Cultura

El arte de restaurar

Luisa Herena Tapia trabaja en la limpieza de la cantera del Palacio de Gobierno, dañado por el grafiti  

RESTAURACIÓN DEL PALACIO DE GOBIERNO. El equipo de Luisa Herena Tapia poco a poco revierte los daños en que sufrió el inmueble el pasado mes de junio. CORTESÍA
El antes y el después de la fachada del Palacio. Tras la intervención del equipo de restauración la cantera del edificio sede del Gobierno del Estado está libre de grafiti. CORTESÍA
El antes y el después de la fachada del Palacio. Tras la intervención del equipo de restauración la cantera del edificio sede del Gobierno del Estado está libre de grafiti. CORTESÍA
Luisa Herena Tapia. Deja huella con su trabajo, restaurando diversos tesoros arquitectónicos. CORTESÍA

Este pasado 25 de julio ya había sido removido el 31 por ciento del grafiti colocado en Palacio de Gobierno los días 4, 5 y 6 de junio de 2020, durante las manifestaciones causadas por la detención y asesinato de Giovanni López en Ixtlahuacán de los Membrillos. Un objetivo es que al menos el exterior esté listo para las fiestas patrias en septiembre, aunque por la contingencia sanitaria no se sabe aún si se realizarán los festejos.

La restauradora encargada de realizar los trabajos para revertir los daños hechos en el histórico inmueble es Luisa Herena Tapia, quien previamente había laborado en otras intervenciones tapatías como la palabra “darkness” en las columnas del Teatro Degollado: “En 2017 se grafiteó el Teatro Degollado y participamos en la remoción, para quitar el grafiti. Fue récord, fue en dos días”. Otros sitios donde ha trabajado restaurando son las pinturas históricas en la Capilla de Jesús (donde se encuentra el primer retrato del obispo Cabañas) y el Señor del Huaje en Jocotepec.

Ya en este caso con los daños a Palacio, Luisa platicó: “Hay que hacer el diagnóstico, medir, la herrería también se dañó. Ahora que ejecutamos la restauración salieron más daños que no se habían tomado en cuenta”. Además del grafiti en la cantera amarilla (850 metros cuadrados es la superficie dañada) hubo daños en seis estructuras de herrería en las ventanas, tres balcones con daños de pintura (herrería y pisos), algunas manchas de pintura (no grafiti), 112 vidrios quebrados, siete vitrales y cinco puertas exteriores dañadas (una con pérdida total, la de Pedro Moreno: en este caso se hará una réplica exacta, a partir del registro fotográfico y las medidas.). Las labores en el recinto del Estado se realizan con la licencia 05/2020, con registro ante el INAH.

Junto a la docencia sobre la materia (en la Escuela de Conservación  y Restauración de Occidente, ECRO) y ejercer en inmuebles del Estado, Luisa también ha trabajado en recintos sacros, como el Sagrario Metropolitano, contiguo a la Catedral de Guadalajara. Los trabajos allí comenzaron en 2019 y se tuvieron que suspender por la pandemia: “Allí son presupuestos más modestos, se va haciendo poco a poco, conforme el padre va pudiendo. Aquí tristemente no hay apoyo: los templos más antiguos son los que menos reciben limosna”. Estudiantes de la ECRO también colaboraron como servicio social y voluntarios en las restauraciones del sagrario (mármoles, pintura, elementos de cantera).

Un trabajo arduo

La cantera de Palacio de Gobierno y la del Sagrario tienen el mismo origen. Sobre este material, Luisa comentó: “Una cantera con buen mantenimiento puede aguantar siglos. Lo importante es que los procesos utilizados para remover el grafiti no dañen la cantera. Esta cantera oficialmente está considerada extinta: los bancos de cantera quedaron debajo de la mancha urbana, es imposible arreglar cualquier detalle con nuevos bloques. Por eso hay que ser más cuidadosos al arreglar”.

Para el Palacio utilizan una metodología mixta, con geles fabricados por los propios restauradores y procesos de lavado.

En otros casos, cuando la restauración la hace alguien que no es profesional, daños como el grafiti se remueven con cincel, lo que dañaría cualquier cantera. Por ello, la profesional restauración resaltó que existen licenciaturas y maestrías en restauración en varias universidades del país: “Cada vez hay más personas especializadas. De acuerdo a la ley se necesita haber cursado la licenciatura y tener la cédula. El INAH pide que presentemos la cédula, es la garantía de que se conocen los trabajos que se ejecutan”. La ECRO en la capital jalisciense abrió sus puertas en 2000.

Para la restauradora es importante la difusión de este trabajo, pues solo con conocimiento se puede restaurar bien el patrimonio: “Hay mucho desconocimiento de los sacerdotes que reciben un templo patrimonial a su cargo. Afortunadamente el párroco a cargo del Sagrario tiene mucho interés en hacer las cosas bien. Pero hay otros que no saben ni que existe el INAH. Hace falta difusión, educar a autoridades, civiles y eclesiásticas. Cuidar el patrimonio es un bien de interés social”.

JL

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