Cultura

Autismo ilustrado con el corazón

"Bef" presenta una novela gráfica sobre el autismo creada en honor a su hija

El autismo llegó de sorpresa para Bernardo Fernández “Bef”, el reconocido ilustrador mexicano que hace un par de años se adentró por completo a este síndrome sin imaginar el potencial creativo que desencadenaría.

“Mi hija fue diagnosticada con trastorno del espectro autista cuando tenía dos años y ahí se me derrumbó todo, se me vino el mundo encima.

Lo que cuento en el libro es desde que María está por nacer, cuando va creciendo como una niña normal, pero llega el momento en que vimos algo inusual y fuimos a hacer estudios hasta que nos dieron esta confirmación”, cuenta el ilustrador.

La experiencia después del diagnóstico ha nutrido a Bef en su faceta como padre de familia y también como ilustrador, pues gracias a ésta nació “Habla María”, la novela gráfica creada en honor a su hija.

Todo por hacer

“Yo pregunté qué seguía tras el diagnóstico y me dijeron que había todo por hacer y esa frase me cambio la vida, me devolvió la luz y la esperanza de plantear y mirar hacia arriba al lado de mi hija”, recuerda el autor.

Bef puntualiza que previo a conocer la condición  de su hija María, su conocimiento hacia el autismo era prácticamente nulo, por lo que ahora al ilustrar su experiencia como padre de familia confía en que esta novela gráfica sea una guía de sensibilidad no solo para padres que han experimentado o están descubriendo el mundo del autismo, también para familiares, amigos y cualquier persona.

“Me di cuenta que había de dos: derrumbarse o seguir adelante; tomé la decisión de tomar a mi hija de la mano y seguir, eso quiero compartir, hacerle saber al lector que los que gozamos de nuestras capacidades a plenitud seamos más claros sobre las personas que no tienen este privilegio, ellos tienen una serie de retos cotidianos muy complejos en mayor o menor medida”.

Tal es el impacto que Bef causa con este relato gráfico que ilustradores como Liniers se suman en la publicación desde un emotivo prólogo y dedicatoria que refuerzan la emoción del autor vertida en su historia personal, pero a la vez tan común y latente en la sociedad.

“No todos los niños con autismo son iguales, hay diferentes grados y hay que generar esa sensibilidad también en el lector, esto es compartir un testimonio, lo que en su momento fue para mí algo muy duro y pude salir, no sólo pienso en el autismo, pudo ser cualquier otra condición como Síndrome Down o hasta sordera”.

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