Zoológico Guadalajara: Un encuentro con la naturaleza
Conoce la historia del Zoológico Guadalajara; sin duda, un lugar insignia de los jaliscienses
Un Estado de gran nivel no sólo es rico en tradiciones, cultura, arquitectura y economía, también lo es por sus atracciones. Y muestra de ello es Jalisco que, entre su oferta de entretenimiento y recreación cuenta con un lugar insignia para los tapatíos: el Zoológico Guadalajara, el cual tiene ya 36 años de ser un espacio libre y sano donde viven distintas especies, las cuales están muy bien protegidas.
Según se difunde en el sitio oficial del Zoológico Guadalajara, éste es un organismo público descentralizado del Ayuntamiento de Guadalajara, el cual es administrado desde su creación, por un consejo integrado por importantes empresarios jaliscienses.
“Enclavado en la Barranca de Huentitán, surgió como una necesidad de que la sociedad jalisciense contara con un lugar de sano esparcimiento familiar, además de un espacio que le permitiera despertar su interés por la conservación de la naturaleza”, se refiere.
A propósito, EL INFORMADOR conversó con Eugenio Ruiz Orozco, ex presidente municipal de Guadalajara, quien fue parte medular del desarrollo del Zoológico Guadalajara en la década de los años 80.
El espacio fue inaugurado el 10 de marzo de 1988 por el Presidente de la República Mexicana Miguel de la Madrid Hurtado acompañado del gobernador del Estado Enrique Álvarez del Castillo. El día 25 del mismo mes, abrió sus puertas al público.
El Zoológico Guadalajara es considerado uno de los pocos zoológicos autofinanciables del país. Cuenta con 50 hectáreas completamente desarrolladas, donde se ha respetado la topografía del terreno, así como árboles y flora existentes.
Expresa Eugenio que cuando tomó la candidatura a la alcaldía de la ciudad, él y su equipo de trabajo estuvieron identificando los rezagos de la ciudad “para tratar de actuar en términos de compensación”.
Y en esas condiciones, resalta que había déficit de pavimento, espacios verdes y actividades de orden cultural, “entre esos déficits también había uno que tenía que ver con el ocio, la recreación y la preservación del medio ambiente. Para 1925 Guadalajara tuvo un zoológico y comenzamos entonces a explorar las distintas posibilidades en razón del presupuesto, de tal suerte que cuando ganamos la presidencia, teníamos muy claro lo que debíamos hacer en el futuro”.
Para confirmar esto, le hicieron encuestas a la ciudadanía y apareció el zoológico con buena calificación: “Lo que siguió fue armar un buen equipo para construir un zoológico que además contaba con un espacio ya maravilloso pegado a la ceja de la barranca que había adquirido don Arnulfo Villaseñor. Entonces, el tema de dónde hacerlo estaba resuelto, había también un precedente porque don Enrique Álvarez del Castillo veía con simpatía el tema”.
Recuerda además Eugenio que en aquellos años se había presentado un conflicto en el Agua Azul porque se trasladaron algunas especies a la barranca mientras remodelaban las instalaciones, “pero total, no fueron regresadas al parque”. Y disponiendo de un proyecto que ya había preparado Fernando González Gortázar, el entonces gobernador dio el visto bueno para que comenzara a desarrollarse el proyecto.
“En ese tiempo el presupuesto con la quitada de ceros, originalmente salió con seis mil millones de pesos, pero finalmente costó más de 12 mil millones, pero con la economía del ayuntamiento y una buena administración, nos permitió hacerlo sin desatender otro tipo de necesidades que tenía la ciudad”, explica.
Se convocó a un grupo de constructoras y en espacio de un año, se entregó el zoológico: “Sabíamos que teníamos que administrarlo, porque de otra manera si tú quieres entregar un monstruo de esos a la siguiente administración, pues te quieren matar. Además, había también que resolver la estructura jurídica a la que debíamos de sujetar el zoológico. Y Gabriel Gallo se dio a la tarea de analizar cómo lo íbamos a hacer, así que se tomó la decisión de integrar una empresa paramunicipal que sigue funcionando y de invitar a un grupo de empresarios para constituir un patronato que a la fecha sigue funcionando también y que preside la Srta. Sandra López”.
Resalta además que esta fórmula para respaldar el zoológico ha sido tan exitosa, “que hoy día este es el zoológico más importante de América Latina, está muy bien administrado y es un orgullo para los tapatíos”.
