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Estigma social complica cura de la Hepatitis C

Según la OMS, la hepatitis conlleva una mortalidad anual similar a las de la tuberculosis y el VIH, es responsable del 96 % de todas las muertes

CIUDAD DE MÉXICO (28/JUL/2017).- La hepatitis es una enfermedad que va en ascenso y en algunos casos, particularmente con el tipo C, los estigmas y la falta de interés de los servicios de salud complican el acceso a los medicamentos que la curan, lo que puede derivar en cirrosis hepática y cáncer de hígado.

"Nuestro sistema de salud está fragmentado y solamente el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) ofrece el tratamiento de cura, mientras que en otras instituciones de salud no tenemos acceso", contó Luis Adrián Quiroz, quien vive con hepatitis C y VIH.

De acuerdo con un reciente reporte de la Organización Mundial de la Salud (OMS), pero la diferencia es que las muertes por estas dos infecciones han disminuido mientras que las provocadas por la hepatitis van en aumento.

El reporte se enfoca en las hepatitis B y C, que son responsables del 96 % de todas las muertes. De acuerdo con el estudio, en 2015 unas 257 millones de personas vivían con hepatitis B crónica y 71 millones con hepatitis C crónica, para un total de 328 millones.

"En México hasta 1,4 % de la población padece algún tipo de hepatitis. La mayoría es del tipo A, mientras que del tipo C se calcula que 14 de cada mil habitantes la padecen", señala la doctora Sherezada Mejía Loza en el marco del Día Mundial contra ese padecimiento.

De acuerdo con la Mejía, esta enfermedad que tiene cinco tipos (A, B, C, D y E) es la cuarta causa de muerte en México, y "el consumo de alcohol y las causas secundarias a obesidad y diabetes están incrementándola".

Según el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), al menos 1,4 millones de mexicanos viven actualmente con hepatitis C y cada año se registran cerca de 20 mil nuevos casos.

Mejía Loza asegura que, según algunas proyecciones, de no prevenirse y tomar conciencia de esta enfermedad, en 2030 las cifras en México se podrían quintuplicar.

En el caso del tipo C, la encargada de la clínica del hígado del Hospital Juárez de México dice que 95 % de los pacientes que la padecen no lo saben.

"Es la enfermedad más silenciosa que te puedas imaginar. Por lo regular las personas se dan cuenta después de muchos años, cuando ya tienen manifestaciones clínicas", asegura al respecto Quiroz.

El también coordinador de la organización de derechohabientes viviendo con VIH del IMSS denuncia que, pese a que la hepatitis C tiene cura, en México es difícil acceder al tratamiento.

"Desde hace algún tiempo estamos insistiendo en tener un tratamiento para las personas que tenemos hepatitis C y VIH, pero solo algunos tenemos acceso a él", afirma.

Quiroz explica que aunque el tratamiento está disponible en el IMSS, no es así en el Seguro Popular, el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), ni en otras instituciones de seguridad social.

Asimismo, detalla que no solo ha sido difícil el acceso al tratamiento, que puede llegar a costar entre 185 mil pesos y 500 mil pesos, sino también luchar contra el estigma sobre esta enfermedad.

"Hay un prejuicio social. La gente asume que se le va a 'pegar' la enfermedad solo por tocar a una persona infectada, mientras que el personal de salud no sabe cómo tratarnos", dice.

Por ello, Quiroz hace un llamado a las autoridades sanitarias para que eliminen trabas en el acceso a los medicamentos y tratamiento para la hepatitis C, además de pedir a la gente que se informe.

"Necesitamos que se pueda garantizar el acceso al tratamiento; hoy que ya está en el IMSS acelerar el proceso para que llegue al resto de los enfermos y tengamos garantizada la cura, además de hacer campañas de información para la sociedad", sostiene.

Por su parte, Mejía Loza recomienda poner más atención en la prevención.

En cuanto a la hepatitis A hay que tener precaución con el lavado de manos, no comer en la calle y no tener contacto con personas que tengan algún tipo de infección por hepatitis sin cuidados.  

"En el caso de los tipos B y C hay que tener medidas de protección en relaciones sexuales de riesgo y con drogas intravenosas", expone.

Con ella coincide Quiroz, quien sugiere "mejorar el tema de la prevención, hacernos exámenes cada seis meses o un año y no ponernos en situaciones de riesgo.

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