Cultura

Desde el Imperio romano

Santiago Posteguillo aborda la disparidad de género a través de un personaje histórico poco conocido

Las buenas novelas históricas ostentan una actualidad a pesar de hablar de hace miles de años. Es el caso de “Yo, Julia”, del escritor español Santiago Posteguillo. Publicada dentro de la colección Autores Españoles e Iberoamericanos, esta novela recibió el Premio Planeta 2018.

El escritor retoma la figura de Julia Domna, poco explorada en la historia y en la ficción histórica: “El tema de la sensibilización hacia una igualdad entre hombres y mujeres, en el relato que cuento, me viene desde largo. Si sigo las fuentes clásicas sólo me encuentro con personajes masculinos. No es justo: es cierto que había más personajes masculinos en posiciones de relevancia, en la medida en que eran sociedades más machistas que la nuestra. Pero también es cierto que sí había unas cuantas mujeres muy importantes: que se silencie eso es injusto.

No se trata de reescribir la historia inventando mujeres importantes donde no las hubiera, sino contar las que hubo”.

Posteguillo buscaba historias de mujeres en la antigüedad clásica, cuando se topó con una biografía que explicitaba que no hubiera novelas ni películas con Julia como protagonista: “El personaje es formidable, no se entiende que no haya. La película no depende mí, pero la novela sí. Me enamoré del personaje y a partir de allí comencé la documentación”.

Para contar los fragmentos de la historia, Posteguillo recurre a la voz narrativa de Galeno: “Me interesaba un personaje que pudiera hacer reflexiones sobre la protagonista, que tuviera una visión exterior. Esa persona es testigo, no protagonista. Es un tipo de narrador que permite reflexionar sobre la evolución de Julia. Necesitaba un narrador intelectual, de potencia metal. Galeno fue el médico Marco Aurelio, Cómodo, de Julia y su marido.

Fue un grandísimo intelectual de la época, podía ser el narrador perfecto”.

Desde lo indirecto

A la par de la ficción, el autor ha explorado el ensayo histórico y literario con libros como “La noche en que Frankenstein leyó El Quijote”, “La sangre de los libros” y “El séptimo círculo del infierno”, donde precisamente narra las historias de las historias, al escribir sobre literatura. Actualmente no tiene una publicación como esa en camino: “Ahora no hago libros de estos: me volqué completamente sobre esta novela.

Requerí más tiempo y más energía hacer la documentación de una mujer en la antigüedad. La recomposición de la historia de una mujer tiene que ser con citas indirectas: ninguna fuente clásica. No hay ningún capítulo ni libro sobre ella, hay sobre su marido, sobre sus hijos. Se construye así el personaje. Cuesta más”. El proceso de escritura fue como lo hizo ya con sus otras novelas históricas.

Previamente Posteguillo publicó la trilogía sobre Escipión y la de Trojano: de esta vocación por la ficción histórica, Posteguillo compartió los autores que considera importantes, además de Robert Graves, a quien cita con su obra poética en el epígrafe de “Yo, Julia”: Henryk Sienkiewicz, Lewis Wallace, José Luis Corral, Alejandro Nuñez Alonso, “un escritor muy olvidado, escribió una serie de siete novelas sobre el mundo romano, muy interesante”.

Pasión por la historia

En cuanto a la pasión por la historia, Santiago afirmó: “A mí siempre me gustó contar historias, no solo la historia… Si hubiera podido hubiera hecho un major en literatura y un minor en historia. No pude y estudié filología, literatura. Intenté escribir novelas en géneros diferentes: empecé a hacer una novela en género negro, una erótica”. El escritor no logró publicar dichos textos, por lo que decidió unir sus dos pasiones y hacer novela histórica, donde encontró un espacio para publicar y que este año celebró con el Premio Planeta. 

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