Cultura

Diálogos con “La reina de espadas”

La escritora Jazmina Barrera presenta un libro donde aborda la vida y obra de Elena Garro

La escritora Jazmina Barrera entró a la obra y a la vida de Elena Garro para hacer un pequeño ensayo, pero se quedó y armó un retrato de retratos. Logró en “La reina de espadas” (Lumen, 2024) capturar una imagen que está delimitada por el tiempo y el espacio, por las ambivalencias, las luces y las sombras, la luminosidad y la tragedia, como fue la vida de la autora de “Los recuerdos del porvenir” y “Testimonios sobre Mariana”.

“Yo imaginaba esto como un conjunto de retratos de Elena Garro en distintos momentos de su vida, Elena dialogando con su obra y su obra dialogando con su vida y su vida dialogando con la mía, y su época y sus épocas en contraposición a la nuestra y todas las personas que fue, y todas las máscaras que usaba y toda la maravilla que hay en ella, porque hay mucha, así como hay oscuridades brutales también”, asegura la narradora mexicana nacida en 1988, sobre su antecesora, nacida el 11 de diciembre de 1916, a quien le ha dedicado los últimos años de trabajo y de quien habla en entrevista varios días antes de comenzar la promoción de este libro, sobre esta escritora a quién califica de valiente, inteligente y feminista.

Luego de revisar todo sobre Elena Garro: su archivo personal -lo que sobrevivió a los viajes, las mudanzas, el exilio, la pobreza, los gatos- que está depositado en la Universidad de Princeton, todos los libros y biografías que se han escrito sobre la narradora a quien considera “la mejor escritora de México”, de leer sus casi 20 novelas, libros de ensayos y textos periodísticos, sus 16 obras de teatro y las cartas de amor con Octavio Paz, Adolfo Bioy Casares y Archibaldo Burns, Jazmina Barrera asegura que Garro es una de las escritoras hispanoamericanas más brillantes e inteligentes, a las que la historia las ha simplificado mucho, para un lado y para el otro.

“A veces se presentan como villanas absolutas o a veces son santas, y yo creo que parte del respeto que se merece Elena Garro, parte de devolverle su humanidad y su dignidad es entenderla como era, un ser humano de carne y hueso. Por supuesto que fue un personaje muy problemático, que se metió con las personas equivocadas, a veces era muy imprudente, se autosaboteaba mucho. Se creó, en determinado momento, tal número de enemistades que era muy difícil ayudarla, no se ayudaba a sí misma tampoco, y a la vez fue perseguida, y a la vez fue silenciada, y a la vez fue menospreciada, y a la vez, sobre todo en su época del exilio, no tuvo los medios para dedicarse a una vida literaria plena”, afirma la escritora.

Lo que hace Jazmina Barrera en esta obra que ella define como "una libreta de apuntes, una colección de ideas, de datos y gatos", es algo controversial que cualquier purista cuestionaría, pone a dialogar la vida y la obra de Elena Garro.

“Hay muchos puristas que dirían ‘no se pueden mezclar las dos cosas’, pero creo que en particular en este caso arroja mucha luz sobre su vida leer su obra y también nos da un gran entendimiento de su obra comprender su vida, porque sí hay mucho de autobiografía en su literatura”, afirma Barrera, quien incluso, para comprender a la compleja Elena Garro de vida tan trágica, tuvo sesiones de tarot, I Ching y astrología.

Jazmina sabe, tras entrar al universo de claroscuros de Garro, que en sus obras encuentras frases que se repiten en sus diarios directamente, y cuando se relacionan los periodos de vida con los momentos en que se escribieron de las obras muchas cosas cobran sentido. “Creo que vale la pena el ejercicio, aunque por supuesto no podamos señalar exactamente ‘esto que dice este personaje es lo que estaba pensando Elena Garro’, pero dejo ahí la cita para que cada lector ate cabos o piense lo que quiera a partir de esa frase”. Y justo uno de los temas más delicados de Elena Garro tiene que ver con todo el tema de Octavio Paz.

