial de recubrimiento para poder moverse mejor en el piso de los departamentos donde viven él y sus compañeros. Además, está practicando yoga para complementar sus actividades diarias de acondicionamiento.
“He estado en contacto con mi familia constantemente ahora que tenemos más tiempo para hablar y también con mis amigos, esa ha sido una parte muy positiva de todo esto, que tengo el tiempo para reconectarme con personas con las que tal vez había perdido contacto, así que después de mi clase de ballet, normalmente eso es lo que hago, por la noche he buscado cursos en línea para estudiar diferentes cosas, aprender cosas nuevas que no están relacionadas al ballet”, tomó un curso gratuito de la universidad de Yale llamado “La ciencia del bienestar”.
Todo con calma
La ansiedad también a veces hace acto de presencia, “no todos los días son fáciles, es difícil mantener la motivación bajo (estas) circunstancias. Un bailarín entrena para hacer sus presentaciones y sin el regreso cercano a los teatros, es complicado mantener la motivación, y sí, hay algunos días en los que necesito no hacer nada para recuperarme y comenzar de nuevo con más ánimos”.
Sobre cómo la danza puede ayudar a la gente a pasar mejor la cuarentena y cómo le ayuda a él esta disciplina artística, señala que después de que se atraviese la pandemia, todo será muy diferente, “espero que sea para bien. La danza ha sido un arte un poco aislado especialmente del público en general, todavía no hay tantas personas que saben lo que es el ballet de verdad. Entonces, este es un tiempo que les da la oportunidad a las personas que normalmente no tienen el dinero o la oportunidad de experimentar ballet, de poder hacerlo desde la comodidad de su casa. Es el momento perfecto para que la gente descubra pasiones nuevas, así que yo trato de que mi arte le llegue a la mayor cantidad de personas”.
Acota que además de ver series y productos televisivos, el ver ballet es algo totalmente distinto, “te puede transportar, te puede levantar el espíritu y es algo que si nunca has visto, puede cambiar tu vida”.
El arte como escaparate de la realidad
Esteban sí cree que este encierro ha ayudado a que la gente valore más el arte. “La palabra ‘arte’ involucra muchas cosas, diferentes aspectos, hasta los programas de televisión como los que se ven en Netflix, son producidos y hechos por artistas, si no existiera el arte, no tendríamos manera de escapar y de vivir vidas a través de lo que estamos experimentando”.
Esteban también recurre a otros distractores como la lectura, “también veo televisión, me gusta encontrar películas inusuales e interesantes. Tengo dos perros también, así que eso es entretenimiento constante”. En cuanto a la enseñanza que le ha dejado la pandemia, dice que este momento ha sido una experiencia que le permite priorizar lo que quiere en su vida.
“Normalmente la gente no tiene mucho tiempo para sentarse, pensar y asimilar lo que está pasando en su vida. Yo creo que la gran mayoría de la gente vivimos así día tras día pensando solo en lo que se nos pone enfrente. Entonces, ahora que tenemos de cierta manera esta libertad, podemos hacer lo que sentimos, eso es una de las cosas más valiosas. Yo como bailarín no pienso muy seguido de lo afortunado que soy de tener un piso bueno para saltar y para bailar”.
Sobre los retos que hace en redes sociales con su hermano Isaac, dice Esteban que más bien se trata de divertirse. “Nosotros empezamos a bailar ballet en nuestra casa. Entonces, es algo muy curioso que ahorita hemos vuelto a eso, a entrenarnos desde nuestra casa y simplemente es una manera de hacernos saber el uno al otro que estamos trabajando y que aún bajo estas circunstancias, estamos tratando de salir adelante”.
Los planes después de la cuarentena
En cuanto a lo primero que hará Esteban cuando pase la cuarentena, dice que ensayará para prepararse para la temporada de cierre de año y que termina en mayo del 2021. “Se supone que mi temporada de trabajo comienza a principio de julio, pero todo depende de cuándo se empiecen a reabrir las ciudades, los edificios y los negocios ´no esenciales’. Y una vez que estoy en temporada tengo que quedarme cerca de la ciudad para que en caso de que las cosas cambien, podamos volver a los estudios”.
Cada año la temporada de presentaciones de la compañía comienza en diciembre con “El Cascanueces” y terminan en mayo, durante todo ese periodo, realizan ocho programas diferentes además de este clásico de Navidad. “Pero todo puede cambiar en cualquier minuto porque no sabemos cuándo va a terminar todo”.
Finaliza al decir que la dinámica de las presentaciones artísticas se verá modificada entre hacer espectáculos para menos personas y complementarse de las herramientas tecnológicas, es decir, si a un teatro le caben tres mil personas, tal vez las funciones ahora sean para mil, inclusive que los shows se hagan a puerta cerrada y se graben para después transmitirse en streaming. Por lo pronto el San Francisco Ballet está subiendo contenidos a sus redes sociales, algunos de estos los está desarrollando Esteban. Navega en https://www.sfballet.org/ y https://twitter.com/sfballet.
JL