Cultura

El pigmento de México para el mundo

Descubre el uso de la grana cochinilla en los textiles a través de la exposición “Rojo de Grana”, en el Museo de la Ciudad

Voltear al pasado es de gran utilidad, los historiadores afirman que de esta forma se puede evitar cometer los mismos errores. Los psicólogos encuentran las causas de problemas actuales individuales, y los curiosos e investigadores, pueden hallar nuevas formas para innovar en el campo en el que se desarrollan. Esto último le sucedió a Arcelia Julián, coordinadora de la exposición “Rojo de Grana”, muestra interdisciplinaria alrededor de la grana cochinilla.

Ella encontró en la técnica prehispánica de pigmentación, a partir del insecto grana cochinilla, más que una herramienta para pintar; descubrió toda una línea de investigación académica y a la vez, una gama de colores fantásticos e ideales para la expresión artística. Desde su encuentro con dicha técnica, ha dedicado sus años a diversas investigaciones en torno al mencionado insecto y su pigmento.

Al momento en que ella se topa con este insecto, el interés por descubrir más sobre éste y de su técnica para obtener pigmentos, se desbordó. “Yo lo aplico principalmente en textiles, y un gran aspecto que me maravilló fue la gran diversidad de color. Es un insecto que produce un tinte increíble, en esta exposición (‘Rojo de Grana’) yo he podido sacar fácil alrededor de entre 60 y 75 colores diferentes, 100% grana cochinilla, dependiendo mucho de cómo lo transformas a través del PH. Esta es la magia detrás de esto”.

El rojo grana llega al Museo de la Ciudad

La técnica

Arcelia Julián resalta que hay varias técnicas que se pueden aplicar, pero la que más ha utilizado es reducir el insecto a polvo, cuando éste está seco, “lo molemos de manera artesanal en el metate o molcajete, y luego se pone con una temperatura a 40 grados en agua para que suelte la mayor parte del tinte. Inmediatamente, se procede a transformarse a través de diversos reactivos para obtener diferentes colorantes, desde los ácidos hasta los alcalinos”.

El uso de dichos colorantes modifica el color; por ejemplo, “un colorante ácido puede llegar hasta el amarillo, y un alcalino hemos llegado obtener gris y colores violetas y lilas. Entonces, tiene un espectro impresionante”.

El pigmento resultante es totalmente inocuo; incluso, se utiliza en alimentos y bebidas, “pero nosotros lo estamos trabajando en textiles, cerámica, madera, concreto, en productos diversos, tenemos inmobiliario, joyería, en fibras rígidas y semirrígidas, en lana, algodón, con unas gamas de colores verdaderamente hermosos”.

Tinte para el futuro

Trabajar con este tipo de técnicas tradicionales, “da riqueza a los objetos, es una gran aportación. Cuando tú conoces éstas, es más fácil poder transformarla y utilizarla en contextos actuales y a la vez, es una manera de innovar. Si no conoces la técnica tradicional, es difícil que llegues al tinte”.

Además, para Julián, son recursos antiguos a los que “tenemos que volver otra vez, enfatizar el regresar a lo natural, no sólo por su uso, sino porque se mantiene en equilibrio con la naturaleza; sobre todo, entender qué es un pigmento natural inocuo, y nos brinda la posibilidad de generar líneas de investigación para aplicarlo en otros contextos”.

¡ASISTE!

La exposición colectiva “Rojo de Grana” ya se encuentra en exhibición en el Museo de la Ciudad, y permanecerá ahí hasta el 14 de enero del 2018, con los horarios que maneja dicho recinto (martes a sábado: 10:00 a 17:30 horas/ domingo: 10:00 a 14:30 horas).

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