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La menopausia surgió para evitar la competencia reproductiva entre mujeres
Según la revista británica “New Scientist”, el fin de la fertilidad de las mujeres a través de la menopausia es todo un despilfarro en términos evolutivos
New Scientist".
La menopausia es un hecho al que no escapa ninguna mujer, pero lo que se les escapa a los científicos es por qué la naturaleza las privó de seguir teniendo hijos, y transmitiendo así sus genes, contando con tanto tiempo de vida por delante: todo un despilfarro en términos evolutivos.
La presión de la selección natural debió de ser fuerte, porque es un mecanismo de envejecimiento reproductivo universal y porque, a pesar del incremento de la longevidad y de las mejoras en el estilo de vida, la edad a la que afecta a la mujer no ha variado.
A los 51 años, la mitad de las mujeres han dejado de ovular, de tener la menstruación y de producir los altos niveles de estrógenos asociados con la fertilidad; mientras que a los 60 años el 99 por ciento de las mujeres ha pasado esta etapa.
Hasta ahora, los científicos se basaban en dos hipótesis para explicar la menopausia, un fenómeno que sólo afecta a las ballenas asesinas aparte de a las mujeres.
La primera de ellas es que ser madre es una tarea muy exigente, porque los bebés humanos necesitan muchos más cuidados que los del resto de especies, por lo que la mujer decidió evitar los riesgos del parto para centrarse en criar a los hijos que ya había tenido.
La segunda hipótesis es la de la abuela: una mujer sana, que no tenga la carga de su propia descendencia, facilita la supervivencia de sus genes contribuyendo al cuidado de sus nietos.
Sin embargo, el primer caso no explica por qué la mujer dejó de tener hijos a una edad temprana, y en el segundo, renunciar a la maternidad -que supone pasar el 50 por ciento de los genes a la descendencia- en pos de ser abuela -los nietos sólo heredan el 25 por ciento de sus genes-, no parece tener sentido.
Ahora, los profesores Michael Cant, de la Universidad de Exeter, y Rufus Johnston, de la Universidad de Cambridge, afirman que los beneficios de estas hipótesis no son suficientes como para que la reproducción se detuviera a una edad tan temprana.
Un gerontólogo de la Universidad de Newcastle, Thomas Kirkwood, asegura que incluso cuando los beneficios de ambas hipótesis se juntan, éstos son demasiado pequeños como para justificar el fin de la fertilidad femenina.
Los científicos británicos sugieren que la explicación de la menopausia es la erradicación del conflicto reproductivo entre generaciones.
En este sentido, sostienen que, al contrario que en otros grupos animales, en tiempos prehistóricos, las mujeres abandonaban los grupos familiares cuando alcanzaban la madurez sexual para unirse a otras comunidades.
Como la mujer joven no tenía vínculos con las otras hembras del nuevo grupo, no le importaban los costes que su maternidad conllevaban para el resto de mujeres.
A medida que las mujeres se hacían mayores, iban estableciendo más vínculos con el grupo y obtenían más ventajas si se dedicaban al cuidado y aprovisionamiento de las nuevas generaciones que si luchaban con el resto de hembras para ser madres.
De ahí que Cant llame a la menopausia "el fantasma de las competiciones reproductivas del pasado".
Sin embargo, diversos científicos han puesto en duda esta hipótesis porque consideran que no hay pruebas de que las mujeres se dispersaran de sus grupos familiares, de que la reproducción se suprimiera en un momento dado ni de que las hembras fueran tan competitivas como para renunciar a la maternidad.
LONDRES, INGLATERRA.- El final de la fertilidad de las mujeres a través de la menopausia podría haber surgido como un mecanismo para evitar la competencia reproductiva entre las mujeres mayores y las jóvenes, según la revista británica "
La menopausia es un hecho al que no escapa ninguna mujer, pero lo que se les escapa a los científicos es por qué la naturaleza las privó de seguir teniendo hijos, y transmitiendo así sus genes, contando con tanto tiempo de vida por delante: todo un despilfarro en términos evolutivos.
La presión de la selección natural debió de ser fuerte, porque es un mecanismo de envejecimiento reproductivo universal y porque, a pesar del incremento de la longevidad y de las mejoras en el estilo de vida, la edad a la que afecta a la mujer no ha variado.
A los 51 años, la mitad de las mujeres han dejado de ovular, de tener la menstruación y de producir los altos niveles de estrógenos asociados con la fertilidad; mientras que a los 60 años el 99 por ciento de las mujeres ha pasado esta etapa.
Hasta ahora, los científicos se basaban en dos hipótesis para explicar la menopausia, un fenómeno que sólo afecta a las ballenas asesinas aparte de a las mujeres.
La primera de ellas es que ser madre es una tarea muy exigente, porque los bebés humanos necesitan muchos más cuidados que los del resto de especies, por lo que la mujer decidió evitar los riesgos del parto para centrarse en criar a los hijos que ya había tenido.
La segunda hipótesis es la de la abuela: una mujer sana, que no tenga la carga de su propia descendencia, facilita la supervivencia de sus genes contribuyendo al cuidado de sus nietos.
Sin embargo, el primer caso no explica por qué la mujer dejó de tener hijos a una edad temprana, y en el segundo, renunciar a la maternidad -que supone pasar el 50 por ciento de los genes a la descendencia- en pos de ser abuela -los nietos sólo heredan el 25 por ciento de sus genes-, no parece tener sentido.
Ahora, los profesores Michael Cant, de la Universidad de Exeter, y Rufus Johnston, de la Universidad de Cambridge, afirman que los beneficios de estas hipótesis no son suficientes como para que la reproducción se detuviera a una edad tan temprana.
Un gerontólogo de la Universidad de Newcastle, Thomas Kirkwood, asegura que incluso cuando los beneficios de ambas hipótesis se juntan, éstos son demasiado pequeños como para justificar el fin de la fertilidad femenina.
Los científicos británicos sugieren que la explicación de la menopausia es la erradicación del conflicto reproductivo entre generaciones.
En este sentido, sostienen que, al contrario que en otros grupos animales, en tiempos prehistóricos, las mujeres abandonaban los grupos familiares cuando alcanzaban la madurez sexual para unirse a otras comunidades.
Como la mujer joven no tenía vínculos con las otras hembras del nuevo grupo, no le importaban los costes que su maternidad conllevaban para el resto de mujeres.
A medida que las mujeres se hacían mayores, iban estableciendo más vínculos con el grupo y obtenían más ventajas si se dedicaban al cuidado y aprovisionamiento de las nuevas generaciones que si luchaban con el resto de hembras para ser madres.
De ahí que Cant llame a la menopausia "el fantasma de las competiciones reproductivas del pasado".
Sin embargo, diversos científicos han puesto en duda esta hipótesis porque consideran que no hay pruebas de que las mujeres se dispersaran de sus grupos familiares, de que la reproducción se suprimiera en un momento dado ni de que las hembras fueran tan competitivas como para renunciar a la maternidad.
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