Cuentos para asomarnos al lado obscuro
La colección de cuentos La claridad fue ganadora de la sexta edición del Premio Internacional Ribera del Duero
La editorial Páginas de Espuma lanzó ya la edición mexicana de La claridad, del escritor Marcelo Luján. La colección de cuentos fue ganadora de la sexta edición del Premio Internacional Ribera del Duero, convocado por la editorial y el Consejo Regulador Denominación de Origen Ribera Del Duero.
La claridad es un libro que recorre la frontera de la obscuridad, con tramas donde ronda el suspenso y la maldad, en ocasiones con un guiño a lo sobrenatural. A propósito de estos cuentos, el autor charló en entrevista. Del origen de los textos nos platicó: “Había escrito libros de cuentos, como latinoamericano lo tengo muy cerca. Escribí novelas, también, pero siempre estamos escribiendo cuentos. Pero lo que yo necesitaba a esta altura, me lo puse como una especie de reto, era escribir un libro de cuentos. No hacer una compilación, como lo hacemos entre novela y novela, sino un libro casi con las mismas claves con las que escribimos una novela: empezar desde cero, ir cuento a cuento sin recurrir a nada escrito, ninguna recuperación. Eso me dio la posibilidad de montar esta estructura, con ciertos elementos que recorren y abrigan todo el libro”.
Luján ha hablado en otras ocasiones de la tradición latinoamericana del cuento, algo que tiene muy presente en su literatura. Sobre ello y sus diferencias con la novela abundó: “En la novela el concepto está ahí pasando la página 30 o 40. Está trazado. Con un libro de cuentos termina uno y nos queda nada, no se puede agarrar nada de lo que hay escrito. Ahí se rompería el contrato con el lector, algo inherente al género es la autonomía, la independencia: un texto tiene que funcionar solo. Eso lo quería como prioridad, pero tener este aspecto: a medida que el lector avanza en el libro se acumulan ciertos datos, un personaje, tomando ciertos riesgos. Es un ejercicio literario interesante, me costó mucho, lo tomé como un reto”.
De la temática obscura que tocan los seis relatos de La claridad, el autor de origen argentino comentó ese simbolismo: “Es la parte obscura, de negrura o obscuridad, es algo que está en todos mis libros. Es mi postura en la literatura. El género no me interesa, si me dan un premio de novela negra, como quieran. Pero no policial: la investigación no me interesa, que terceras personas cuenten el mal. Me interesa que lo cuenten los protagonistas. Eso está pasando más, se lee mucho en la narrativa moderna”.
Otro género que roza Marcelo es el fantástico, con una línea tenue: “Soy muy consumidor de lo fantástico cortazariano, de lo fantástico en clave moderna, que tiene que ver con el terror. Con sus cuatro bastiones: fantasma, zombie, el diablo y la bruja, elementos clásicos. Me pareció interesante intentar meterlos, si podía en unos más que en otros, pero no imponerlos de un modo directo. Me pareció más interesante que el lector lo intuyera, en ‘La chica de la banda de folk’, que es una leyenda urbana, no podía evitar mostrarla. El cuento funciona en clave. En todos los demás el elemento fantástico no se sabe bien, no sabemos qué pasa: quiero que el lector decida eso. No quise trabajar al monstruo o al fantasma de un modo directo. Lo que funciona en el horror moderno en muchos casos es la humanización del monstruo, que el fantasma tenga problemas humanos. Si tiene poderes y vuela no tiene gracia, o si es Freddy Krueger”.
Todos los cuentos reciben al lector con un par de epígrafes, uno secular (originario de la música) y otro bíblico: “Son elementos paratextuales, son muy claros en un discurso, en un texto en este caso. Anticipa con cierta potencia. Desde ese punto de vista me pareció bueno abrir cuentos largos con un epígrafe. Me gusta mucho la música, el rock, me pareció bueno mezclar. Por lo menos le parecerá interesante al lector mezclar lo secular, la música, con citas muy concretas de la biblia. No soy religioso, fui educado en un país católico, sin embargo la biblia me parece un texto muy interesante, si le quitamos todo el componente religioso. Hace unos tratamientos maravillosos de la traición, de la muerte, del bien y el mal enfrentados, de la resurrección (si lo secularizamos es de los zombies). Con todo respeto. Me parece un texto muy moderno, tiene pasajes que son bombas, la potencia que tienen”. El tema de la traición lo retoma Marcelo en “Treinta monedas de carne”, cuento que abre La claridad y donde revisita el concepto de traición en un contexto moderno.
Como lo ha mencionado, las raíces en la tradición cuentística son latinoamericanas, pero se extienden hasta la biblia, que también puede ser leída como una antología de relatos: “Nuestros países son católicos, básicamente. En la constitución argentina se pone que es un país laico, pero estamos educados con la religión. La fe es una cosa muy bonita, pero está bien verlo con una visión libre. Es un texto válido, como el tratamiento con la mujer de Lot, que trata sobre la subversión. Si un escritor hoy en día se lo imagina es genial: si volteas te conviertes en sal”.
Un elemento simbólico y velado en La claridad es el movimiento: algunos personajes se encuentran transitando de un lado a otro en los momentos de la narración (en carretera, como en “Espléndida noche” y “Treinta monedas de carne”): “No lo había planteado, más allá del arco que tienen los personajes. La línea, el avance, como si creciera, no lo había pensado. La dificultad es el regreso. Me aterra lo cotidiano, estar expuestos. ¿Cuándo estamos más expuestos? Cuando no lo esperamos. En ‘Espléndida noche’ está la noche, donde siempre está ‘el mal’. Pero no, esa noche es linda, en verano; pero aún así nos puede acechar la desgracia. Parece que todo está bien hasta que sucede algo”.
En algunos cuentos se retoma una visión que también puede vincularse con la visión religiosa, con el dinero como agente del mal: “El dinero es un mecanismo bíblico, es el mal. Llegamos al cielo no por lo material, como los luteranos donde es lo contrario (dios te recibe por lo que cosechas). El diablo, la figura antagónica de dios, utiliza el dinero para sus fines. Potencia el discurso”.
EL PREMIO
Gracias a sus seis ediciones, el Premio Internacional Ribera del Duero se ha colocado como el certamen dedicado al cuento más importante en la literatura hispanoamericana (en montó económico, promoción y publicación de las obras ganadoras). Antes de Marcelo Luján lo han recibido los españoles Javier Sáez de Ibarra y Marcos Giralt Torrente, la también argentina Samanta Schweblin, y de México Guadalupe Nettel y Antonio Ortuño. Recientemente Páginas de Espuma convocó a la séptima edición, cuya convocatoria está abierta hasta el 31 de diciembre de 2021 y se puede consultar en www.paginasdeespuma.com.
LS