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Japón permitirá la entrada parcial al último pueblo vedado en Fukushima

Futaba, uno de los dos pueblos que albergan la maltrecha planta de Fukushima, ha sido el último en levantar la prohibición

TOKIO, JAPÓN (28/MAY/2013).- El Gobierno nipón levantó hoy la prohibición parcial de entrada al último de los municipios que permanecía totalmente vedado dentro de la zona de exclusión constituida alrededor de la central de Fukushima por altos niveles de radiación.

El pueblo de Futaba, uno de los dos que alberga la maltrecha planta de Fukushima y del que huyeron sus seis mil 520 habitantes, ha sido el último en levantar la prohibición 26 meses después de decretarse la crisis nuclear, aunque se mantendrán fuertes restricciones de entrada, detalló la cadena nipona NHK.

Futaba era uno de los municipios que en abril de 2011 el Gobierno nipón incluyó dentro de la "zona de exclusión" constituida en un radio de 20 kilómetros en torno a la maltrecha central para proteger de las emisiones radiactivas.

Sin embargo, los ciudadanos de Futaba solo podrán visitar un 4 por ciento del municipio, y únicamente podrán hacerlo durante el día, sin poder pernoctar allí.

De este modo, seguirán sin poder entrar en el 96 por ciento restante, zona que seguirá totalmente vedada al registrar un índice de contaminación radiactiva superior a los 50 milisieverts anuales, por encima del límite de seguridad establecido en 20 milisieverts.

Según el alcalde de Futaba, Shiro Izawa, el levantamiento parcial del veto supone un primer paso adelante en la reconstrucción para la población, que se encuentra evacuada casi en su totalidad en la localidad de Saitama, al norte de Tokio.

Además, la entrada les permitirá iniciar trabajos de descontaminación y rehabilitación de edificios y de zonas arrasadas por el tsunami.

Según un estudio publicado el pasado verano por el Gobierno nipón, cerca del 18% de 86 mil evacuados por la crisis nuclear de Fukushima no podrá regresar a sus casas por la alta radiación hasta al menos 10 años.

La crisis en Fukushima Daiichi, producida tras el paso del devastador tsunami que arrasó el noreste nipón en 2011, provocó el peor accidente nuclear desde Chernóbil y emisiones contaminantes que han afectado gravemente a la agricultura, la ganadería y la pesca local.
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