De la creación a la llegada de los animales
En resumen, el zoológico se conceptualizó en el año de 1986, se construyó en 1987 y se integraron a él todas las especies que se pudieron conseguir, ya para 1988, el 10 de marzo, el recinto natural entró en funciones con 270 especies. Originalmente, el desarrollo arquitectónico fue de Fernando González Gortázar y luego fue replanteado por el arquitecto Ricardo Elías.
Con el tema de las especies, se creó un modelo para conocer cuáles se debería de adquirir. Así que se buscaron tanto en el mercado nacional como internacional. “Este trabajo lo realizó Alberto Tapia junto con Javier Arroyo. Fue un trabajo impresionante, porque se tenían que conocer los hábitats y cómo se iban a ocupar. Además, este mercado era precario, no estaba regulado y había muchos problemas con gente que se dedicaba a la compra y venta de animales, pero que no lo hacía de manera transparente”, expresa Eugenio.
El espacio del zoológico había que reforestarlo y generar una idea de series que le permitirían crecer hacia el futuro. “Porque el éxito de los zoológicos es tener atracciones cada año y uno de los éxitos del de Guadalajara es que las tiene”. Entre las atracciones que recuerda Eugenio fue la llegada de una jirafa macho que llegó de Kioto, Japón. Los zoológicos de Albuquerque y Nueva York también cedieron algunas especies.
Animales que puedes conocer en Zoológico Guadalajara
Capibara
También llamado carpincho es el roedor más grande del mundo. La longitud corporal va de 100 a 130 centímetros, la cola es vestigial y el peso es de 27 a 79 kilogramos. El capibara hace vocalizaciones, estas incluyen chasquidos bajos que expresan satisfacción; silbidos prolongados y agudos; gruñidos bruscos y ladridos débiles.
Escorpión (Reptil)
La especie nativa del zoológico es el heloderma, conocido como el escorpión grande en tamaño, coloración excéntrica y grotesco en su forma; este reptil alcanza una longitud de 60 a 90 centímetros. Las escamas del heloderma son muy parecidas a cuentas que cubren su cuerpo a excepción de la parte ventral. Su cabeza es aplanada y triangular, el hocico chato y grueso y los ojos pequeños.
Casuario
Esta ave se caracteriza por presentar un casco córneo en la frente, además de que presenta vistosos diseños color rojo en determinadas zonas del cuello llamadas “carúnculas”. Alcanza los 90 centímetros desde la parte más alta del dorso hasta el suelo. Es un ave de gran robustez y llega a pesar 85 kilos.
Tiburón Gata o Nodriza
Es un tiburón de boca pequeña, con la que succiona su alimento para triturarlo posteriormente con sus dientes curvos. No es agresivo y no representa ningún peligro para el hombre, aunque si se le provoca puede atacar. Al morder, sus mandíbulas se cierran herméticamente y no se pueden abrir a menos que sean forzadas con pinzas de grafito o titanio.
Aguti Negro
Miden de 415 a 620 milímetros de longitud y la cola 10 a 35 milímetros; cuenta con un peso de 1.3 kilogramos, aproximadamente. En los miembros posteriores tienen tres dedos provistos de garras, en forma de pezuñas. Vive en lugares cercanos al agua; es territorial y suele ser muy agresivo cuando defiende la zona en que habita.
Siamang
Es una lde las especies de gibones más grande. La longitud de cabeza-cuerpo es de 75 a 90 centímetros. Su peso corporal es de 8 a 16 kilogramos. Son muy territoriales y viven en grupos familiares. Las parejas de Siamang por lo general permanecen juntas toda la vida.
Rayas Látigo
La piel en la parte de arriba de la raya látigo, está llena de espinas o tubérculos, su cola tiene forma de látigo y es delgada, la cual muchas veces, posee espinas venenosas, son de disco redondo y su cabeza no se puede distinguir fácilmente, ya que no está separada de su disco. Pueden medir hasta dos metros de largo.
Cisne Negro
Como su nombre lo indica, el plumaje de esta ave es casi por completo, negro y sólo presenta las plumas remeras de color blanco, pero únicamente son visibles cuando vuela. El cuello es proporcionalmente más largo que el de otros cisnes. Adquieren la coloración característica de la especie cuando cumplen un año de edad.
Licaón
Es endémico para el Continente Africano. El pelaje es tricolor con manchas negras, blancas y óxido, distribuidas irregularmente, salvo la parte delantera de la cara y la garganta, que son negras, y de la última mitad de la cola de color blanco. Cada individuo es diferente en el patrón de manchas. Es el único cánido que posee cuatro dedos en patas delanteras y traseras.