Doce grandes obras literarias sobre la depresión y enfermedades mentales
Un recuento de narrativas trágicas, melancólicas, desgarradoras -y a veces llenas de esperanza- que ocupan un puesto entre las obras más destacadas que abordan la depresión en los humanos
El ser humano, a través de sus sentimientos, de su inspiración y melancolía, ha hecho de la depresión un arte. De ella se han creado poesías, tragedias, dolores que traspasan las páginas, y que nos hacen leernos a nosotros mismos y reconocernos en nuestros abismos más profundos.
A veces no tiene nombre, a veces no se le menciona. Es una tormenta interna -la noche oscura del alma-, una flor que se marchita dentro del corazón, un suspiro atravesado que envenena la vida. Es una risa que no llega, un llanto que no alivia, una capitulación ante los días.
Cientos de autores a lo largo de la historia de la literatura le han dado su perspectiva muy particular a la depresión. A veces como una tragedia terrible, otras como una lección, un mero obstáculo que se supera, e incluso a veces es abordada desde la comedia. Otras, simplemente, como una realidad irremediable, un pozo del que no hay escapatoria.
A continuación un breve recuento de literaturas tristes, melancólicas, llenas de añoranza, de reminiscencias de lo perdido, de lo que no fue ni será, y escritas desde las raíces y las entrañas más profundas del corazón humano.
La muerte de Ivan Illich, de León Tolstói
"Sí, la vida estaba ahí y ahora se va, se va, y no puedo retenerla. Sí. ¿De qué sirve engañarme? ¿Acaso no ven todos, menos yo, que me estoy muriendo, y que sólo es cuestión de semenas, de días... quizá ahora mismo? Antes había luz aquí y ahora hay tinieblas".
La metamorfosis, de Franz Kafka
“Quizás convivimos en el mismo laberinto de caminos misteriosos en los que él peregrinó austeramente toda su vida sin llegar nunca a encontrar una salida”
La tregua, de Mario Benedetti
"Ahí, en el pecho, cerca de la garganta, ahí debe estar el alma, hecha un ovillo".
Tan poca vida, de Hanya Yanagihara
"Podría llamarlo tristeza, pero no era una tristeza lastimera sino una tristeza masiva (...) al reconocer el esfuerzo que realizaban los humanos del mundo entero por vivir, aunque sus días fueran difíciles y sus circunstancias penosas. La vida es tan triste, pensaba en esos momentos. Es tan triste, y sin embargo todos vivimos. Todos nos aferramos a ella, todos buscamos algo que nos dé consuelo".
La náusea, de Jean Paul Sartre
"Sé que nunca más encontraré nada ni nadie que me inspire pasión. Tú sabes que ponerse a querer a alguien es una hazaña. Se necesita una energía, una generosidad, una ceguera... Hasta hay un momento, al principio mismo; en que es preciso saltar un precipicio; si uno reflexiona, no lo hace".
Confesiones de una máscara, de Yukio Mishima
"La sensación de fracaso que aquella noche nació en mi interior, volvió a mí poco a poco e invadió toda mi vida hasta sus últimos rincones".
"En realidad lo que estaba experimentando era la fatiga corrosiva de la negligencia, de la disipación, de una pereza corrompida y de una vida sin futuro posible".
El Coronel no tiene quien le escriba, de Gabriel García Márquez
- "La ilusión no se come - dijo ella.
- No se come, pero alimenta - replicó el coronel.”
“Lo único que llega con seguridad es la muerte.”
Emaús, de Alessandro Baricco
"Así como el amor inmenso, fue inmenso el padecer".
Las batallas en el desierto, de José Emilio Pacheco
"¿Qué va a pasar? No pasará nada. Es imposible que algo suceda. ¿Qué haré? (...) Lo único que puede es enamorarse en secreto, en silencio (...) enamorare sabiendo que todo está perdido y no hay ninguna esperanza".
Suave es la noche, de Francis Scott Fitzgerald
"Estoy cansado de no saber nada y de que me lo recuerden todo el tiempo".
"Saliendo de un dolor, parece necesario volver sobre los mismos pasos que nos llevaron allí".
"El estar solo física y espiritualmente engendra soledad y la soledad engendra más soledad".
El ruido y la furia, de William Faulkner
“Un hombre es la suma de sus desgracias. Se puede creer que la desgracia acabará cansándose algún día, pero entonces tu desgracia es el tiempo.”
La pasión según G.H, de Clarice Lispector
"Hará falta valor para hacer lo que voy a hacer: decir. Y arriesgarme a la enorme sorpresa que sentiré con la pobreza de la cosa dicha".
FS