Élmer Mendoza regresa al “Zurdo” del retiro
El escritor asegura que a su conocido personaje aún le falta vivir aventuras
Aunque al inicio de “Asesinato en el Parque Sinaloa” el policía Édgar “el Zurdo” Mendieta ha tomado la decisión de jubilarse, el escritor Élmer Mendoza asegura que a su conocido personaje todavía le queda por batallar, pero cada vez le cuesta más ponerse en la piel de las criaturas de su saga. “Pienso que ese pudiera ser un factor que al final me haga salir del Zurdo, porque no encontraré demasiados elementos para sorprender a mis lectores”, afirma el autor mexicano en entrevista.
En la nueva entrega protagonizada por el policía, que ya es la cuarta, “el Zurdo” decide salir de su retiro para resolver un último caso: descubrir quién ha asesinado al hijo del que fuera su mentor en sus inicios. Mendoza comenta que tiene una especie de “juego” acordado con sus lectores, a los que no sólo les gustan las aventuras que relata, sino también las sorpresas que guarda bajo la manga.
Pero después de casi una década —comenzó la saga con “Balas de plata”, publicada en 2008 y ganadora del Premio Tusquets—, “no es nada fácil” dar esos giros, y tampoco “cambiar los ángulos” con los que se narra la novela.
“A todos los autores que conozco de novela policíaca les pregunto cuánto tiene que tener saga, pero no hay una respuesta”, indica el escritor, quien afirma que en ocasiones se encuentra con lectores que le imploran que “no se le ocurra” finalizar la saga del Zurdo Mendieta.
Una de las subtramas de “Asesinato en el Parque Sinaloa” refleja una curiosa situación: la de un líder de un cártel que escapó de prisión a través de un túnel y que se obsesiona con una estrella radiofónica que pretende hacer una radionovela sobre su vida.
Líneas que, prácticamente, podrían coincidir con la historia de Joaquín “el Chapo” Guzmán y la actriz Kate del Castillo, cuyo vínculo salió a la luz poco después de que se produjera la captura del capo en Los Mochis (Sinaloa), lugar donde se desarrolla la novela.
Al respecto, Mendoza dice que es uno de esos escritores que antes de comenzar con un trabajo hace “todo un esquema, una guía básica” de la que trata de no desviarse, porque considera que la novela tiene que quedar, dicho metafóricamente, como una “esfera perfecta”. “Y me quedé muy impactado cuando nos enteramos de ese ‘affaire’ (el del Chapo y Del Castillo) (...) yo sí dije: Dios mío, ¿qué es esto?”, señala en tono cómico, y bromea diciendo que se planteó si unos “hackers” habían saqueado su novela entonces inconclusa.