El viaje eterno de La Barranca
La banda mexicana pone de pie a casi mil 500 personas tras dedicar "Día Negro", cuya pertinencia sigue vigente luego de más veinte años
La noche del sábado se canceló inesperadamente la función de "El enemigo del pueblo" (de la Compañía Nacional de Teatro) en el Conjunto de Artes Escénicas; por otro lado, la Sala Plácido Domingo del mismo recinto se llenaba de melómanos para escuchar la música de La Barranca.
Pasadas las nueve de la noche la tercera llamada presagió la obscuridad, cuyo silencio se rompió con “Donde la confusión se suspende”, del nuevo álbum de la banda mexicana, Lo eterno.
Tras la primera canción, el grupo se remontó a su repertorio ya clásico, con temas interpretados sin pausas entre cada canción: “Animal en extinción”, “El síndrome”, “Ser un destello” y “Corcel”, al que le siguió la bienvenida de José Manuel Aguilera, guitarrista, vocalista y artífice de las canciones.
“Desde dentro de lo que implica ser mexicano y la cara de la violencia. Ya no la queríamos tocar, pero mientras sigan apareciendo tráilers con cientos de cadáveres la seguiremos tocando”
“El alma nunca deja de sentir” fue el siguiente tema, al que igualmente le seguiría una breve intervención de Aguilera, quien anunció el pretexto para venir a tocar a Guadalajara: la nueva música.
El vocalista hizo el símil: al igual que a los parientes y amigos se les lleva regalos cuando se les visita, La Barranca gusta de traer nuevas propuestas cada que regresan a Jalisco.
El quinteto interpretó “Brecha”: a partir de allí la dinámica del concierto fue un tema nuevo tras uno de los discos anteriores, con “La lengua del alma”, “Anapsique”, “Zafiro”, “Konichiwa”, “Flecha” y “Lo eterno”.
Con la mitad de la canción “Flecha” el grupo redujo la instrumentación, ceñida a piano, guitarra y voz, para luego incorporar al resto de los instrumentos (bajo y batería).
Para “Lo eterno”, canción que da título a la nueva producción, José Manuel señaló la temática, en donde cuestiona qué es lo eterno en nuestra existencia.
El músico también aprovechó para presentar a sus compañeros de grupo: Navi Naas en la batería, Yann Zaragoza en el piano, Ernik Romero al bajo y Adolfo Romero en la guitarra.
Aguilera refirió a otros músicos: los tapatíos, con muchos de los cuales ha entablado amistad y ha colaborado. Por ello dedicó a todos los músicos de la ciudad “Campos de batalla”.
El grupo también hizo referencia al lugar, el Conjunto de Artes Escénicas, que Aguilera elogió y del cual señaló su concierto como un buen pretexto para que la gente lo conociera.
Lamentó el formato un tanto formal del teatro que no deja bailar a los asistentes, justo antes de interpretar su danzón.
En el mismo rubro de la mezcla de géneros, Aguilera presentó la vihuela, tocada por Adolfo Romero en la canción “Todas las historias”, de su nuevo disco. Enseguida se remontó hasta el comienzo de su discografía con una canción “Muy viejita, de cuando ustedes eran niños. Ahora suena así”. Fue “El alacrán”, primer sencillo de "El fuego de la noche" (1996).
Aunque algunos de los temas ha habían sido cantados por la gente, José Manuel aprovechó el regreso a los clásicos para exhortar a cantar aún más: “Ya cantamos muchos canciones. Es justo que nos ayuden a cantar esta”. Enseguida resonaron los acordes de “La rosa”, cuya letra se presta más para el canto colectivo, que sucedió.
La Barranca es un grupo cuya calidad musical incluye a las letras como un elemento importante, pues siempre han buscado nuevos temas o maneras novedosas de cantar lo que ya se ha contado.
En ese sentido, José Manuel refirió a una de las nuevas canciones del disco, una “Canción que habla de las canciones”. Aguilera abundó en la autorreferencialidad de los poetas al escribir sobre la poesía misma o los escritores al reflexionar sobre libros en sus propias obras, pero los músicos no suelen hacerlo en las canciones: “Sólo existen si alguien las escucha”, dijo antes de entonar “Astronomía”.
El setlist continuaría con “Manos”, otra novedad. Un guiño de cóver vendría con su tema titulado “Hendrix”, que termina parafraseando musicalmente “Purple Haze” de Jimi Hendrix. Tras “Ceiba”, el vocalista agradeció a la gente por la compañía en este viaje musical, que culminó con “La barranca”.
Pero la gente no iba a dejar ir al grupo: minutos de ovación trajeron de vuelta al grupo para interpretar otros tres temas, entre ellos “Cuervos”, el primer sencillo de Lo eterno.
Para cerrar la velada, Aguilera anunció que cantaría un tema que no tenía planeado tocar (pues ya lo han tocado en muchas ocasiones), pero cuya pertinencia sigue vigente luego de más veinte años.
“Día negro”, canción que escribieron.“Desde dentro de lo que implica ser mexicano y la cara de la violencia. Ya no la queríamos tocar, pero mientras sigan apareciendo tráilers con cientos de cadáveres la seguiremos tocando”, dijo antes de que emprendieran la canción, que puso de pie a casi mil 500 personas.
AC