Tecnología

Hallan fósil de un parásito de 125 millones de años

Se trata de una pulga que se alimentaba discretamente de la sangre de los dinosaurios

CIUDAD DE MÉXICO (09/JUL/2013).- Investigadores encontraron en china el fósil de un parásito de 125 millones de años de antigüedad, cuyo descubrimiento puede explicar la evolución de las pulgas actuales.

Los especialistas de la Universidad de Pekín encontraron los restos de esta nueva especie de pulga llamada Saurophthyrus Exquisitus. El estudio reveló que este parásito tenía boca y cuerpo más pequeños que las pulgas gigantes, aunque más grandes que las actuales, publicó la revista Current Biology.

El año pasado, el equipo de la Universidad de la capital china, dirigido por Chungkun Shih, descubrió el fósil de pulga más antigua conocido hasta ahora. Los restos de estos parásitos, conocidos como Pseudopulicidae, databan de hace 165 millones, y fueron encontrados en el noreste del país.

De acuerdo con la publicación, estos insectos eran de hasta dos centímetros de largo, y poseían un aparato chupador en forma de sierra, así como genitales externos, ojos reducidos y antenas cortas.

“Las pulgas de entonces necesitaban una herramienta especial para cortar a través de la gruesa piel para llegar a la sangre, y que el anfitrión no se enterase”, dijo Shih.

Por su parte, las pulgas actuales poseen cuerpos de cinco a diez veces más pequeños, bocas más reducidas y piernas más largas para saltar.

No obstante, el reciente descubrimiento tuvo lugar este año, cuando el equipo de Shih se encontraba trabajando en la misma región de los hallazgos que ocurrieron en 2012, cuando descubrieron tres ejemplares de la nueva especie, Sauropthyrus Exquisitus.

Según los especialistas, en el caso de estos nuevos parásitos, el tamaño de estos llega a un centímetro, mientras que el tubo de succión es más pequeño y con dientes menos feroces que su antepasado.

De acuerdo con los científicos, el descubrimiento de esta nueva especie puede explicar la transición de la que han sido objeto estos seres hasta llegar a su forma actual.

De igual manera, los investigadores creen que la configuración corporal –en especial la de su aparato de succión– estaba dirigida a una apropiada alimentación a base de la sangre de dinosaurios de piel gruesa, por lo que se deduce que la perforación de la piel de estos lagartos constituía su principal desafío.

Por su parte, se conoce que –al igual que el resto de los animales de la época– las pulgas evolucionaron. En este caso, la piel fina de los pterosaurios que habitaban la misma región durante ese periodo del Cretácico es el ejemplo claro de este progreso.

De esta manera el equipo universitario concluyó que el Sauropthyrus Exquisitus se adaptó para que sus picaduras fueran menos dolorosas y su presencia más difícil de detectar por el anfitrión.

“Las cerdas de su cuerpo pudieron ayudar a estas pulgas a aferrarse al animal del que se alimentaban. Y las piernas más largas y los genitales internos quizá permitieron mayor capacidad de salto”, dijo Shih.

“El nuevo descubrimiento sugiere que los parásitos evolucionaron al tiempo que sus anfitriones en la manera de chupar la sangre y en las habilidades para esconderse. Los pterosaurios tenían la piel más delgada y sensible, lo que obligaba a las pulgas a tomar su alimento de manera más discreta. Además, las pulgas evitaban con sus saltos los posibles golpes mortales”, concluyó el profesor.

Sinembargo.mx
Síguenos en

Temas

Sigue navegando