Tecnología
Protegen al manatí por muerte de especímenes
Autoridades de la Secretaría de Medio Ambiente de Chiapas aumentan la vigilancia en el santuario natural de Playas de Catazajá tras encontrar varios cadáveres
manatíes que habitan el santuario natural de la laguna del municipio de Playas de Catazajá, debido a los riesgos y amenazas que enfrenta el espécimen por la destrucción de su hábitat, la contaminación acuática y la creciente actividad humana.
El pasado 4 de enero, lugareños localizaron en las inmediaciones del arroyo Mulucutich el cadáver de un manatí joven, atrapado en una red dejada por pescadores furtivos; tres días después, se reportó un segundo ejemplar varado en la comunidad Zaragoza.
Para revertir esos riesgos para la especie, el gobierno estatal invirtió en los últimos años un millón de pesos en trabajos de monitoreo y conservación de dicho santuario, localizado en el Norte de Chiapas, que alberga a unos 70 ejemplares en una extensión de 41 mil hectáreas.
La secretaria estatal de Medio Ambiente y Vivienda, Lourdes Adriana López Moreno aseguró que los esfuerzos de preservación del emblemático manatí se enfocan en trabajos de concientización de los pobladores de la zona y la coordinación institucional con otras dependencias gubernamentales del ramo.
“Fortalecemos la presencia del personal de vigilancia y monitoreo, de los vehículos y equipos acuáticos así como de atención médica emergente en caso de incidentes en algún espécimen”, señaló.
Especialistas del departamento de Vida Silvestre de la Secretaría Estatal del Medio Ambiente y Vivienda elaboran un dictamen técnico para justificar ante el Congreso local la ampliación de 4 mil hectáreas más del santuario natural de Playas de Catazajá.
El manatí (triquecus manatus) una especie exótica de 33 millones de años de evolución, que en el pasado fue confundido con las míticas sirenas, es una criatura frágil y sensible debido a sus hábitos pacíficos.
El biólogo y especialista en biodiversidad chiapaneca, Emilio Romero, destacó que la especie requiere protección especial.
“Son animales que tienen una sola cría cada cuatro años, viven cerca de 40 años y en ocasiones mueren por choques con actividades del hombre”, indicó.
CIUDAD DE MÉXICO.- Expertos y autoridades de gobierno fortalecen la preservación y la vigilancia de los
El pasado 4 de enero, lugareños localizaron en las inmediaciones del arroyo Mulucutich el cadáver de un manatí joven, atrapado en una red dejada por pescadores furtivos; tres días después, se reportó un segundo ejemplar varado en la comunidad Zaragoza.
Para revertir esos riesgos para la especie, el gobierno estatal invirtió en los últimos años un millón de pesos en trabajos de monitoreo y conservación de dicho santuario, localizado en el Norte de Chiapas, que alberga a unos 70 ejemplares en una extensión de 41 mil hectáreas.
La secretaria estatal de Medio Ambiente y Vivienda, Lourdes Adriana López Moreno aseguró que los esfuerzos de preservación del emblemático manatí se enfocan en trabajos de concientización de los pobladores de la zona y la coordinación institucional con otras dependencias gubernamentales del ramo.
“Fortalecemos la presencia del personal de vigilancia y monitoreo, de los vehículos y equipos acuáticos así como de atención médica emergente en caso de incidentes en algún espécimen”, señaló.
Especialistas del departamento de Vida Silvestre de la Secretaría Estatal del Medio Ambiente y Vivienda elaboran un dictamen técnico para justificar ante el Congreso local la ampliación de 4 mil hectáreas más del santuario natural de Playas de Catazajá.
El manatí (triquecus manatus) una especie exótica de 33 millones de años de evolución, que en el pasado fue confundido con las míticas sirenas, es una criatura frágil y sensible debido a sus hábitos pacíficos.
El biólogo y especialista en biodiversidad chiapaneca, Emilio Romero, destacó que la especie requiere protección especial.
“Son animales que tienen una sola cría cada cuatro años, viven cerca de 40 años y en ocasiones mueren por choques con actividades del hombre”, indicó.
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