La Unesco reconoce el cartel de cine cubano
Es declarada como Patrimonio Documental de la Humanidad la colección cubana de casi tres mil piezas
El cartel de cine cubano acaba de ser inscrito como Patrimonio Documental de la Humanidad por la Unesco, dando así reconocimiento a sus diseñadores y visibilidad una gema escondida del arte de la isla de las últimas décadas.
“Esperado y merecido”, así lo ve la directora y representante de la oficina regional para la Cultura en América Latina y el Caribe de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), Anne Lemaistre, quien explica en una entrevista que ese programa “hace la abogacía de la conservación del patrimonio audiovisual que también es la memoria colectiva del mundo”.
La presencia de esta colección cubana en el registro internacional Memoria del Mundo es para Lemaistre el reconocimiento a la “gran originalidad creativa que hay en estos carteles, la belleza gráfica y la eficacia comunicativa de estos documentos”.
Recuerda que desde 1992 -cuando fue creada esta categoría del registro que abarca audiovisuales y manuscritos- han sido inscritas 430 obras patrimoniales para el mundo.
De Cuba también han sido incluidos los escritos del Fondo José Martí, prócer de la patria; los negativos del noticiero del Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (Icaic) y manuscritos originales del guerrillero argentino-cubano Ernesto “Che” Guevara, entre ellos su diario de campaña en Bolivia.
Lemaistre destaca el talento “inmenso” y “muy especial” de los diseñadores cubanos, quienes “con pocos medios, pero con la técnica de la serigrafía, consiguieron encapsular -con algunos colores y un diseño muy afirmado- la esencia de una película” con “gran impacto visual”.
“Creo que estos carteles dan una gran visibilidad a Cuba, es una imagen de Cuba entre otras y una herramienta de educación visual para toda una generación cubana”, señaló.
Patrimonio visible
En esa misma línea, Sara Vega, especialista en gráfica de la Cinemateca de Cuba y encargada de las casi tres mil piezas que componen la colección, se congratula por haber contribuido a que “esto se haya digitalizado, conservado y que haya tenido este resultado a nivel internacional”.
Además de proteger y estudiar el cartel cubano de cine, Vega explicó que su labor fundamental es exponer la colección a la vista del público porque “el patrimonio que no se visibiliza es como si no existiera”.
Y en particular, concede gran importancia a poner estas piezas al alcance de “los más jóvenes, de un público emergente, de los diseñadores y los estudiantes que necesitan estas referencias para seguir adelante” en las artes visuales de la isla.
Su declaración como Patrimonio de la Humanidad, es “súper importante” porque reconoce el meritorio trabajo de muchos diseñadores que intervinieron en la promoción tanto del cine cubano y extranjero como de sus festivales, retrospectivas y muestras.
CT