Cultura

Disertar sobre el azar en la vida

La escritora y crítica literaria Anna Caballé Masforrol impartirá la conferencia magistral “¿Dados cargados? El peso de la suerte en la vida”, en la Cátedra Latinoamericana Julio Cortázar; en entrevista, la autora habla sobre feminismo, biografía y un par de autores

Anna Caballé Masforroll visita Guadalajara para ofrecer una conferencia magistral en la Cátedra Latinoamericana Julio Cortázar, de la UdeG, con el título “¿Dados cargados? El peso de la suerte en la vida”. Crítica literaria, biógrafa y académica, Caballé es también presidenta de la asociación feminista Clásicas y Modernas (fundada en 1998). Ha escrito sobre Francisco Umbral, Concepción Arenal y Carmen Laforet. Fue editora de la revista “Memoria. Revista de Estudios Biográficos”.

Sobre el tema de su conferencia, Anna adelantó en entrevista: “El azar, la suerte es una fuerza que interviene siempre, en cualquier trayectoria vital, también interviene como es lógico en la forma en que evoluciona el mundo. Pero ¿en qué proporción es así? Es difícil aislar la intervención del azar en los actos de un ser humano, pero para la escritura biográfica -y yo llevo años dedicándome al género de la biografía- es imprescindible tener en cuenta su relevancia que no siempre es igual. Algunos individuos están mucho más expuestos que otros a la suerte. Pero basta una jaqueca, una noche de insomnio, una tormenta inesperada para que se altere el cauce de los hechos, la toma de decisiones”.

-El azar es importante en la obra de Cortázar, en cuya cátedra se enmarca su conferencia, ¿fue esa una de las razones para elegir el tema?

-Fue, digámoslo así, un valor añadido. Pensé que el tema, y para decidirlo se me dio absoluta libertad, encajaba muy bien con el nombre de la cátedra. “Rayuela”, por ejemplo y sin ir más lejos, es un monumento al azar. Basta recordar la primera frase de la novela “¿Encontraría a la Maga?” para comprender que la narración se abre a la incertidumbre desde el primer momento. Cortázar era muy sensible a la presencia del azar en la vida humana y muchos de sus cuentos tienen el azar como tema.

-En sus columnas ha abordado el tema del feminismo, además de en libros. El mundo de la literatura ha tenido varios debates sobre el número de mujeres en los libros editados (con los datos recientes de España) o casos de denuncias por acoso (en México), ¿cómo revertir esas tendencias?

-El feminismo ha representado para mí un compromiso progresivo. Es obvio que no basta con tener unas ideas para conseguir cambiar aquello que nos parece injusto y desproporcionado: de algún modo, hay que actuar para ser coherente con los principios. Y creo que el feminismo como movimiento vive su mejor momento histórico. Nunca la desigualdad sufrida por las mujeres en todos los ámbitos de la vida y del conocimiento se había considerado, como ahora, una cuestión impostergable y había logrado tanta visibilidad. Nunca la sociedad civil, al menos en España, se había comprometido tanto en la lucha por la igualdad, lucha que es fundamental para revertir el tradicional dominio masculino. Y creo que estamos en la buena dirección, porque las mujeres ya no vamos a retroceder, a pesar de las distopías que pueda crear la literatura (pienso en “El cuento de la criada”, de Margaret Atwood, por ejemplo). ¿Es eso suficiente? No, porque a medida que amplias capas de la sociedad comprenden que deben adaptar su modo de proceder y de pensar a las justas reivindicaciones de las mujeres, y en general lo están haciendo, surgen las resistencias, se refuerzan algunos espacios machistas como el terrible feminicidio y se interpretan las denuncias como un ejercicio de venganza y linchamiento contra el varón. No es así. La democracia es un sistema imperfecto pero nos ha enseñado que puesto que es imposible conseguir que los seres humanos, en su conjunto, obren pensando en el bien común, la única forma de evitar la corrupción y el acoso sexual (hasta ahora siempre clandestinos) es hacerlos públicos. Que se sepa. Si la ética y el respeto al Otro no es suficiente para evitar el abuso lo es, o lo puede ser, el hecho de que mi nombre quedará empañado al saberse lo que he hecho. Es decir que los actos tienen consecuencias, frente a la impunidad con que se vivía en el pasado. Pero en el mundo de la literatura, y de la cultura en general, la presencia de las mujeres está sacudiendo unas inercias que parecían inamovibles. Y lógicamente esto suscita muchas dudas, debates, reflexiones, medidas impopulares… Es imprescindible que haya debate y entre todos encontremos las mejores fórmulas de convivencia.

-Las biografías son un género que en México se practica menos que en España: en general en el ámbito hispanohablante se escribe mucho menos biografía que en otros idiomas, ¿por qué cree que se dé esta circunstancia?

-En la biografía son muchas las disciplinas que quedan involucradas. No es una labor de crítica literaria sino que requiere un esfuerzo considerable para levantar una vida sobre la base de las huellas que han quedado de ella. Para empezar necesitas tener una cierta idea de lo que es para ti el ser humano. En efecto, la tradición hispánica ha estado poco abierta a las escrituras autobiográficas. ¿Por qué? Por la presión religiosa. La Contrarreforma católica se obcecó en querer controlar las conciencias para evitar la disidencia y la rebeldía del luteranismo. Ese control incidió directamente en la expresión del libre albedrío. Fíjese que el Renacimiento en España da figuras excepcionales en la expresión del Yo: Lázaro de Tormes, Teresa de Jesús, Ignacio de Loyola, las crónicas de Indias… Todo eso acaba intempestivamente en pocos años, cuando se impone la Inquisición y el miedo a la verdad personal. Si en una autobiografía no puedes decir que tu origen es converso, por ejemplo, ya vamos mal… Y eso se convirtió en inconcebible. Nos ha costado mucho liberarnos de la censura religiosa y de la autocensura moral. Eso repercutió directamente en el lenguaje.

-Francisco Umbral es un escritor que en México no ha sido tan leído, ¿cuál fue su motivación para escribir sobre él?

-Todo empezó porque al preparar mi tesis (sobre la autobiografía durante el franquismo) me di cuenta de que Umbral tenía dos libros valiosos a los que seguirían un par más. Libros muy valiosos donde el escritor llegaba a una hondura introspectiva que yo no recuerdo en ningún otro escritor español. Suficiente para despertar el interés, ¿no? Pero la información que él daba sobre sí mismo era confusa, contradictoria o abiertamente falsa. Me pregunté el porqué. Y así empezó todo.

-También ha escrito sobre Concepción Arenal.

-Cuando la Fundación Juan March se puso en contacto conmigo para que escribiera una biografía sobre una mujer destinada a su colección Españoles Eminentes, pensé, sin dudarlo, que probablemente Concepción Arenal era la mujer más eminente que ha conocido la cultura española, en el sentido de la que más reflexionó, y actuó, en beneficio del bien común. Una mujer que vivió con una intensa vocación filosófica pero que tuvo que disfrazarla, disimularla a fin de no despertar la hostilidad de sus semejantes (aunque no siempre lo consiguió).

Asiste

Anna Caballé Masforroll en la Cátedra Latinoamericana Julio Cortázar: “¿Dados cargados? El peso de la suerte en la vida”, lunes 2 de septiembre, 19:00 horas, Paraninfo Enrique Díaz de León (Av. Juárez 975), entrada libre. Presenta Elizabeth Vivero.

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