Tecnología

Uno de cada tres contagiados, con trastornos de salud mental

Ansiedad, cambios de humor e insomnio son las principales consecuencias del virus

Un 34% de pacientes de COVID-19 tratados en Estados Unidos fue diagnosticado con un trastorno de salud mental o neurológico, como ansiedad o demencia, en los seis meses posteriores a ser contagiados, indica un estudio publicado en "The Lancet Psychiatry".

Un equipo de la universidad inglesa de Oxford, encabezado por Paul Harrison, examinó el historial de 236 mil 379 pacientes mayores de 10 años registrados en la base de datos estadounidense TriNetX, que habían enfermado con el coronavirus después del 20 de enero de 2020 y aún estaban vivos el pasado 13 de diciembre.

Los autores compararon la evolución de estas personas con la de 105 mil 579 que padecieron la gripe en el mismo periodo y otras 236 mil 038 diagnosticadas con distintas infecciones respiratorias (incluida la gripe), computadas en ese mismo registro electrónico.

Los investigadores de Oxford comprobaron, entre otras cosas, que existe un 44% más de riesgo de ser diagnosticado con un trastorno mental o neurológico después de padecer COVID-19 que tras sufrir una gripe común, y un 16% más frente a otras enfermedades respiratorias.

Concluyen así que, por diversas razones que no contempla este estudio y que hay que seguir investigando, el COVID-19 "resulta en un mayor riesgo de trastornos psiquiátricos o neurológicos que todas esas otras afecciones".

Del 34% de contagiados diagnosticado con algún trastorno de salud mental en esos primeros seis meses, un 17 % sufrió ansiedad —el mal más frecuente de catorce analizados—, seguido de un 14 % que experimentó cambios de humor y un 5% afectado de insomnio.

Los autores señalan que los diagnósticos neurológicos fueron marcadamente inferiores pero "no inusuales", sobre todo en personas que habían estado graves con el coronavirus: 0.7 % fue diagnosticada con demencia, un 2% sufrió una apoplejía y un 0.6 %, un derrame cerebral.

"Aunque el riesgo individual para la mayoría de los trastornos es bajo, el efecto a nivel de la población puede ser significativo para los sistemas de salud, dada la escala de la pandemia y que muchos de los trastornos son crónicos", apunta Harrison.

En una rueda de prensa por Internet para presentar el estudio, el psiquiatra Max Taquet instó a seguir investigando dado que los datos que ellos manejaron son "limitados", pues no revelan si hubo cambios en los pacientes después de esos primeros seis meses o las causas de los diagnósticos.

Los investigadores subrayan que la aparente mayor incidencia de trastornos psiquiátricos y neurológicos en pacientes de COVID-19 no se debe necesariamente a la acción directa del virus en el cerebro, sino que pueden derivarse de los efectos personales y sociales de padecer la enfermedad o del impacto de sus síntomas.

En la cita con periodistas, el neurólogo Masud Husain aclaró que, de acuerdo con otros estudios, aunque el SARS-CoV-2 "puede penetrar en el cerebro", "no hay muchos indicios de que ataque directamente las neuronas", si bien "puede causar una inflamación que tendría consecuencias en la función biológica" de ese órgano.

El virus puede además generar coágulos que a su vez influyen también en la función cerebral, añadió.

En cualquier caso si, por la razón que sea, psicológica o biológica, los pacientes de COVID acaban siendo diagnosticados con más trastornos de tipo psiquiátrico o neurológico, los sistemas de salud deben prepararse para atenderlos, advierten los autores. 

EFE

Especialistas piden aprobar las pruebas rápidas de antígenos para su venta libre ya que podrían ayudar a frenar los brotes de COVID-19. AFP

Cómo las pruebas rápidas ayudarían a combatir la pandemia

El uso de pruebas rápidas para detectar el COVID-19 ayudaría a combatir la pandemia al mantener un control específico sobre los contagios, según expertos. Incluso durante una nueva ola, la combinación estratégica de pruebas rápidas y vacunaciones puede disminuir los casos de transmisión y evitar el cierre de negocios y escuelas. Ello, debido a que gran parte de los contagios suceden porque "cualquier persona puede estar expuesta al virus y no darse cuenta hasta después de que se han vuelto infecciosos".

Michael Mina, profesor asistente de epidemiología, durante el año 2020 pidió a los reguladores federales aprobar las pruebas rápidas de antígeno para detectar COVID-19 con el argumento de que el uso generalizado y frecuente del diagnóstico tiene el potencial de detener los brotes a tiempo y mantener el número de casos a la baja. Así, la Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA, por sus siglas en inglés) decidió aprobar pruebas para detectar SARS-CoV-2 económicas de venta libre y sin necesidad de receta médica.

Los resultados de la prueba están disponibles dentro de 10 minutos y también sirven para detectar la infección de COVID-19 durante cerca de 10 días, lapso de alta probabilidad de contagio. Con esta herramienta, las personas pueden saber si están contagiadas de coronavirus aún cuando no presenten síntomas. "Sabemos que las pruebas con resultados rápidos son críticas porque cualquier persona puede estar expuesta a este virus y no darse cuenta hasta después de que se hayan vuelto infecciosas", indicó Mina. 

