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La prensa británica, presionada por el derecho a la vida privada
A menos de dos semanas después de la boda real, la familia de la recién casada recurrió a la Comisión de la Prensa tras la publicaciones sensacionalistas
Menos de dos semanas después de la boda del príncipe Guillermo y Catalina, la familia de la recién casada recurrió a la Comisión de la Prensa tras la publicación en varios diarios sensacionalistas de fotografías de la joven y de su hermana Pippa en bikini en 2006.
El recurso tiene valor de advertencia: los Middleton quieren señalar que no van a tolerar más incursiones en su vida privada ahora que durante los ocho años de noviazgo de Kate con Guillermo.
La Comisión de la Prensa, que se basa en un código de conducta reforzado tras la muerte de la princesa Diana, reprende a menudo a los diarios.
Este martes obligó al Daily Telegraph a publicar a media página una decisión que condena el uso de "subterfugios" para sorprender a los diputados liberaldemócratas.
Dos reporteros del diario que se hacían pasar por militantes del partido grabaron en diciembre sin que éste lo supiera al ministro de Negocios, Vince Cable, diciendo que estaba "en guerra" con el magnate de prensa Rupert Murdoch por el proyecto de compra de la plataforma de televisión de pago BSkyB.
Los diarios sensacionalistas británicos, que buscan mantener sus millones de lectores diarios con este tipo de información, son sometidos a una mayor regulación desde que en 2000 se adoptó el "Human Rights Act", adaptación británica de la Convención Europea de Derechos Humanos.
El "Human Rights Act" reconoce dos derechos fundamentales -y contradictorios-, el derecho a la vida privada (artículo 8) y la libertad de expresión, y por tanto de prensa (artículo 10).
La tensión es permanente, y los medios denuncian como una traba a su derecho a informar el recurso de personajes públicos a mandatos judiciales para evitar que se publiquen informaciones que atentan contra la vida privada.
La prensa ganó este martes un asalto en su combate por la libertad de expresión: la Corte Europea de Derechos Humanos (CEDH) desestimó la demanda del ex presidente de la Federación Internacional de Automovilismo (FIA), Max Mosley. Este pedía ser informado antes de la publicación de cualquier cosa sobre él, tras haber ganado un juicio contra el News of the World que le acusó de participar en una "orgía nazi".
"Una victoria de Max Mosley hubiera tenido el efecto de congelar" el periodismo de investigación, estimó en la BBC el abogado especializado en medios Mark Stephens, quien se declaró "perturbado por los supermandatos".
Según él, estos "supermandatos" que prohíben a los medios mencionar incluso que no están autorizados a publicar y el nombre de la persona afectada, conducen a "una justicia del secreto".
"No se puede tolerar que futbolistas obtengan 'supermandatos' para que sus esposas y novias no sepan nada de sus relaciones, y su vida sexual no se vea comprometida", agregó.
Los 'supermandatos', sin embargo, empiezan a tener problemas: una persona anónima entregó a Twitter nombres de todos los famosos que las obtuvieron.
El primer ministro británico, David Cameron, "incómodo" con algunos de estos mandatos, estimó que corresponde al Parlamento decidir un equilibrio entre libertad de prensa y respeto a la vida privada.
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