Tecnología

Explorador de NatGeo filmará dentro del cráter de volcán de Nicaragua

Sam Cossman recorrió los bordes del activo coloso para planificar su desceso al fondo

MANAGUA, NICARAGUA (30/MAR/2016).- El estadounidense Sam Cossman, intrépido cineasta y explorador de National Geographic, recorrió este miércoles los bordes del activo volcán Masaya de Nicaragua para planificar su descenso al fondo del cráter, informó el gobierno.

"El objetivo toral de Cossman es descender por las profundidades de este coloso, uno de los más activos de Nicaragua, y realizar un documental del intenso lago de lava, valiéndose de instrumentos y herramientas de tecnología de punta", explicó el gobierno en su sitio web.

Cossman encabeza un equipo de National Geographic que llegó el sábado a Nicaragua para filmar el pozo de lava incandescente que se formó dentro de la enorme garganta del volcán Masaya, de 600 metros de altura y que era conocido como "la boca del infierno" por los conquistadores españoles.

El magma es visible desde la superficie desde diciembre pasado, cuando el coloso aumentó la emanación de gases, con algunos microsismos que no representan por ahora riesgo para la población.

Según especialistas del Instituto Nicaragüense de Estudios Territoriales (Ineter), la actividad magmática ha provocado "pequeños derrumbes de las paredes internas y ensanchando las bocas del volcán".

Pese al peligro, Cossman está decidido a descender a las profundidades del cráter para capturar el fenómeno volcánico.

Este miércoles, su equipo "puso a prueba algunos de los aviones no tripulados que portan potentes cámaras de 360 grados, con los que planifican lograr planos 3D de este maravilloso pozo de fuego", dijo el gobierno.

Cossman no ha informado cuando hará el descenso, una hazaña que lo convertiría en uno de los pocos aventureros que entran a las entrañas del volcán.

El primero fue el fraile Blass del Castillo, quien bajó, durante la colonia, colgado de un canasto atado de un mecate hasta el fondo para extraer material incandescente, creyendo que era oro, según relatos publicados por el geógrafo e historiador nicaragüense Jaime Incer.

El pequeño volcán hizo su última erupción importante hace más de dos siglos, en 1772, cuando casi destruye las ciudades indígenas de Masaya y Nindirí (sur).

El acceso al Masaya, ubicado a 20 km al sur de la capital, fue restringido a los turistas y la prensa.
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