El lado oscuro del Centauro del Norte
Con el libro “Villa Bandolero”, el investigador Jesús Vargas Valdés lanza una nueva luz sobre el mítico revolucionario
Francisco Villa es un personaje peculiar. Idolatrado por algunos, demonizado por otros, indispensable por su participación en la Revolución, genio militar, nacionalista y por momentos cruel con el vencido, es un hombre cuya imagen nos ha llegado envuelto en un halo de misterio, verdades a medias y en el que lo real y lo imposible en más de una ocasión van amalgamados.
Pero detrás del personaje revolucionario existe un gran campo de su vida poco explorado. El Doroteo Arango que aprendió a vivir en condiciones de extrema dureza, a rondar caminos inhóspitos, perseguido por la autoridad pero con el favor del pueblo. Eso y su entorno es lo que se analiza en “Villa Bandolero”, libro de Jesús Vargas Valdés que ya se encuentra en tiendas bajo la distribución de Grupo Editorial Planeta.
Vargas Valdés explica en charla con este medio que la recopilación de datos que integran el libro fue arduo, pero al mismo tiempo satisfactorio. “De 2009 a 2016 me enfoqué a buscar en archivos hemerográficos y judiciales. El resultado es una obra que trata de explorar al personaje desde sus circunstancias, buscando entender su devenir posterior”.
“Villa Bandolero” es un libro cuya riqueza se encuentra en que no solamente escudriña en la vida de Doroteo Arango -aportando en el camino datos valiosos y poco conocidos del personaje-, sino en la realidad que vivía el Noroeste de México en los últimos suspiros del siglo XIX y los años pre-revolucionarios.
“Lo que derivó el texto, más allá de la etapa del Villa Bandolero -acota el escritor e investigador- fue profundizar en la cultura del bandolerismo en México. Antes de comenzar esta investigación, yo no hubiera podido elaborar un discurso sobre el bandolerismo”.
Ahora Vargas se mueve con soltura en el tema del “Villa Bandolero” y aquellos que lo precedieron como “héroes populares”. “Podría decir que Heraclio Bernal e Ignacio Parra son una suerte de ‘abuelo’ y ‘padre’ en ese mundo del bandolero. Ellos nos ayudan a definir las fortalezas de los bandoleros en aquella época, personajes que muchas veces se relacionaron con los llamados ‘indios insumisos’ del Norte de México”.
Los pasos del guerrero
Pancho Villa fue uno de los mejores estrategas de la Revolución Mexicana, pero lo que pocos conocen y el libro de Jesús Vargas expone, es
que buena parte de su aprendizaje bebió de influencias indígenas.
“Encuentro que muchas de las cosas que hace Doroteo Arango son tácticas que ya habían empleado los apaches. Por ejemplo, el uso de cuevas como fortalezas, el conocimiento de las partes altas de la sierra donde podía dominar el campo de batalla a varios kilómetros de distancia. Ese tipo de habilidades, aprendidas en su etapa pre-revolucionaria, le permitieron años después, ya como general, burlar a un ejército de 15 mil norteamericanos que lo perseguían con lupa”.
“Sin esos conocimientos -agrega-, esa formación y ‘universidad’ como bandolero, Villa no hubiera llegado lejos. Cada etapa de su vida posterior se explica por lo aprendido en aquellos años. Descubro en las páginas a un personaje de enorme inteligencia, memoria y además, buen instinto. A eso se agrega que tuvo desde niño muy claro de qué lado quería estar. Estaba cerca del pueblo”.
“He reunido una gran cantidad de información y me gustaría hacer una novela ubicada en la última noche de Felipe Ángeles, quiero estar con él las últimas horas de su vida antes de que lo fusilen. Quiero hacer una construcción de su vida a través de su pensamiento”.