“El italiano”, una confrontación entre la guerra, el mar y la literatura
Arturo Pérez-Reverte lanza la tercera edición de su más reciente novela
Aunque desde sus primeras páginas “El italiano” exhibe parte del final de esta novela, la más reciente de Arturo Pérez-Reverte, su autor propone un juego particular al lector, que durante toda esta historia tendrá que ir conectando anécdotas, hechos históricos y referencias literarias para entender la esencia de esta trama que apuesta por el romance, la guerra, el mar y la memoria.
A un mes de haber lanzado la primera impresión de “El Italiano” bajo el sello de la editorial Penguin Random House, el escritor Arturo Pérez-Reverte avanza en su tercera edición al posicionarse como uno de los libros más vendidos en España y progresivamente amplía su distribución en América Latina y México, llevando al lector a un viaje situado entre 1942 y 1943, en los bombardeos que agitaron a Gibraltar entre submarinos atacantes que vieron el nacimiento de un amor eterno entre un combatiente moribundo y la bibliotecaria y joven viuda “Elena Arbués”, protagonistas que, a decir del autor, le permiten explorar un amor único que nunca antes se había manifestado con plenitud en su carrera literaria.
“Es una historia de amor, ella primero se enamora de la imagen del libro que tiene en la cabeza, de ese ‘Ulises’ de sus lecturas de niña, después se va enamorando del hombre, al final ella asume el papel no de compañera, sino de ir por delante del hombre (…) en mis novelas hay muchas historias de amor, pero siempre las dejo abiertas porque desconfío del futuro, del fueron felices, porque está la tensión, la enfermedad, el cansancio, la fatiga, la infidelidad y un montón de factores, pero esta vez quería cerrar una historia de amor con un final feliz que se sabe desde el principio, pero es el desarrollo de ese enamoramiento lo que constituye al libro”.
Si bien los lugares que Arturo Pérez-Reverte utiliza en “El italiano” existen, al igual que la mayoría de anécdotas de guerra que retoma, la ficción también se hace presente en esta historia, y el novelista resalta la importancia que tuvo su investigación con tono periodístico para desmenuzar la experiencia de sobrevivientes y sus familiares que de alguna u otra forma estuvieron de cara a la guerra, sus amores y pérdidas, elementos que junto a la lectura de los clásicos se ven reflejados en la analogía que el autor también propone en una escala de grises para explicar su perspectiva sobre el mundo, las divisiones de pensamiento y la polarización actual.
“Creemos que es nuevo todo aquello que hemos olvidado, pero todo ha ocurrido ya, cuando lees a Homero, Cicerón, te das cuenta de que todo ya ocurrido, que en realidad el ser humano repite comportamientos, cambian las distancias históricas, pero el corazón humano y su evolución es la misma. La lectura de los clásicos te permite detectar con fluidez e inmediatez (…) en momentos como estos tan revueltos y desequilibrados, con tantos falsos profetas y redes sociales infiltradas por canallas, el conocimiento de los clásicos, de ese aplomo que nos da el bagaje cultural clásico permite sobrevivir y resistir mejor en este mundo”.