Entre la bruma: La 58ava Bienal de Venecia
La 58ava Bienal de Venecia titulada “May you Live in Interesting Times”, este año, quedó a cargo del curador americano Ralph Rugoff
Al aproximarse a la instalación “Spectra III” del artista japonés Ryoji Ikeda, cada visitante es invadido por una luz blanca, tan intensa que sega. Entre más se adentra uno, más difícil es mantener los ojos abiertos, hasta que el exceso de luz obliga a cerrar los ojos. Según su carta museográfica, esta instalación es una metáfora para nuestro tiempo, donde la saturación de información y estímulo, en vez de crear un terreno fértil para el conocimiento, crean una ceguera parcial o absoluta. Esta obra también sirve como punto de partida para describir el contenido de la 58ava Bienal de Venecia titulada “MayyouLive in Interesting Times”, que este año quedó a cargo del curador americano Ralph Rugoff. Una exposición siempre ambiciosa y colosal, para muchos es considerada como el evento más importante del arte actual. Esta edición incluye el trabajo de 79 artistas dentro de la exposición general y cuenta con la participación de pabellones de 89 países, entre ellos México.
Rugoff decidió deliberadamente no darle un tema general a la bienal, sino muchos, para enfatizar la naturaleza incierta y borrosa de nuestro tiempo, dándole a la exposición en el Giardini el nebuloso título de “Proposición 1” y a la del Arsenal “Proposición 2”. Por si la metáfora sobre la brumosa incertidumbre de la actualidad no hubiese quedado clara, Rugoff recibe a sus visitantes en el icónico edificio central del Giardini veneciano con la obra “Thinking Head” de Lara Favaretto, que consiste en una pesada niebla que envuelve al edificio y a sus visitantes de manera melancólica.
La bienal tiene prominentes tintes políticos e incluye obras como “Fence” de Shilpa Gupta, caracterizada por una reja de metal automatizada adherida a un muro. Cada par de segundos la reja adquiere vida propia al abrirse y cerrarse sin embargo, el impacto de la reja en el muro termina por dañarlo, sugiriendo que, si esta moción continúa repitiéndose, la reja terminara por destruir el muro, o el muro a la reja. Considerando la actual crisis fronteriza al rededor del mundo y la tendencia de ciertos países a construir barreras entre sus fronteras, la referencia de Gupta es sumamente oportuna.
Otra alusión política, quizás una más cerca de nosotros es la obra “Muro Baleado” de la mexicana Teresa Margolles, la cual consiste en presentar un “objeto encontrado”: un muro que solía pertenecer a una escuela en Ciudad Juárez. Tanto el grafiti, como los hoyos de bala que plagan el muro, actúan como cicatrices y restos, los cuales dejan que cada visitante interprete lo que pudo haber sucedido alrededor de esa escuela. El gesto de Margolles actúa como un monumento, a aquellos que han desaparecido sin dejar rastro, tan solemne como espeluznante. Margolles recibió el galardón de Mención Especial durante la premiación de la bienal, la artista acertadamente decidió dedicar este premio a los individuos que continúan luchando contra la violencia, tanto en México como en el resto del mundo.
El pabellón de México titulado “Actos de dios”, quedó a cargo del artista Pablo Vargas Lugo y la curadora MagaliArriola. Su propuesta consiste en una video-instalación grabada en Cuatro Ciénegas, Coahuila la cual yuxtapone escenas bíblicas con el pasado biológico y los microorganismos endémicos de la región. Vargas Lugo propone un giro diferente a las escenas bíblicas más representadas, al ponerlas en un orden diferente. Si bien su cometido es hacernos recrear caminos múltiples e inesperados a nuestros mitos fundacionales, el pabellón tiene un sabor seco. Mientras que las imágenes y la presentación son impecables, su intento por abrir nuevos caminos a partir escenas bíblicas no es aparente.
El pabellón de Lituania se llevó el León de Oro, premio que se da durante cada bienal al mejor pabellón. Bajo el título “Sun & Sea (Marina)”, los artistas Rugileė Barzdžiukaiteė, Vaiva Grainyteė y Lina Lapelytec crearon una playa artificial en donde personas reales se bañan en Sol falso y cantan una contagiosa opereta. Los lituanos nos presentan la idea de que fin del mundo nos puede llegar con la misma suavidad que una canción, aludiendo al riesgo inminente del calentamiento global. “Sun & Sea (Marina)” emerge como una visión de un futuro distópico, en donde pasaremos nuestras vacaciones playeras en réplicas de interiores, a falta de playas reales.
Al final el esfuerzo de Rugoff por no saturar la bienal dio resultado, dándole a cada obra espacio para respirar, haciendo que esta 58ava edición de la Bienal fuera un poco más digerible que la pasada. Aunque al final, después de días de deambular por las calles laberínticas de Venecia, considerar los peligros del calentamiento global, la crisis migratoria y el deslumbrante exceso de información que caracteriza nuestro tiempo, uno no puede evitar sentirse de nuevo como en el interior de “Spectra III” de Ryoji Ikeda, deslumbrado, sobrecogido y exhausto.