Cultura

"Un beneficio a la OFJ y a la comunidad"

Desde 1998, la Fundación Jesús Álvarez del Castillo ha tenido un piano de cola, utilizado para las Veladas Musicales. Carlos Álvarez del Castillo habla de los caminos artísticos que se abren con el comodato de ese instrumento a la OFJ

La Fundación Jesús Álvarez del Castillo encuentra en la cultura una vía de acceso a la comunidad, por lo que, desde los inicios de sus actividades, en 1998, ha enlazado a la sociedad con la cultura a través de conciertos con músicos internacionales y locales, exposiciones pictóricas, fotográficas y de escultura, así como presentaciones de libros.

Para continuar con esta labor, la Fundación dará en comodato un piano Steinway & Sons a la Orquesta Filarmónica de Jalisco (OFJ). Al respecto, Carlos Álvarez del Castillo, editor-director de EL INFORMADOR, comenta: “Fundamentalmente estamos haciendo lo que hemos hecho: compartir con la comunidad un gran activo, que es la cultura. Ése es el tema esencial, tenemos algo que es útil, pues que se use. Para nosotros significa poder aportar a la comunidad una oportunidad de clase mundial”.

De Nueva York para Guadalajara

La historia del Steinway & Sons se remonta a la década de los 90, cuando “el pianista Sergio Alejandro Matos —actual director del Festival Cultural de Mayo— logró convencer a mi papá de que hacía falta un buen piano, de alguna fábrica reconocida. Él se fue a la oficina de Steinway & Sons en Nueva York y creo que habrá durado alrededor de 30 días. Él encontró a su media naranja, se lo trajo y fue utilizado en la Fundación”.

El piano elegido se usó durante muchos años en “los jueves culturales que organizaba la Fundación, traían diferentes intérpretes y diferentes músicos para acompañarse el 80% de veces con el piano. Se juntaban pianistas, clarinetes, violines… Una vez a la semana había cultura totalmente gratuita y eso, cuando muere mi padre, se dejó de hacer”.

Al quedar atrás los jueves culturales, el piano se encontró en desuso, hasta que un día la señora Stella Gregory, “que es mi madre, me preguntó por qué no se usaba más el piano y quedó la cuestión de qué haríamos con ese piano; por lo que empecé a buscar opciones. Creo que la opción más consolidada, sin duda, es nuestro magnífico Teatro Degollado, porque finalmente sí interviene la ciudad, sí interviene el Gobierno del Estado y hay muchos particulares que hacen uso; entonces, dan a una sociedad civil la certeza de que estaremos en buenas manos, no sólo del pianista”.

En entrevista. Carlos Álvarez del Castillo, editor-director de EL INFORMADOR. EL INFORMADOR/F. Atilano

Nueva vida

De esta forma, el piano de la Fundación volverá a producir melodías, principalmente durante los ensayos y conciertos de la OFJ, “un piano así le puede hacer un beneficio a la Filarmónica como tal, pero también a la comunidad porque tendrá dos pianos. Además, la calidad del piano es muy buena, definitivamente”.

Con dicho instrumento, “hay todos los elementos para que nuestra compañía de música que es, desde mi punto de vista, muy apreciable, más todos los eventos que se hacen, como el Festival Cultural de Mayo y otros muchos que se realizan en el Teatro Degollado, así como la Secretaría de Cultura, que son los que finalmente lo utilizarán”, tengan “una oportunidad de clase mundial. Cada vez han ido mejorando la calidad de los invitados que tenemos en la ciudad y también las propias academias de la ciudad”.

EN IMÁGENES
Las manos detrás del piano Steinway & Sons

1999. Sergio Alejandro Matos, actual director del Festival Cultural de Mayo.
2002. Eva María Zuk fue una pianista originaria de Lodz, Polonia, quien vivió en México desde 1970; se nacionalizó mexicana en 1994.
2002. Gabriela Flores Peredo, pianista, junto con Arturo Navarro Esqueda, trombonista; en la Velada Musical donde se presentó el Cuarteto de Trombones Heraldo.
2002. Programa “Una voz y un piano”. Verónica Alexanderson, mezzosoprano, y Józef Olechowski, al piano.
2003. Balazs Reti. Pianista de Hungría nacido en 1974, comenzó a tocar a los 22 años.
2005. Nicolas Baldeyrou, clarinete, y Bertrand Chamayou, al piano.
2006. Claudio Herrera, pianista, y Encarnación Vázquez, soprano.
2008. Marita Zimmer, al piano y Charles Nath, quien toca el clarinete.
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