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Es el cerebro de toda persona un perfecto reflejo del sexo humano

Los estudios más recientes acerca del cerebro revelan que ante el amor y el sexo, el hombre se comporta según como se encuentre constituído su cerebro

HABANA, CUBA.- El cerebro de toda persona es un perfecto reflejo del sexo del ser, así como de las inclinaciones y motivaciones sexuales y hasta sociales de cada uno, afirmó el profesor de la Facultad de Química de la Universidad de La Habana, Cuba, Roberto Cao Vázquez.

En su más reciente libro "La química del amor y del buen sexo", el también conferencista y especialista en química inorgánica y bioquímica, indicó que el cerebro de cada ser humano "tiene una definición sexual bien definida", así como con el funcionamiento de las hormonas.

Ello hace que cada persona tenga una disposición mental propia hacia el sexo, independientemente del pudor como efecto inhibitorio. Cada persona, independientemente de su sexo o inclinación sexual, se caracteriza por un determinado grado de deseo y pasión sexual.

El especialista de origen cubano, advirtió que sin el afán de demeritar en lo más mínimo el efecto que ejerce la historia personal y social de cada persona, los estudios más recientes acerca del cerebro revelan que ante el amor y el sexo, el hombre se comporta según como se encuentre constituído su cerebro.

Como es sabido, en la atracción física de una pareja, "la buena química" juega un papel primordial, porque durante el proceso de atracción, enamoramiento y relaciones sexuales, expuso, tienen lugar en nuestro cuerpo una serie de prodigios químicos de la más diversa índole.

Durante muchos años, explicó, se pensaba que el cerebro humano era único, independiente del sexo y de cualquier otra característica de cada ser humano, pero recientemente se han realizado descubrimientos que evidencian que las características anatómicas y químicas de este órgano dependen de su sexo y hasta de sus inclinaciones sexuales.

Estos resultados, agregó, han sido realmente sorprendentes y nada esperados por los estudiosos del tema, quienes se han visto obligados a retomar resultados ya alcanzados en el estudio de los hombres.

Cao Vázquez señala en su libro que existen zonas en el cerebro que tienen que ver tanto con las emociones como con el comportamiento sexual del hombre, un ejemplo de ello, es el hipotálamo, que es la región que juega las funciones más importantes en lo que a procesos de atracción se refiere.

Las sensaciones visuales y nasales, añadió, se conectan al hipotálamo, cuyas neuronas se conectan a las más diversas partes del cuerpo humano, incluyendo las zonas erógenas.

Asimismo, el hipotálamo regula numerosos procesos químicos relacionados con el sueño y la vigilia, el apetito, el estado de ánimo y la temperatura del cuerpo, cuyas funciones abarcan una importantísima actividad en el funcionamiento sexual.

Es en el hipotálamo, advirtió, donde se induce la generación de tres sustancias químicas de suma importancia en la vida sexual de toda persona: la adrenalina, la oxitocina y la testosterona.

La adrenalina o epinefrina, explicó, es la hormona que activa las enzimas productoras de la glucosa necesaria para obtener energía y también provoca el aumento del ritmo cardiaco y la presión arterial. Igualmente dilata las pupilas y aumenta la respiración, efectos típicos de la excitación sexual.

La oxitacina es un péptido relacionada con los patrones sexuales y con las conductas maternas y paternas. También se le asocia con la afectividad, la ternura y el acto de tocar. Algunos le llaman la molécula de la "monogamia" o de la "confianza".

Y la conocida hormona masculina llamada testosterona, presente también en las mujeres en menor cantidad, es esencial en la actividad sexual del hombre y también regula el propio desarrollo y características sexuales.

Además de estas hormonas, concluyó, hay un pequeño compuesto químico que juega un papel sumamente importante en el acto sexual que es el óxido nítrico, que juega un papel decisivo en el proceso de erección en el hombre.

Así, la reacción, en general compleja de estos compuestos químicos y otras enzimas, en el cuerpo son las que permiten que exista la atracción mutua en una pareja y que se realice felizmente el acto sexual.
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