Asimismo, ante la reducción de medidas para evitar la propagación del virus en varios estados estadounidenses, expertos y autoridades recomiendan mantener con las precauciones necesarias. Rochelle Walensky, directora de Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), indicó, relajar prematuramente las restricciones puede ser grave. Aunado a ello, la propagación de una variante más contagiosa amenaza con conducir a una tercera ola, similar a la que ya está en marcha en Europa, según Walensky. 

Por su parte, Mina indicó, en caso de otra ola de contagios, la vacunación de los más vulnerables en conjunto con la toma de pruebas rápidas ayudaría a sofocar los brotes. Ello ayudaría a evitar el cierre de escuelas y negocios, e incluso permitiría a la sociedad funcionar cerca de lo normal y evitar colapsar los sistemas de salud. "Eso significa que cuando un brote comienza en una escuela o un asilo de ancianos o donde sea en el futuro, no tenemos que cerrar las cosas", agregó.

Notipress

El SARS-CoV-2 podría tener un número limitado de variantes. AFP

Científicos, cautos ante nuevas variantes

El SARS-CoV-2 es un virus capaz de mutar a medida que infecta a las personas. Algunas variantes pueden ser controladas pero hay otras más agresivas ofreciéndole ventajas para expandirse sin control. El rápido aumento de las variantes de la COVID-19 lleva a los científicos a plantearse si el virus ya mostró su alcance más mortífero. 

Las nuevas variantes detectadas como las más peligrosas se dieron en Brasil, Sudáfrica y Gran Bretaña apareciendo espontáneamente a finales de 2020, las tres comparten algunas similitudes en su mutación. Entre ellas, la capacidad de evadir la inmunidad natural a una infección previa por COVID-19 y reducir la protección de las vacunas actuales.

Según el artículo "Múltiples linajes de variantes de proteínas SARS-CoV-2," publicado por The British Medical Journal y la Universidad de Yale., la aparición de nuevas mutaciones similares, independientes entre sí, demuestra que el microorganismo está experimentando una evolución convergente. De esa manera continúa evolucionando y virólogos e inmunológicos sospechan que esta nueva cepa de coronavirus tiene un número limitado de mutaciones.  

“Es posible que este virus tenga un número relativamente limitado de mutaciones a fin de escapar de los anticuerpos antes de haber mostrado todas sus cartas, por así decirlo", señaló Shane Crotty, virólogo.

Las personas con diabetes tienen más complicaciones para curarse rápidamente de cualquier padecimiento. ESPECIAL

La amenaza constante para personas que viven con diabetes

Durante febrero de 2020, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró que la infección por SARS-CoV-2 detectada en Wuhan, China, provocaba la enfermedad que denominó COVID-19. El informe "Recomendaciones SEMERGEN Diabetes mellitus tipo 2", realizado en julio de 2020 por la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria, señaló información importante. Los factores de riesgo de una mala evolución de COVID-19, que son la hipertensión arterial (HTA), obesidad y la esteatosis hepática no alcohólica, se presentaron en el 60% de los casos de individuos viviendo con diabetes. El Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) de México publicó  que “la epidemia por el nuevo coronavirus representa una amenaza crítica para la salud de México y el mundo".

El INSP y la Secretaría de Salud evaluaron la relación entre las enfermedades COVID-19 y diabetes y la posibilidad de un desarrollo de cuadros severos por infección del SARS-CoV-2 en México. La investigación concluyó, las personas con obesidad, diabetes y/o hipertensión, tienen casi dos veces más de posibilidad de desarrollar COVID-19, comparado con personas libres de estas comorbilidades.

El doctor Mike Vivas, director médico de Novo Nordisk, explicó que "hay una alteración de la inmunidad" en la personas que viven con diabetes. La Biblioteca Nacional de Estados Unidos (NCBI), publicó, "la obesidad y las dietas poco saludables se encuentran entre los principales factores de riesgo de mortalidad, y las comorbilidades relacionadas con la obesidad acaban con la vida del 28% de los mexicanos al año, un total de 170 mil personas".

México ostenta el podio global de personas que sufren de sobrepeso y obesidad con alrededor del 70% de la población. Según datos del Instituto Nacional de Personas Adultas Mayores (INAPAM), alrededor del 70% de la población mexicana padece de sobrepeso y una tercera parte sufre de obesidad. Vivas explicó, el 78% de personas en condiciones de sobrepeso y obesidad es un factor predeterminante de riesgo para sufrir diabetes. El origen de esto se debe principalmente a una mala alimentación y la ausencia de actividad física.

Sobre cómo mejorar las condiciones de salud, el especialista de origen colombiano radicado en México señaló la importancia del control integral de la diabetes, mediante una triple meta: control de la glucosa en sangre, reducción de riesgo cardiovascular y también una reducción del peso corporal. Vivas explicó, una revisión de salud anual es altamente recomendable para personas de 40 años o más.

Con relación a la conexión entre la diabetes y el virus, el Hospital General de Massachusetts dijo que se desconoce la causa exacta de eventos graves en pacientes con esa comorbilidad, pero se sabe en el mundo médico del deterioro del sistema inmune de la población que sufre diabetes y la afectación en su de capacidad de curarse rápidamente.

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