Tecnología

Mexicano crea prótesis de bajo costo con impresoras 3D

José Luis Meneses González mencionó que la ventaja de la pieza es precio, pues oscila entre dos mil y cinco mil pesos

CIUDAD DE MÉXICO (18/DIC/2015).- Un ingeniero del Instituto Tecnológico de Tuxtepec, Oaxaca, desarrolló un proyecto que permite la fabricación de prótesis de manos y brazos mediante impresión tridimensional ( 3D), el cual busca ayudar a menores de familias de bajos recursos.
 
A través de una incubadora de proyectos se obtuvo el financiamiento del Instituto Nacional del Emprendedor (Inadem) para adquirir dos impresoras 3D y así realizar la manufactura de las piezas, indicó el ingeniero José Luis Meneses González.
 
En entrevista con la Agencia Informativa del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología ( Conacyt), el ingeniero mencionó que la ventaja del uso de prótesis creada en 3D es su bajo costo, pues oscila entre dos mil y cinco mil pesos.
 
 En contraste, recordó, una prótesis fabricada por métodos convencionales tiene un precio mínimo de 15 mil pesos, la cual puede elevarse hasta los 100 mil cuando son importadas.
 
El ingeniero resaltó que las prótesis que desarrolló las puede utilizar cualquier persona, pero resultan ideales para los niños, pues debido a su etapa de crecimiento necesitarán un reemplazo y ajuste de las piezas.
 
Comentó que la fabricación de la prótesis de mano se lleva poco más de dos semanas y las medidas de la extremidad se obtienen mediante un molde de yeso; en caso de un paciente a distancia, se utilizan fotografías donde se muestren las longitudes con la ayuda de una cinta métrica.
 
El diseño virtual de la prótesis se ejecuta en programas como Autocad o Inventor, para continuar con la fase de impresión 3D que tiene una duración de 48 horas, en promedio, dependiendo de la complejidad de las piezas.
 
 El proceso para realizar una pieza de cualquier índole se hace con la asistencia de una computadora, la cual indica las coordenadas mediante codificación digital, y es así como el modelo plasmado en la máquina se traduce a ese código.
 
 Luego, la impresora recibe las coordenadas y crea las piezas mediante el uso de una extrusora; el engrane pasa una boquilla caliente y derrite el plástico que después de unas horas se convierte en la pieza diseñada.
 
 Meneses González comentó que ahora trabajan en la vinculación del proyecto con asociaciones y centros médicos que requieran este tipo de asistencia.
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