Jóvenes mexicanos, más propensos a trastorno por atracón
Los factores que influyen son la moda, el bullying y las relaciones interpersonales
CIUDAD DE MÉXICO (03/AGO/2017).- Los atracones de comida forman parte de los trastornos de la conducta alimentaria y afectan más a personas entre 20 y 40 años de edad, aunque también se presenta en población más joven por factores ambientales como la moda, el bullying y las relaciones interpersonales.
Estas alteraciones perjudican a 1.9 por ciento de la población mundial y son más frecuentes que la bulimia y la anorexia. Se estima que en México 1.5 millones de jóvenes están en riesgo del trastorno por atracón y unas 300 mil personas ya lo padecen.
Esta irregularidad alimenticia, antes conocida como comedor compulsivo, daña a hombres y mujeres, pero es más frecuente en personas del sexo femenino en una proporción de dos por uno.
En conferencia de prensa, el psiquiatra especialista en trastornos de la conducta alimentaria, Alejandro de Jesús Caballero Romo, explicó que se trata de una enfermedad mental relacionada con las emociones y requiere atención integral, con la participación de las áreas de nutrición, psicología y psiquiatría, entre otras.
Un atracón es cuando una persona consume sin control altas cantidades de alimentos en muy poco tiempo por lo menos una vez a la semana, durante los últimos tres meses.
"Se relaciona principalmente con emociones encontradas, con malestar emocional, del tipo frustración, tristeza, ansiedad. Los pacientes nos describen su cuadro como un comer bajo estos estados emocionales no favorables para ellos", indicó.
De acuerdo con el especialista, este trastorno implica alteraciones neurobioquímicas a nivel cerebral y los detonantes ambientales; a la vez que aclaró que el atracón no es voluntario, no es sinónimo de obesidad y tampoco es un fracaso.
A su vez, el también psiquiatra y director de la Clínica de Trastornos de la Conducta Alimentaria del Hospital Ángeles, Armando Barriguete Meléndez, expresó que un atracón normalmente va precedido por un ayuno prolongado, ante lo cual recomendó no saltarse el desayuno ni dejar de comer por tiempos largos.
"Después de un ayuno prolongado el cuerpo pide alimentos con alta densidad calórica como azúcares y grasas, las personas de manera ansiosa consumen todo aquel alimento que les da una satisfacción", mencionó.
Llamó a las autoridades de salud a no sólo atender trastornos de ese tipo desde el punto de vista clínico, sino también mental, porque de lo contrario no habrá un tratamiento completo.