Carmiña Mejía presenta “El color de la tormenta”
La escritora debuta en las novelas
La primera novela de la escritora Carmiña Mejía, “El color de la tormenta” (2021), es una historia que es a un tiempo un entramado de historias que confluyen en una desembocadura común; situada en Guadalajara en diferentes épocas, esta narración es la primera experiencia de la autora en el género novelístico y se presentará esta noche en el Salón del Bosque.
Mejía había publicado con anterioridad “Margarita Frappé” (2013) y “De cuerpo entera” (2017), ambos de relatos breves; ahora, lanzó este pasado septiembre su primera novela en formato digital (e impreso) que, “con mis pasadas experiencias, se me ha hecho una maravilla que la gente pueda adquirir tu libro en cualquier parte del mundo”, comenta en entrevista para EL INFORMADOR.
En este sentido, refiere la narradora, “creo que quienes publicamos en editoriales independientes, que no tenemos toda esa parafernalia de las grandes editoriales, es importante que los lectores tengan acceso al libro. Para mí ha sido excelente”.
Así, aunque recomendaría este ejercicio a otros autores, detalla Mejía que debe hacerse “cuidando mucho lo que se hace, creo que hay mucha literatura de muy baja calidad en estos formatos. Esto hace importante que te acompañe un editor, alguien que ayude en la corrección, en el diseño, que todo sea profesional. Es toda una inversión publicar en estas herramientas”.
“El color de la tormenta”, afirma la escritora, “comencé a escribirla en 2017, en un taller con Cecy Magaña. Yo sentí entonces que mi proyecto era un Frankenstein con múltiples cabezas y ojos. Luego de eso, la tallereé un tiempo más con Oscar Tagle (mi editor y maestro durante 13 años) y, finalmente, con Gerardo Esparza. Fueron un total de cuatro años trabajando con la novela”.
Con este acompañamiento, indica Mejía, consiguió publicar “la historia que yo quería contar, gracias a la visión de personas que saben de novela y publicaciones, pero siento que se trata de un hijo literario muy mío”.
Asimismo, continúa, el paso del relato breve a la novela significó “un reto enorme. Tengo 13 años en el taller de relato corto en Al Gravitar Rotando, donde el aliento es corto; de hecho, los capítulos de la novela son breves y fue difícil conseguir que se ligaran unos con otros. Claro que me costó trabajo, pero disfruté mucho escribirla”.
Sueño y personajes
En el principio, un sueño compartido nos revela un cementerio y una vinculación entre dos personajes fundamentales; este sueño recurrente, dice Mejía, “durante un viaje a París que hice con mi madre, pude ver el cementerio de ese sueño. Los sueños lúcidos han sido parte de mi vida, creo que quienes escribimos soñamos en demasía. Cuando vi ese cementerio en París, supe en ese momento que me provocaría escribir”.
Por otra parte, desde sus anteriores publicaciones, “el tema del erotismo ha estado presente, siempre, en lo que he querido escribir” y los personajes, que enfrentan el amor, “lo hacen desde una perspectiva que se vincula a su dolor; porque muchas veces confundimos el deseo con amor y, a partir del trabajo del escritor, vamos desentrañando que no siempre es amor sino obsesiones, aunque el amor termine con tintes menos oscuros”.
Los personajes de “El color de la tormenta” no son, detalla la autora, “tibios, tratan de proyectarse distintos, pero tienen una intensidad muy fuerte, esa era la intención al escribir de ellos”; además, “son seres complejos, no son de una sola cara. La idea es explorar qué nos hace el amor, cómo nos trastoca y cambia nuestros conceptos racionales por una tormenta”.
MQ