“Yo lo observo aquí mucho más desde la mirada de Elena, no me puse a hacer una biografía de Octavio Paz para entender cómo era su punto de vista, que me puedo imaginar simplemente ya desde ese punto de vista lo problemática que era también Elena, y sin embargo, no podemos negar la evidencia de las violencias de Octavio Paz, que están claras, están en las cartas, están en los testimonios, Y lo mismo pasaba con Paz, Paz también era muchas personas, también se va transformando, también su relación con Elena va cambiando; se lee en sus cartas cómo se suaviza por momentos, cómo se endurece en otros, cómo establece distancia y luego se acerca, los intentos de amistad que hubo después, la represión que establecía en determinado momento Paz sobre la Elena escritora y luego el apoyo de Paz directo, explícito, para que se publique su obra, para que gane premios; es muy difícil, es muy contradictorio y ¡es muy trágico, carajo! Incluso, la hija de ambos, Helena Paz Garro, es el personaje más trágico de esta historia”.

Para Barrera, las cartas que le escribió Paz a Elena cuando eran novios y que se consideran de amor “son una infamia”, pues contienen una violencia muy fuerte, que “Elena aceptaba, aunque no se sabe hasta qué punto. Porque también la violencia iba incrementando porque ella hacía lo que quería, porque no seguía las órdenes, le ‘daba el avión’, jugaba incluso. Pero está ahí. Yo no quise juzgar, es algo que las lectoras interpretarán, yo quise dejar esas citas, ese listado para dejar constancia, porque también esas cartas han sido publicadas y comentadas por personas que yo creo que tienden a defender a Paz. Y yo no es que quisiera defender a Elena, pero sí quería por lo menos eliminar ese factor. Porque hay un sesgo, parece un amor apasionado”.

Una mujer entrañable 

La inmersión de Barrera a la trágica historia de Elena Garro a veces la llevaba a punto de la depresión, “¿pero sabes por qué no me deprimía?, por el sentido del humor de Elena, por sus ganas de vivir, por su curiosidad, por sus pequeñas obsesiones con los gatos, con la literatura rusa, con los animales en general; todo esto que la hacía tan entrañable, eso es lo que para mí salva esta historia de la tragedia”.

Una vida marcada por el siglo XX entero, afirma Jazmina, quien apunta que revisar la vida de la autora de “La semana de colores” y “Andamos huyendo Lola” es leer una historia del siglo XX atravesada por los eventos más importantes, por la Guerra Civil Española, por la Guerra Cristera, por la Guerra Fría, por la Segunda Guerra Mundial, por el 68, por tantas cosas y también es entender una historia de las mujeres en ese siglo.

“Para mí es impresionante cuando oigo y leo historias de mujeres mexicanas, como Rosario Castellano, Frida Kahlo, Pita Amor, todas estas mujeres que estaban tan divididas entre dos mundos, entre un mundo todavía muy conservador, todavía represivo, con roles de género muy establecidos y un mundo que estaba ya cambiando, y muchos estímulos intelectuales y sensibles y muchas ganas de vivir y de expresarse y de destacar, y de ser miradas y de tener amantes y de vivir una vida plena. Cómo esto está en tensión todo el tiempo en sus vidas, es muy impresionante. Yo creo que nos sirve mucho para entender también el punto en el que estamos ahora porque si ellas no se hubieran atrevido a ser quienes fueron, no estaríamos acá nosotras”, asegura Jazmina Barrera.

La también autora de “Linea nigra” y “Punto de cruz”, apunta que en Elena Garro está un feminismo intuitivo a través de estas representaciones complejas de mujeres en su obra, estas denuncias explícitas de la violencia de género, de la violencia física, de la violencia intelectual, de la represión, de la expresión y de las capacidades intelectuales de las mujeres, del mandato del matrimonio, del mandato de la maternidad, “todo eso está en ella, y para la época es muy impresionante la literalidad con la que está en una obra como por ejemplo ‘El rastro’, donde se habla de violaciones sistemáticas que atraviesa a generaciones, o en una obra como ‘El árbol’, en donde se habla además de violencia de clase. Cantidad de referencias, de lugares donde podemos encontrar estas expresiones del feminismo, aunque ella no se considerara feminista”.

Síguenos en

Temas

Sigue navegando