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La Ruta Quetzal, en busca de las tortugas marinas

La expedición recorrió 20 kilómetros de la costa de Río Lagartos para avistar las tortugas que se acercan hasta las playas para desovar

RÍO LAGARTOS, YUCATÁN (05/JUL/2010).- La expedición de la Ruta Quetzal BBVA se adentró este domingo en la reserva natural mexicana de Río Lagartos, en Yucatán, y recorrió 20 kilómetros de su costa para avistar las tortugas marinas que se acercan hasta las playas para desovar.

Entrada la noche, los 'ruteros', equipados con linternas y sacos de dormir, comenzaron la marcha bajo un precioso cielo estrellado, divididos en grupos, y dirigidos por guías locales expertos en la reproducción y conservación de las cuatro especies de tortugas que habitan la zona.

Uno de ellos, Iván, explicó a los jóvenes la importancia de caminar en la oscuridad y en silencio para no perturbar el lento paso de las tortugas por la playa en busca de un espacio donde construir un acolchado nido en el que depositar unos 250 huevos, de los cuales muy pocos alcanzarán la madurez.

Avanzando por la costa, con el sonido del mar como único compañero de viaje, los expedicionarios conocieron que las cuatro especies que habitan el litoral de Río Lagartos son la tortuga carey, la blanca, única en el estado mexicano de Yucatán, la verde y la laúd, aunque son las dos primeras las más habituales.

Supieron también que sus playas, declaradas Santuario de las Tortugas en 2002 por el Gobierno de México, pueden llegar a albergar unos mil 600 ejemplares, y que por cada mil huevos solo uno alcanza la edad adulta.

Por lo general, según relató Iván, mapaches, gaviotas, perros y seres humanos se convierten en depredadores de nidos, por lo que los expertos en la conservación de la especie vigilan y marcan cada una de las 'camas' y cambian los huevos de lugar si es necesario.

"Pero nunca borramos el rastro que la tortuga dejó desde el mar hasta la zona donde anidó, para que ella reconozca la playa y sepa llegar hasta la nueva ubicación del nido", explicó.

Sorteando las huellas de estos animales en la arena, y siguiendo su rastro, los expedicionarios se toparon con cientos de cangrejos, blancos, rojos y negros, que al advertir su presencia, huían a toda velocidad hacia el agua.

Recogieron también conchas y caracolas de variados tamaños que se llevarán de recuerdo a sus respectivos países al finalizar la Ruta.

Durante un alto en el camino para reponer fuerzas, contemplaron la belleza de la noche estrellada y observaron el amanecer de la luna anaranjada, cuyo destello les guió durante el resto del recorrido.

El grupo que abría la marcha tardó poco tiempo en obtener su recompensa y, avisados por su guía, descubrieron maravillados la presencia de una hermosa tortuga blanca que regresaba a las aguas del Caribe tras desovar.

La noticia, transmitida al resto de expedicionarios mediante los monitores, animó a los jóvenes a continuar su andadura, de nuevo en absoluto silencio, con la esperanza de ser los próximos afortunados.

Sólo en otra ocasión los 'ruteros' en cabeza lograron avistar a uno de estos ejemplares, otra tortuga blanca que de nuevo retornaba al mar tras depositar su huevos bajo la arena.

Los menos afortunados se tuvieron con conformar con ver de cerca, tocar y fotografiar en la orilla una tortuga carey que había muerto, probablemente al enredarse en las redes de algún barco de pesca, según explicó Iván.

Agotados por la marcha, los jóvenes descansaron durante dos horas en la playa sobre sus esterillas y sacos de dormir antes de retomar su camino, durante hora y media más, rumbo a la localidad de Las Coloradas, desde donde fueron trasladados en autobús hasta el campamento.

Antes de la expedición nocturna, los 'ruteros' habían visitado las salinas de Río Lagartos, donde pudieron avistar una colonia de flamencos rosados, el ave más importante de la región, que convive con cormoranes, garzas, cigüeñas, gallinitas de agua y los martín pescador.

Con una superficie de 60 mil 348 hectáreas, esta reserva de la biosfera posee numerosos manglares o humedales que la Ruta recorrerá hoy, casi sin tiempo para tomar un respiro.

La expedición termina mañana su etapa latinoamericana, que le ha llevado desde Veracruz a Yucatán atravesando los caminos blancos mayas.

El jueves iniciará en Madrid su andadura por España, para terminar, a final de mes, recorriendo un nuevo camino, el que les conducirá a Santiago de Compostela.
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